EL SEPTIMO SELLO SE HA ROTO, LOS DESASTRES, COMO OS HE ANUNCIADO, EMPEZARAN
11 DE JULIO DE 2014
Publicado: 12 de Agosto de 2014
Mensaje de Dios Padre y Nuestro Señor Jesucristo a J. V.
Primer Misterio. Habla Dios Padre.
Sobre: Os he de rescatar de las garras de satanás y ciertamente os dolerá, porque os habéis hecho fuertes con su maldad y no os habéis querido someter, en humildad, a Mi Bondad, que es la que os da, verdaderamente Vida.
Hijitos Míos, las trompetas, tocando están. El séptimo sello se ha roto, los desastres, como os he anunciado, empezarán.
Mis pequeños, Me molesta anunciaros todo esto. Ciertamente, avisados ya estabais porque, tenéis en las Escrituras todo esto, que es el preámbulo a lo que ya os he venido anunciando, que será la purificación del Mundo y del Universo entero.
Os repito, Me molesta anunciaros todo esto, porque Yo Soy un Dios de Amor pero, Mi Justicia, también conlleva Amor. Mis pequeños, además de que os he venido explicando que la Justicia, Mi Justicia, que se ha de dar, va primeramente contra el mal que satanás ha sembrado por todas partes, Mi Justicia aplastará la cabeza de satanás a través de Mi Hija, la Siempre Virgen María. Mi Justicia os quitará tanto dolor, tanta pena, tanta maldad que veis a vuestro alrededor, y Mi Justicia también Me regresará vuestro corazón a Mi Corazón, porque vosotros os habéis olvidado de Mí; no entro ya a formar parte de vuestros intereses de vida.
Me blasfemáis, Me ignoráis, no cumplís con lo que Yo os he pedido, en Mis Mandamientos, Sacramentos, Leyes. Muchos de vosotros os burláis de todo lo que viene de Mí y, de ésta forma, vosotros habéis hecho vuestra vida sin Mi Presencia.
Si a vosotros os duele lo que vendrá, que será por corto tiempo, a Mí, Me ha venido doliendo vuestra actitud por muchos, muchos años y, esto no es justo, Mis pequeños, porque Yo Soy vuestro Padre, Soy vuestro Dios, Soy todo Amor. Vosotros, ciertamente, estáis envueltos en pecado, pero no habéis querido mejorar, al menos un poco, en vuestra vida espiritual y, por eso, Yo he de permitir ésta purificación, que será para que vuestro corazón se una nuevamente a Mi Corazón.
Muchos no lo veréis así, como un bien que se viene. Os duele que empecéis a perder todo con lo que estáis acostumbrados a vivir, especialmente en vuestra economía, en vuestra comodidad. ¿Acaso, os pregunto, vivís cómodamente con un corazón lleno de pecado y de maldad?
Vosotros no meditáis en ello y seguís viviendo con ése tipo de corazón, lleno de pecado y de maldad y Me seguís atormentando a Mí, vuestro Creador, vuestro Dios, que Soy todo Amor. En eso no pensáis, solamente pensáis en lo vuestro.
Todo esto que voy a permitir que venga, os hará recapacitar y os hará ver la realidad en la que habéis vivido y la realidad en la cual debisteis haber vivido. Habéis vivido en el pecado y debisteis haber vivido en la virtud y en el amor.
Por eso, antes de que Me blasfeméis, nuevamente, por lo que he de permitir en vuestra vida, agradecedMe, de corazón, que ya ponga fin, en vuestra vida, a toda ésta maldad que os rodea y que habéis hecho parte de vuestra vida. Vosotros no pertenecéis al mal, no pertenecéis a satanás, Me pertenecéis a Mí, que Soy vuestro Creador y Yo no puedo permitir que vosotros os perdáis eternamente, os he de rescatar de las garras de satanás y ciertamente os dolerá, porque os habéis hecho fuertes con su maldad y no os habéis querido someter, en humildad, a Mi Bondad, que es la que os da, verdaderamente Vida.
Dejad que Mi Santo Espíritu os guíe y os ayude a entender el Bien que va a hacer ésta purificación para toda la humanidad y al Universo entero, todo cambiará para vuestro Bien, agradecedlo, Mis pequeños.
Gracias, Mis pequeños.
Segundo Misterio. Habla Dios Padre y Nuestro Señor Jesucristo.
Sobre: Preparaos, jefes de los pueblos, preparaos, escribas y fariseos, porque Me veréis frente a frente, veréis Mi Cólera ante vosotros y no soportaréis ver el fuego que os fundirá, os querréis esconder ante la Ira de Mis Ojos y no podréis.
Hijitos Míos, el Pecado Original, Me desmembró, Mi Cuerpo Místico quedó separado, quedó en partes. Vosotros, estáis llamados a ser parte de Mi Cuerpo Místico pero, primeramente, es a través de la familia, vosotros fuisteis llamados a ser familia con el Cielo.
Mi Hijo os vino a enseñar cómo se vive en el Cielo, para que os unierais todos, de toda raza, de toda lengua, pero con un solo corazón, o sea, viviendo en el Amor y no habéis hecho gran cosa por unir el Cuerpo Místico de Mi Hijo, sigue desmembrado.
Los países siguen separados por fronteras y, no solamente por idiomas, sino por ideologías, cada vez estáis peor. Ya no os unís, las guerras persisten, las injusticias os separan cada vez más, el odio va tomando cada vez más fuerza en los corazones de toda la humanidad y ya no se habla de amor, de Mi Amor. El Cuerpo Místico de Mi Hijo sigue desmembrado.
La humanidad tuvo a Mi Hijo, Presente entre ellos y, ¿qué tomasteis de Él? Se Le asesinó porque les hacía ver sus pecados, porque los ponía en evidencia ante el pueblo, porque los que se sentían superiores ante el pueblo no daban ejemplo bueno, ejemplo santo, siendo que ellos eran los que podían leer las Escrituras, porque el pueblo no sabía leer.
Os seguís aprovechando, escribas y fariseos de toda la humanidad. Seguís asesinando a Mi Hijo, habéis tomado todos los poderes de la Tierra para seguir desuniendo a Mis hijos. Fuerte será vuestro castigo porque os volvisteis arma de satanás. ¡Cuánta maldad hay en vuestro corazón! Os molestaba que Mi Hijo os dijera “sepulcros blanqueados” y os molestaba escuchar verdades que iban en vuestra contra, porque aparentabais ser grandes hombres ante el pueblo, cuando en realidad, erais putrefacción.
Preparaos, jefes de los pueblos, preparaos, escribas y fariseos, porque Me veréis frente a frente, veréis Mi Cólera ante vosotros y no soportaréis ver el fuego que os fundirá, os querréis esconder ante la Ira de Mis Ojos y no podréis. ¡Cuánta maldad ha salido de vosotros! No quisisteis escuchar a Mi Hijo, no os quisisteis llenar de Sabiduría Divina y preferisteis atacarLe, porque Él os había llamado la atención y en lugar de dejar entrar humildad en vuestro corazón, cambiar y servirMe debidamente, vuestra soberbia os ganó y os opusisteis a las Verdades de Mi Hijo, seguisteis la falsedad de satanás y la maldad entró en vuestro corazón. Esa maldad os condenará, porque pudisteis haber sido grandes ante Mis Ojos, pero vuestra soberbia ganó y os condenará vuestra soberbia.
De esto, Mis pequeños, humanidad entera, también de éstos escribas y fariseos seréis salvados, eliminaré toda ésta estirpe maldita que ha causado tanto mal, primeramente al Cielo, al asesinar a Mi Hijo y, por haber asesinado a Mi Hijo, también vosotros os perdisteis de mucho, Mis pequeños.
Volveréis al Bien, se os mostrará y los que queráis venir a Mí, lo seguiréis, seguiréis éste Bien que os enseñó Mi Hijo, que lo vivió ante vosotros y que lo viviréis cuando regreséis a Mí.
Ved, Mis pequeños, cómo os amo, cómo iré eliminando todo aquello y a todos aquellos que os han esclavizado por tanto tiempo. Mi Amor es Infinito y vosotros sois Mi Amor, sois Mis creaturas y, por eso os consiento tanto, no quiero seguir viéndoos sufrir, como ahora estáis sufriendo.
Ciertamente, os ayudaré a éste cambio tan bello que tendréis, pero también necesito de vuestra parte. Vosotros debéis poner de vuestra parte y cambiar de corazón, sacar de vuestro ser todo aquello que vaya en contra de Mis Enseñanzas y de Mi Amor. Tenéis el libre albedrío, si queréis venir en pos de Mí, debéis también purificar vuestro interior, ciertamente, con Mi ayuda, pero pidiéndoMelo de todo corazón. Si vosotros no queréis estar Conmigo, también seréis eliminados como ésta estirpe maldita será eliminada.
Disculpen, Mis pequeños, que os hable así, pero éstos hermanos vuestros, que se volcaron hacia el mal, mucho daño han hecho a Mi Corazón, a Mi Amor, al dañaros a vosotros y al impedir que Mis Leyes y Decretos se dieran en todo el Mundo. Mi Justicia será severa, contra estos esbirros de satanás.
Gracias, Mis pequeños.
Tercer Misterio. Habla Dios Padre.
Sobre: Muchas tragedias veréis, pero deberéis conservar la paz en todo momento, Mis santos ángeles, que estarán junto a vosotros, os estarán protegiendo en todo momento.
Os he dicho, Mis pequeños, que el Universo entero se convulsionará, a tal grado será, que vosotros no sabréis qué hacer. Y esto os lo digo, Mis pequeños, porque si no estáis preparados desde ahora a enfrentar todos estos acontecimientos en estado de Gracia, difícilmente podréis tener algún sacerdote a la mano, que os perdone vuestros pecados mortales.
Os vuelvo a repetir esto, Mis pequeños, porque lo tenéis anunciado en las Escrituras. Cuando me refiero a aquellos tiempos, cuando el pueblo judío era atacado y se hablaba que el mismo pueblo caminaba de un lado a otro sin saber a dónde ir y los mismos sacerdotes tampoco sabían qué hacer, porque eran tiempos difíciles, porque eran tiempos de castigo. Ahora tendréis algo similar, Mis pequeños. ¿Cómo estaréis en ésos momentos?
Os he dicho que aquellos que estéis Conmigo, Yo os iré protegiendo y sabréis entender los acontecimientos que os rodearán. No así, aquellos que no están preparados, porque muchos se desesperarán y, hasta su vida querrán quitarse. Los que estéis Conmigo, conservaréis la calma, estaréis en paz, conoceréis Mis Designios y ayudaréis a vuestros hermanos que, desesperados estarán, a que recuperen ésa paz.
Ciertamente, muchas tragedias veréis, pero deberéis conservar la paz en todo momento, Mis santos ángeles, que estarán junto a vosotros, os estarán protegiendo en todo momento, por eso también os he pedido que tengáis ésa devoción grande a los santos ángeles, porque ellos os están protegiendo y están preparados ya para la gran batalla. Recordad que estáis en el campo de batalla, en donde el príncipe de éste mundo, os ha venido atacando desde vuestro nacimiento. Mis santos ángeles también os han venido protegiendo desde vuestro nacimiento, sino, más bien decir, desde vuestra concepción.
Espiritualmente hablando, Mis pequeños, estáis en un campo de batalla, que no soportaríais ver.
Realmente estáis viviendo en forma y en un lugar muy diferente a lo que vuestros ojos humanos pueden ver, la realidad espiritual es otra y os espantaríais de verla, aunque fuera por unos pocos momentos.
Debéis creerMe, Mis pequeños, que necesitáis una protección muy grande, de parte Mía, y debéis estar unidos en todo momento a Mí, vuestro Dios. Vuestra oración y vuestra donación, son importantísimas en estos momentos de cambio y de prueba.
El Cielo, unido está con las almas de la Tierra que quieren unirse a Mi Voluntad. Si no os acercáis a Mí, Mis pequeños, podréis dudar, os podréis llenar de temores y, hasta Me podréis fallar. Pase lo que pase a vuestro alrededor, venid a Mí y pedid Mi protección, Mi ayuda, Mi Sabiduría, para saber qué hacer en ésos momentos.
Recordad que Soy vuestro Creador y conozco vuestra pequeñez y, hasta podría decir, vuestra nulidad y Mi Amor no os puede abandonar en estos momentos de gran prueba espiritual, de eso deberéis estar completamente seguros. Yo estaré a vuestro lado ayudándoos en todo momento, pero necesito vuestra total donación a Mí, vuestro Dios. Ya no son momentos de dudar, son momentos para estar completamente seguros en Mi Omnipotencia.
Satanás no puede contra vosotros si vosotros estáis totalmente sumergidos en Mi Amor y en Mi Voluntad.
No dudéis, en ningún momento, porque la duda Me ofende, Yo Soy Omnipotente. Confiad en que éste cambio va a ser benéfico para todos vosotros y, las almas que queden, serán premiadas grandemente y serán premiadas, principalmente, por su fidelidad a Mi Voluntad.
Así que, empezad, Mis pequeños, a hacer éstos ejercicios de fidelidad. Mi Hijo os decía: “sean como niños” y eso es lo que quiero que seáis en éstos momentos, niños y muy pequeños, que necesiten totalmente de su padre o de su madre que los protejan, que los ayuden, que los salven de todo mal.
Gracias, Mis pequeños.
Cuarto Misterio. Habla Nuestro Señor Jesucristo.
Sobre: Cómo quisiera que os tomarais momentos en vuestra vida para que recordarais Mi Amor por vosotros pero, sobre todo, Me agradecierais, de corazón, todo lo que os hemos dado en Nuestra Santísima Trinidad.
(Lenguas…) Hijitos Míos, una Cruz muy pesada Me habéis hecho cargar. Ved, ved ésta Cruz que cargo por vuestros pecados pero, ésta Cruz, es Cruz de Salvación y la tomo por Amor a todos vosotros, almas de todos los siglos, almas pasadas, presentes y futuras.
Cada paso que doy, Me pesa más, Mis pequeños. Por cada paso que doy, sufro más por vuestro desprecio, por el olvido a Mi Donación, a Mi Sacrificio, por todos vosotros.
No eran tanto los dolores de los verdugos los que Me hacían sufrir más, sino vuestro desprecio, vuestra ingratitud, vuestra burla.
Ese pueblo que un día gritara que fuera su Rey, su Mesías, ahora gritaba lo contrario y ahí está representada la humanidad. Cuando os va bien, cuando tenéis todo, estáis alegres, pero cuando se os empieza a quitar todo, venís hacia Mí, atacándoMe, blasfemándoMe. Soy vuestro Dios y voy cargando ésta Cruz por vosotros, que sois miseria, que sois pecado, que sois maldad.
Me he dado y Me sigo dando por cada uno de vosotros, porque Mi Sacrificio es Eterno, Mi Donación para Siempre y, con ella, sigo esperando que vuestras almas regresen a Mí, que os apartéis del mal en el que habéis vivido en formas diferentes, cada uno de vosotros, a lo largo de vuestra existencia y que, en algún momento, volváis vuestros ojos a Mí y veáis todo lo que Yo he hecho por vosotros.
Espero, a lo largo de vuestra existencia, ése instante en que Mi Luz Divina os tocará, pero, mientras, sufro, porque en ningún momento os acordáis de Mí. No reparáis. No Me amáis. No tenéis alguna palabra de agradecimiento ni de bondad hacia Mí y, no os imagináis cómo aliviaríais Mis Dolores, Mi Donación, Mis Sufrimientos, si os acordarais de Mí, en algún momento. Una mirada amorosa de arrepentimiento, de dolor, al ver Mis Dolores, Me quitarían a Mí, tantos Dolores! Cuántas almas pasan por el Mundo y, prácticamente, no tengo de ésos momentos de alivio que Me podrían dar, el acordarse de Mí y acompañarMe en algún momento de Mi Vida, especialmente de Mi Pasión, que fue Mi Donación por vuestra salvación.
Toda Mi Vida fue Donación para vosotros, en todo momento, vosotros estabais y seguís estando en Mi Pensamiento. Os conozco perfectamente. Conozco vuestras debilidades, conozco vuestros aciertos, conozco vuestro corazón y espero, espero a que éste corazón, en algún momento, se vuelque hacia Mí, aunque sea por unos momentos.
¡Cuánta ingratitud de la humanidad hacia su Salvador!, ¡Cuánto olvido a todas las Gracias que recibís día a día por Mi Donación hacia vosotros. Vosotros, continuamente, estáis recibiendo infinidad de Bendiciones por Mi Donación, y vosotros no las consideráis.
Recordad que antes de Mi Venida, los Cielos estaban cerrados, la Gracia del Espíritu Santo no alcanzaba a derramarse totalmente sobre los hombres, porque no estabais en estado de Gracia. El Alimento de Vida, que Yo os dejé en la Sagrada Eucaristía, no lo teníais. Torrentes y torrentes de Bendiciones estaban detenidos, porque todavía no se daba Mi Donación por vosotros.
Al momento de Mi Muerte, la Vida empezó a llenar el Universo entero, todo lo que estaba detenido, se empezó a dar en abundancia y todo era para vosotros, ¡Mis pequeños, Mis creaturas, Mis hijos, Mis hermanos!
En esto no pensáis, no meditáis. Yo abrí las Puertas de la Gracia, torrentes de Misericordia, de Bendiciones, de Amor y de Gracias empezaron a caer sobre todos vosotros, sobre todas las almas, a todos los pueblos, a todas las naciones, a todos los siglos, y vosotros no meditáis en ello.
¿Cuándo Me dais las gracias de todo esto?, nunca, ¿cuándo os acordáis de Mí?, prácticamente nunca. Recibís Mis regalos y sentís que os los merecéis, ciertamente, os los merecéis, porque os amo, porque Me di por vosotros, porque os amo. Cómo quisiera que os tomarais momentos en vuestra vida para que recordarais Mi Amor por vosotros pero, sobre todo, Me agradecierais, de corazón, todo lo que os hemos dado en Nuestra Santísima Trinidad.
Cuánto bien Me haréis, Mis pequeños, si pensáis un poco en Mí y, al hacerlo, mucho bien recibiréis de parte Mía, porque amo a las almas que aman.
Gracias, Mis pequeños.
Quinto Misterio. Habla Dios Padre.
Sobre: ¿Cómo creéis pues, Mis pequeños, que Yo no os proteja, que Yo no os cuide en estos momentos, cuando se irá recuperando el Cuerpo Místico de Mi Hijo? Tened confianza en Mí, vuestro Dios, los que ya sois parte del Cuerpo Místico de Mi Hijo.
Hijitos Míos, dejaos consentir por Mí, vuestro Dios. Os he pedido que os donéis perfectamente a Mi Voluntad.
Cuando vosotros os donáis a Mí, a Mi Voluntad, ya sois parte del Cuerpo Místico de Mi Hijo y, ¿puede alguien dañar a su propio cuerpo?, no, Mis pequeños.
Cuando estáis Conmigo, cuando vivís Conmigo, cuando vivís en Mi Amor, no puede salir maldad de vuestro corazón, porque, además, vuestro corazón Me pertenece.
Ciertamente, cuando vivís en el pecado, satanás os lleva al vicio y a la maldad y, entonces, sí dañáis vuestro cuerpo, pero cuando estáis así, no pertenecéis al Cuerpo Místico de Mi Hijo.
Cuando estáis en contra Mía y de Mis Mandatos, sois como una enfermedad al Cuerpo, al Cuerpo Místico, al Cuerpo Sano, al Cuerpo Santo y, a la enfermedad se le ataca, se le elimina, no se le permite estar en el cuerpo sano. Por eso os hablo tanto de vivir Conmigo, de ser parte del Cuerpo Místico de Mi Hijo, porque quiero unir a todas las almas.
Pero, ciertamente, no se dará todavía en éste tiempo, porque siguen prefiriendo vivir para ellas mismas, vivir en el pecado, vivir en la maldad.
Por eso os vuelvo a repetir Mi Promesa, de que si sois almas llamadas a vivir ya en Mi Cuerpo Místico, que es el Cuerpo de Mi Hijo, protegidas seréis, Me habéis costado mucho, Mis pequeños, mucho Dolor y mucho Amor. ¿Cómo puedo despreciar a las almas buenas, a las almas que se han dejado mover plenamente por Mí? Por eso debéis confiar plenamente en que Yo os protegeré, porque no puedo permitir que se siga dañando el Cuerpo Místico de Mi Hijo y que las celulitas que, sois vosotros, sean apartadas de Él y sigan siendo dañadas por el mal de satanás.
Os digo todo esto, Mis pequeños, para que tengáis una plena confianza en Mí, vuestro Dios, en que, si realmente os sentís ya, de Mi parte, si os sentís que sois parte del Cuerpo Místico, no deberéis temer a los acontecimientos, porque no os separaré ya más del Cuerpo Místico de Mi Hijo. Estoy recuperando celulitas, estoy recuperando almas y, todo esto que se va a dar, será para ello, así que no temáis.
Os repito, vosotros mismos sabéis, en vuestro interior, cómo estáis ante Mis Ojos, cómo Mi Amor os protege, os guía, cómo Mi Amor ama el amor que ya vosotros habéis hecho crecer y protegéis en vuestro interior. ¿Cómo creéis pues, Mis pequeños, que Yo no os proteja, que Yo no os cuide en estos momentos, cuando se irá recuperando el Cuerpo Místico de Mi Hijo? Tened confianza en Mí, vuestro Dios, los que ya sois parte del Cuerpo Místico de Mi Hijo.
Gracias, Mis pequeños.
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