UN CUENTO PARA MEDITAR …
Había una vez un hombre que se quejaba mucho de su cruz, que muy pesada, que muy larga.
Dios le había dicho que tenía que llevarla hasta llegar al Cielo con ella. En el camino se le apareció el diablo diciéndole que le quería ayudar, pues lo veía que le costaba mucho avanzar, por ser tan larga y pesada su cruz, “te regalo un hacha preciosa, con ella podrás cortarla lo que necesites en el camino y así llegaras más fácil”, dijo el diablo.....
El hombre la acepto y camino. Para empezar, cortó un pequeño pedazo de la cruz, y siguió. Estaba más cómodo pero de repente entró a un bosque escabroso y muy frio y decidió cortar un poco más y así calentarse con la madera de la cruz, pero a su vez, la cruz se hacía más pequeña, y como cosa extraña, el hombre más malhumorado la llevaba.
Al final llego al Cielo, pero la puerta de entrada estaba muy alta, y no podía subir hasta ella. Grito y grito, y al fin le escucharon. Salió Jesús, y le preguntó: “Qué has hecho con la cruz que te di originalmente, pues esa cruz tenía la media exacta para tenderla y subir por ella hasta la puerta del cielo?”
Allí comprendió el hombre su engaño del diablo al cortar su cruz.
Jesús le dijo: “Todavía puedes entrar. Regresa al bosque ayuda a algún caminante que viene ya sin fuerzas a cargarle su cruz y al llegar aquí los dos podrán subir”.
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