EN MENOS TIEMPO DE QUE IMAGINAIS, UNA GRAN DESTRUCCION DE VUESTRO MUNDO VENDRA
Junio 19 de 2014
Publicado 25 de Junio de 2014
Mensaje de Dios Padre a J. V.
Ofrecimiento. Habla Dios Padre.
Sobre: En menos tiempo de lo que imagináis, Mis pequeños, grandes pruebas tendréis, será destruida una gran parte de vuestro Mundo, desastres nunca imaginados tendréis y todo esto causado por la maldad de satanás.
Mis pequeños, Soy vuestro Padre y vuestro Dios. Mi Amor, Mi Inmenso Amor ha sido Misericordioso para con vuestros pecados. Habéis vivido bajo Mi Amor, sin daros cuenta de ello. Habéis vivido para vosotros mismos, como huérfanos en un mundo lleno de maldad. Vivisteis como huérfanos porque no Me hicisteis ningún caso, a Mí, vuestro Dios. Me abandonasteis completamente, vuestra vida la desarrollasteis para daros gustos personales.
¡Qué tristeza Me da la vida de la gran mayoría de vosotros! Sufristeis innecesariamente y os quejasteis, con grosería, contra Mí, vuestro Dios. Hubierais llevado otra vida, más tranquila, más bella, llena de Mi Amor, y Mis cuidados hubieran sido supremos, si hubierais estado Conmigo. Os perdisteis de grandes regalos de parte Mía, porque al hijo bueno es al que se le consiente y, vosotros, no fuisteis hijos buenos.
Os he estado hablando por varias semanas sobre la purificación que se ha de venir al género humano. Purificación que erradicará, en buena parte, el mal del Mundo. Las almas escogidas empezarán una nueva etapa de la humanidad.
Os he repetido y repetido todo esto durante mucho tiempo e hicisteis caso omiso de todas éstas advertencias y advertencias amorosas. Quiero puntualizar, que en ningún momento Mis advertencias sonaron a amenaza, como así algunos quieren verlas, un Padre que ama, nunca amenaza, advierte, implora, porque ama y, así lo he hecho, Mis pequeños.
Pero vosotros, os mantuvisteis en lo vuestro. A pesar de que escuchabais Mis ruegos, escuchabais los ruegos de Mi Hija, la Siempre Virgen María y ni aún así os conmovisteis a cambiar hacia el bien.
En menos tiempo de lo que imagináis, Mis pequeños, grandes pruebas tendréis, será destruida una gran parte de vuestro Mundo, desastres nunca imaginados tendréis y todo esto causado por la maldad de satanás, porque, viviendo como debisteis de haber vivido, en el Amor, hubierais controlado fácilmente el poder de satanás, ya que el Amor que viene de Mí, lo detiene, lo debilita y vosotros no quisisteis utilizar las armas del Cielo para quitarle poder. Pues bien, grandes cambios sufrirá vuestro Mundo y aún el Universo entero.
Vuelvo a repetir, Mis pequeños, aún a pesar de que ahora ya os estoy hablando claramente de grandes castigos que se han de venir y que no los podréis detener, os protegeré, os guiaré, estaré con vosotros y, especialmente, con aquellos que perderán la vida en éstas tribulaciones que viviréis.
Se irán muchas almas que desperdiciaron la oportunidad de servirMe aquí en la Tierra, que, a pesar de que Yo las necesitaba para que cumplieran una misión específica, prefirieron gozar del mundo y su misión no se cumplió, por negligencia, por flojera, por falta de respeto a Mis Leyes, a Mi Amor, porque no le dieron importancia a lo que Yo, vuestro Dios, les pedía. Este tipo de almas no Me sirven para iniciar un Nuevo Mundo, porque no fueron obedientes a Mi Llamado. Yo necesito almas obedientes, almas amorosas, almas delicadas que comprendan Mi Amor y que, además, Me den amor, porque Yo también necesito amor de parte de Mis creaturas.
Vuestra maldad ha ido creciendo, os habéis excedido de lo que Yo, vuestro Dios, pudiera soportar y, os lo digo así, Mis pequeños, porque los pecados de la humanidad y del Universo entero, se han salido ya de toda proporción, que, aunque Soy Dios y Soy Omnipotente, no Me merezco que vosotros Me tratéis a Mí, de la forma en que Me tratáis, ya que, además de estar llegando vuestras maldades y pecados a los Cielos, por otro lado, no encuentro prácticamente amor, ni reparación, ni con vuestras delicadezas, empezando con vuestra donación y con vuestra donación, preguntándoMe, como buen Padre que Soy, que en qué Me podríais vosotros ayudar y servirMe.
Con todo esto que sucederá, necesariamente regresaréis a Mí, aún aquellos que os consideráis ateos, que no necesitáis un Dios que os cuide, en esos momentos, cuando empecéis a perder, prácticamente todo lo que teníais, es cuando os acordaréis de que sí teníais un Dios, pero será, ya, demasiado tarde para una gran mayoría de vosotros.
Todo esto, Mis pequeños, cada frase, cada Palabra, Me duele mucho decíroslas, porque Soy vuestro Padre, porque Soy vuestro Dios y Soy todo Bondad, pero ya no puedo soportar vuestra forma de actuar, porque no os comportasteis como hijos, sino que os comportasteis como enemigos, porque dejasteis entrar al enemigo en vuestro corazón y éste os aconsejó que Me dierais la espalda y que no acudierais a Mis Llamados.
Esta purificación os dejará preparados, a los que sobreviviréis a la prueba, a estar más unidos a Mí, a atender Mis necesidades, a verMe como realmente Soy y a amarMe por Quien Soy.
Ciertamente, no quedarán almas que se sientan obligadas a amarMe, el Amor nace y se desarrolla en las almas buenas, Yo no obligo a ningún alma a amarMe y a respetarMe, porque eso no es amor. Las almas que quedarán, serán llamadas, verdaderamente, hijas Mías, porque, el hijo verdadero, ama de corazón y, os repito, no aman por obligación o por represión.
Quiero ya sentirMe alegre con Mis creaturas, quiero que se Me llame ya “Padre” y que esta palabra salga de lo más profundo de vuestros corazones. Quiero que vengáis a Mí, por amor y no porque tengáis que venir a Mí, para que Yo no Me enoje u os reprenda.
Vosotros, los que Me amáis, los que escuchasteis Mi Llamado, de hace poco tiempo o de hace mucho tiempo, comprendéis lo que os digo. Ciertamente, habrá almas que querrán cambiar, por conveniencia o por temor, a una condenación eterna. Ciertamente, escucharé sus gemidos, escucharé sus deseos y se salvarán por Mi Amor de Padre hacia ellas, pero no son verdaderos hijos. Son almas que, solamente, cambiarán de momento, para asegurarse un bien eterno. Por eso, vosotros, los que seréis llamados verdaderos hijos, iniciaréis un Nuevo Mundo, lleno de Mi Amor, lleno de Mis Bondades, lleno de infinidad de regalos maravillosos, que Yo, como Padre, os puedo dar y, porque os los merecéis, porque luchasteis contra el mal que os rodeaba, contra los ataques, aún de vuestros propios hermanos, porque no les interesaba a ellos hablar de Mí ni hablar de Mi Amor. Vosotros, sí sois verdaderos hijos del Amor.
Os Bendigo, Mis pequeños, y aplaudo vuestra actuación como hijos Míos, porque disteis ejemplo en el Mundo y, ahora, vuestro ejemplo dará frutos en el Nuevo Mundo por venir, porque seréis Mis consentidos, Mis verdaderos hijos, los hijos del Amor.
Gracias, Mis pequeños.
Primer Misterio. Habla Dios Padre.
Sobre: Estos son tiempos de Mi Santo Espíritu, que está rodeándoos, está a vuestro alrededor, está dentro de vosotros y, por eso, os pido Lo invoquéis continuamente, para que Él os vaya guiando, protegiendo contra los acontecimientos graves de la purificación.
Hijitos Míos, últimamente, os avisé que los acontecimientos de la purificación ya no se van a detener, hagáis lo que hagáis, pero sí se podrán disminuir. Ciertamente, con la tribulación que tendréis todos, por todos lados, difícilmente, para una gran mayoría de vosotros, os podréis concentrar en lo que estéis haciendo o diciendo. Estos son tiempos de Mi Santo Espíritu, que está rodeándoos, está a vuestro alrededor, está dentro de vosotros y, por eso, os pido Lo invoquéis continuamente, para que Él os vaya guiando, protegiendo contra los acontecimientos graves de la purificación.
Los que estéis Conmigo, lo sabréis y Yo Me portaré benévolo con vosotros, que, aún a pesar de que vayáis a sufrir, no será igual que el sufrimiento que tendrán vuestros hermanos, que Me atacaron continuamente.
Soy un Dios Justo y Bondadoso, amo la paz, vivo en perfecta armonía con todo lo creado, porque todo lo que tenéis a vuestro alrededor, y vosotros mismos, ha sido creado por Mí.
Yo conozco Mi Creación, os conozco perfectamente, queda en vosotros responderMe de la misma forma, o sea, dándoMe vuestro corazón en pleno. Pero antes de ello, os deberéis arrepentir de todas vuestras faltas, desde la primera que recordéis en vuestra existencia, aunque, ciertamente, ya estén confesadas y perdonadas, si así lo hicisteis. Aprovechad Mi Amor que tenéis dentro de vosotros y con ése Amor, salvad tantas almas como podáis.
Orad por ellas, para que Mi Amor, se dé de lleno en vosotros. No despreciéis ni desperdiciéis éstos últimos consejos que os doy antes de la Gran Tribulación, aprovechad, aprovechad todo momento de reconciliación Conmigo, vuestro Dios, para que perdone vuestras faltas y vuestro castigo no sea tan pesado.
Os amo, Mis pequeños, os amo.
Segundo Misterio. Habla Dios Padre.
Sobre: Volved a Mí, no le temáis a satanás, no le temáis a sus amenazas, Yo lo puedo vencer, Yo os puedo rescatar, Yo os puedo levantar a la calidad, nuevamente, de hijos de Dios, si así lo deseáis.
Hijitos Míos, a muchos, pero muchos de vosotros, satanás os ha llevado a un camino sin salida, os ha dejado sin ningún tipo de opción de escoger, si a la derecha o a la izquierda, simplemente, no hay opción, y lo hace para que vosotros no os separéis de él, para que os sintáis agobiados, para que le pidáis ayuda a él y por consiguiente, tener a las almas encadenadas a su poder satánico, malvado.
Pero no es así, Mis pequeños, vosotros, que estáis Conmigo, sabéis que podéis salvar muchas almas que están bajo el dominio de satanás. Satanás se aprovecha de que una gran cantidad de hermanos vuestros ya no oran, no han crecido con la instrucción religiosa debida, con el conocimiento, al menos, esencial, para amarMe y necesitarMe en vuestra vida y, por eso, satanás, al presentarse ante vosotros, los que no estáis preparados, como un ser poderoso que os puede conceder prácticamente todo lo que le pidáis, muchos, muchos de vosotros, preferís seguirle y ahí está vuestra perdición.
Estáis en ése callejón sin salida, perdidos, porque no tenéis la forma de apoyaros en Mí, porque no Me conocéis y, por lo tanto, os sentís cada vez más desamparados y bajo el yugo de satanás.
Mis pequeños, volved a Mí, no le temáis a satanás, no le temáis a sus amenazas, Yo lo puedo vencer, Yo os puedo rescatar, Yo os puedo levantar a la calidad, nuevamente, de hijos de Dios, si así lo deseáis.
Haced a un lado vuestra vida pasada, llena de maldad y de temores, llena de vicios, de blasfemias contra Mí. Mucho podéis hacer todavía, aunque os queden minutos o segundos de vuestra existencia, aún tenéis vida y, mientras tengáis vida sobre la Tierra, podéis hacer grandes cosas para el Reino de los Cielos, pero lo principal que debéis hacer, es arrepentiros de corazón.
Si lo hacéis, Mis pequeños, Yo os ayudaré a que vuestra alma quede lo mejor preparada posible para que no os perdáis eternamente y que podáis regresar a Mí, al Reino de los Cielos.
Uníos a Mí, vuestro Dios, que la búsqueda no solamente sea de Mí hacia vosotros, sino de vosotros hacia Mí, sabéis que siempre contaréis Conmigo. No desperdiciéis Mi Amor, Mis pequeños, no lo desperdiciéis ya, el tiempo se terminó, estáis viviendo bajo Mis cuidados y esperando, en cualquier momento, los acontecimientos graves que os pondrán a prueba ante Mí.
Que Mi Amor os proteja, os guíe. Os bendigo, Mis pequeños y confiad en Mí, vuestro Dios.
Gracias, Mis pequeños.
Tercer Misterio. Habla Dios Padre.
Sobre: Comprended que son hijos Míos y Me duele su condenación, dadMe amor, dadMe vuestras caricias, llevadMe a vuestro corazón, para que no sufra la pérdida de éstas almas, que son vuestros hermanos, que son hechura de Mi Corazón.
Hijitos Míos, Mi Amor impregnará vuestras almas, a las almas escogidas, a las almas buenas y, en ése momento, podréis tener la oportunidad de comparar lo que vivisteis, o sea, un amor deficiente, un amor convenenciero, un amor mediocre, al Amor que viviréis en los Nuevos Cielos y Tierras, podréis comparar fácilmente y no lloraréis el pasado, os lo aseguro, no lloraréis lo perdido, porque, lo nuevo que llegará a vosotros, os traerá tanta alegría, que vuestra felicidad será desbordante.
Así Soy Yo, Mis pequeños, os doy efusivamente, os doy en abundancia, os doy con un Amor que aún no conocéis, pero que las almas escogidas conocerán. Os consiento, porque os amo, pero ahora también os voy a consentir por haber sido fieles.
Fieles aún a pesar de los ataques que tuvisteis por mucho tiempo, fieles porque se os dio un conocimiento diferente y que vuestros hermanos no quisieron aceptar. Teníais la Verdad en vuestros labios, en vuestra mente, disteis ése conocimiento a vuestros hermanos y, por no querer tener ningún compromiso o cambiar de manera de pensar, persistieron en mantenerse en el error en el que vivían.
Mis pequeños, Mis hijos son valientes y la valentía Yo la pago en forma abundante en Bendiciones y regalos. Los que son Míos, son valientes, porque defienden lo Mío, porque buscan el bienestar para sus hermanos, porque defienden a sus hermanos contra la injusticia y la maldad en la que estáis rodeados ya.
Aquellos que vivieron en la injusticia, en la maldad y se aprovecharon de múltiples formas de vosotros, sus hermanos, tendrán castigos muy grandes, porque al actuar así, no vivían en el amor y eso quiere decir que prefirieron satanizarse a vivir en santidad, como tanto os he pedido.
Satanás ni los que están con él, pueden estar Conmigo y con los Míos, Mis hijos verdaderos, en el Reino de los Cielos. Todos aquellos que se aprovecharon en la Tierra de sus hermanos, con tantas injusticias y tanta maldad, o aquellos que actuaron siempre para su conveniencia, para aprovecharse de los bienes de sus hermanos, no pueden estar Conmigo en el Reino de los Cielos. Tuvieron toda una vida para arrepentirse, les di oportunidades, avisos, para que se compusieran y buscaran el camino recto, pero insistían en buscar los bienes de la Tierra. No quisieron cambiar, sus riquezas mundanas los condenarán eternamente.
Con esto, Mis pequeños, no quiero decir que vosotros os alegréis de su condenación porque escogieron el mal camino y actuaron en injusticia y en maldad contra vosotros. Comprended que son hijos Míos y Me duele su condenación, dadMe amor, dadMe vuestras caricias, llevadMe a vuestro corazón, para que no sufra la pérdida de éstas almas, que son vuestros hermanos, que son hechura de Mi Corazón. Llorad por la pérdida de éstos hermanos vuestros que, por su necedad se condenaron y se condenarán. Ciertamente, se lo merecen, pero Yo no quiero que vuestro corazón sienta algún tipo de alegría por el dolor eterno que tendrán. Aprended a condoleros, porque eso es Caridad, es Amor hacia vuestros hermanos.
Gracias, Mis pequeños.
Cuarto Misterio. Habla Dios Padre.
Sobre: Nuevamente os pido, os imploro que oréis por las almas abatidas, por las almas que ya no tienen fuerza para levantarse, a las almas a las cuales a atacado tanto satanás, que las ha convencido de que no pueden obtener Mi Perdón.
Hijitos Míos, cuando escucho el arrepentimiento de un alma pecadora, abatida por el pecado, adolorida por sus acciones, vosotros creéis que no la voy a atender, que Me escondo para que sufra ésa alma por tanto dolor que Me causó. No, Mis pequeños, es como un alma desesperada por la sed en el desierto o un alma abatida ahogándose en el mar. No, Mis pequeños, Yo no Me puedo apartar de vosotros en ésos momentos que son un regalo para Mí.
Eso es lo que espero de cada alma, eso es lo que espero de cada uno de vosotros. Porque todos, siendo pecadores, tenéis ése derecho ante Mí, de arrepentiros. Cuánto ansío de tantas almas, escuchar ése arrepentimiento, ésas palabras salidas del corazón, pidiéndoMe clemencia, perdón por sus pecados.
Os repito, Mis pequeños, Mi Corazón se alegra al escuchar a la alma arrepentida y deseosa de cambio, por eso os pido tanto vuestra oración.
Por eso os pido que os pongáis en el lugar de ésas almas pecadoras. Vosotros, que tenéis Mi Gracia, que tenéis Mi Amor y, podría decir, que tenéis el poder del Amor, con el cual podéis hacer milagros, milagros para el bien de vuestros hermanos.
El arrepentimiento y el volver a Mí, es un milagro, porque, prácticamente, ésas almas que llevan años y años en la maldad, apartados de Mí, sin deseos de buscarMe y de hacer un cambio radical en su vida, cuando ellas, deciden, ciertamente por Mi Gracia, porque Mi Gracia siempre os está buscando, a hacer un cambio definitivo en su vida, es una alegría grande, que ésa alma Me confiere.
No todas las almas logran zafarse de vicios, de maldades, de corrupción, de pecado. Ciertamente, el pecado debilita vuestra conciencia, debilita vuestra voluntad. Hacéis a un lado el Amor, que os daría muchísima fuerza para vencer a satanás, pero satanás sabe cómo destruir a las almas y convencerlas de que ya no se pueden levantar para obtener Mi Perdón a sus faltas y que puedan regresar a Mí.
Ciertamente, estáis luchando contra un enemigo muy fuerte, pero nunca, nunca tan fuerte como Yo, vuestro Dios.
Mis pequeños, nuevamente os pido, os imploro que oréis por las almas abatidas, por las almas que ya no tienen fuerza para levantarse, a las almas a las cuales a atacado tanto satanás, que las ha convencido de que no pueden obtener Mi Perdón y que no pueden regresar al Reino de los Cielos. Ayudadles, Mis pequeños, no las abandonéis, no las dejéis morir sin siquiera haber tratado de ayudarlas, os lo imploro, Mis pequeños.
Gracias por vuestra bondad.
Quinto Misterio. Habla Dios Padre.
Sobre: Quiero hacer de la Tierra, Mi Cielo, quiero que vosotros gocéis de Mis Bienes Celestiales, ya desde la Tierra. ¡Cuánto quiero ya el cambio, Mis pequeños y vosotros debierais desearlo también!
Hijitos Míos, Yo Soy vuestro Padre, Yo Soy vuestro Dios y quiero que meditéis en ello. Yo he estado con vosotros desde vuestra concepción, os he dado la vida, os he dado el Amor. Busco almas limpias, almas puras, almas santas que sean parte de Mi Cortejo Celestial.
Quiero hacer de la Tierra, Mi Cielo, quiero que vosotros gocéis de Mis Bienes Celestiales, ya desde la Tierra. ¡Cuánto quiero ya el cambio, Mis pequeños y vosotros debierais desearlo también!
Vuestra vida en la maldad no solamente os ha dañado a vosotros por generaciones, sino también ha dañado Mi Sacratísimo Corazón.
PedidMe, de corazón, que ya se dé éste cambio tan necesario para vuestras almas, para el Mundo entero, para el Universo, que aún no conocéis. La Luz se tiene que dar ya en todo lo Creado, en todo lo visible e invisible. Tiene que venir ya el triunfo de Nuestra Santísima Trinidad y de los Sacratísimos Corazones de Mi Hijo Jesucristo y de Mi Hija, la Siempre Virgen María, que se dieron por vuestra salvación.
Todo tiene que ser ya puesto en su lugar, tiene que ser aniquilado el mal, tiene que triunfar el bien, porque Yo Soy el Bien.
Nueva Vida para vosotros, alegría inmensa para Mí, vuestro Dios, ¿acaso, escuchando esto, no se alegra vuestro corazón, no salta de contento? ¿Acaso no os animáis a que se dé ya éste cambio y podáis ya vosotros vivir en Mi Amor y en ésa paz tan anhelada de vuestro corazón?
Esto os lo digo, Mis pequeños, para animaros, para levantar vuestra alma e irla preparando al cambio que tendréis, vosotros, los que deseáis ya vivir de acuerdo a Mi Voluntad y con los regalos que os merecéis por ser hijos fieles.
No temáis, no temáis, Mis pequeños a lo que vendrá, porque será bellísimo, temed, más bien, a vuestra inconstancia, temed, más bien, a vuestra duda, a vuestra ingratitud, temed a vuestra incredulidad. Yo no os puedo mentir, Mis pequeños, Yo quiero vuestro bien y os lo he demostrado a lo largo de vuestra existencia porque, cada uno de vosotros, habéis tenido, a lo largo de vuestra vida, momentos sublimes, que os he regalado, y no lo podéis negar. Momentos que podéis recordar en cualquier momento, que podéis traer a vuestra mente y gozarlos una y otra vez, porque fueron momentos de éxtasis.
Todas las almas han sido llamadas a volver a Mí, pero no todas las almas se dejaron mover en su corazón para regresar a Mí, no quisieron escuchar la Voz del Pastor, no La reconocieron, porque no La deseaban.
Os amo, Mis pequeños y quiero que gocéis de Mis regalos, de Mis Promesas en éstos tiempos de cambio, en estos tiempos por venir, para con ello, demostraros que Yo Soy vuestro Dios y que, verdaderamente, os amo con todo Mi Corazón, que Mis Promesas son reales y Mi Amor Infinito.
Gracias, Mis pequeños.
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