LA NOCHE YA OS ALCANZO, IGUAL A CUANDO EL HIJO DEL HOMBRE FUE ENTREGADO A SUS ASESINOS
26 de Septiembre de 2014
Publicado: 19 de Octubre de 2014
Mensaje de Dios Padre y Nuestro Señor Jesucristo a J. V.
Primer Misterio. Habla Dios Padre.
Sobre: Quiero que entendáis bien esto, Mis pequeños, todos tenéis derecho a regresar a Mí.
Hijitos Míos, con la Parábola de los trabajadores, los cuales, algunos trabajaron por más tiempo que otros, pero todos recibieron la misma paga, os he querido recordar que todos tenéis derecho al Reino de los Cielos.
Tenéis el ejemplo del ladrón en la Cruz, pidiendo perdón a Mi Hijo y recibiendo de regalo el Reino de los Cielos, momentos antes de su muerte. Sed como éste santo ladrón, que en Sabiduría Santa y en humildad reconoció su maldad, aceptó que había pecado mucho y pidió perdón de corazón y se ganó el Reino de los Cielos.
Quiero que entendáis bien esto, Mis pequeños, todos tenéis derecho a regresar a Mí, ciertamente, unos tendréis un mejor lugar, junto a Mi Corazón y otros, un poquito más alejado, pero esto no quiere decir que no estaréis en el Reino de los Cielos. Por otro lado, también es Justicia Divina, el que unos tengan una preferencia mayor, puesto que lucharon toda su vida, mientras que otros, fue al final cuando se arrepintieron y no hicieron méritos durante toda su vida.
Por eso se habla de las moradas en Mi Reino y, eso es por Justicia, Mis pequeños. Ciertamente gozaréis inmensamente, no importa en la morada que estéis, Yo Me encargaré, Mis pequeños, de que gocéis inmensamente cuando lleguéis Conmigo de regreso. Mi Amor es para todos, Mi Omnipotencia os da ésa Gracia de poder gozar aún a pesar de que vuestros méritos sean pocos, porque Mi Perdón es inmenso.
Acercaos con confianza a Mí, vuestro Dios, satanás siempre va a tratar de molestaros y haceros creer que vosotros no tenéis derecho a regresar a Mí, porque vuestros pecados son muy grandes y no tienen perdón y no es así Mis pequeños, vosotros tenéis derecho a regresar a Mí.
Tenéis el ejemplo, como os dije, de éste ladrón, también el de Mi hija, santa María Magdalena, que de ella salieron muchos demonios, ¿acaso hay entre vosotros algunos que tengáis más pecados? Mi Hijo os dará la Gracia, con Su Sangre Preciosa, de purificaros, aprovechad éstos tiempos críticos para reconocer vuestras faltas y que no os perdáis de éste gran regalo que os doy. Yo Soy la Misericordia Infinita, Soy el Amor Omnipotente, Soy vuestro Padre y vuestro Dios, ¿qué más queréis, Mis pequeños? El Amor todo lo perdona, si vosotros tenéis la humildad y reconocéis vuestras faltas y, así, alcanzar Mi Perdón y regresar a Mí.
Os amo, Mis pequeños, y os bendigo, con la Sangre Preciosa de Mi Hijo, para que tengáis la confianza y el saber que os estoy esperando para que regreséis a Mí, vuestro Dios.
Gracias, Mis pequeños.
Segundo Misterio. Habla Dios Padre.
Sobre: Imaginad que se os avisa que el siguiente día que viviréis, será el último día de vuestra existencia, ¿qué haríais?, ¿cómo os prepararíais?
Hijitos Míos, imaginad que se os avisa que el siguiente día que viviréis, será el último día de vuestra existencia, ¿qué haríais?, ¿cómo os prepararíais?
Mis pequeños, Yo os cuido, Yo os doy todas las oportunidades para que regreséis a Mí, pero vosotros tenéis vuestro libre albedrío. ¿Cómo utilizaríais vuestro último día de existencia aquí en la Tierra? Ciertamente, si estáis Conmigo, os prepararíais todavía mejor, todo vuestro día, toda vuestra noche sería de oración. No pararíais ni un momento en orar por vosotros, por los vuestros, por el mundo entero. Todo vuestro tiempo lo pasaríais unidos a Mí.
Esta unión, Mis pequeños, es la que siempre he deseado de vosotros, que estéis en todo momento Conmigo, como Mi Hijo lo estaba. Todos Sus Actos, Sus Palabras, Sus Pensamientos, estaban Conmigo.
Vosotros, creéis que sois muy pequeños, que vuestra oración es insignificante, que vuestros actos, quizá ni los vea Yo y, no es así, Mis pequeños. Conozco el pensar de cada uno de vosotros, puesto que vivo en vuestro ser, os guío cuando os dejáis guiar y os hago aprovechar vuestros momentos cuando Me dejáis tomar las riendas de vuestra vida.
Al deciros esto, de que penséis qué haríais en el último día de vuestra existencia, si tuvierais ésa Gracia de saber que así sería, os prepararíais de la mejor forma, porque, ciertamente, queréis estar Conmigo; de ahora en adelante, Mis pequeños, quiero que así sea cada día de vuestra existencia, pensar que es el último día de vuestra existencia y, puede ser, porque los tiempos ya son los últimos y no sabéis exactamente cuándo os tocará a vosotros, porque ya os he anunciado que estáis en tiempos de Justicia y, en cualquier momento, podéis regresar a Mí para entablar vuestro Juicio eterno.
Meditad esto, Mis pequeños y tomadlo muy en cuenta.
Se vendrán acontecimientos muy fuertes para cada país y para cada persona. No solamente pidáis por vuestra propia salvación, sino también por la de los vuestros. Como Padre Amoroso que Soy de cada uno de vosotros, y que deseo lo mejor para cada uno de vosotros, os doy este Consejo, que espero que toméis muy en serio, porque ya en las Escrituras se os dio, cuando se os dijo que no sabéis ni el día ni la hora en que llegaré y, ése día ya está muy cercano, Mis pequeños, os he dicho que el tiempo se ha terminado y estáis nuevamente, os repito, en el Tiempo de Justicia. ¿Estáis preparados, Mis pequeños, para que éste sea vuestro último día sobre la Tierra y podáis regresar a Mí, con un corazón alegre, sabiendo que os vais a presentar ante Mí, porque estáis preparados, limpios de corazón y contentos de verMe?
Os he dicho muchas veces que si vivís en Mi Amor, no tenéis de que estar preocupados por lo que sucederá ni temer a lo que vendrá, puesto que os presentaréis ante el Amor Infinito y Misericordioso que Soy Yo, vuestro Dios. Lo que menos debe haber en vuestro corazón, es temor.
Preparaos pues y preparad a vuestros hermanos con vuestra oración, pero que salga desde lo más profundo de vuestro corazón, ayudadles, porque muchos, muchos hermanos vuestros necesitan vuestra ayuda para su salvación.
Gracias, Mis pequeños.
Tercer Misterio. Habla Nuestro Señor Jesucristo.
Sobre: DadMe vuestro tiempo, reparad el tiempo que no Me pudieron dar Mis apóstoles.
Hijitos Míos, estoy aquí en el Huerto de los Olivos, orando y sufriendo. Os veo a todos vosotros, veo a todos vuestros hermanos en todos los tiempos, veo el bien y veo el mal de las almas y Mi sufrimiento es atroz. Le he pedido a Mis apóstoles que oraran Conmigo y Me han dejado abandonado, se quedaron dormidos.
Sigo orando, Me sigo dando por vosotros y el Mundo está dormido. No se dan cuenta de los acontecimientos que ya están sobre vosotros. Sigue cada quien viviendo su vida despreocupadamente y Yo sigo arrodillado, sudando Sangre por vosotros. ¡Tanto es Mi Dolor, porque os amo tanto!
Vosotros no comprendéis aún todo el Amor que os teneMos. No os podéis imaginar cuánto amaMos a la creatura, lo comprenderéis cuando dejéis vuestro cuerpo y regreséis ante Nuestra Presencia y, ya sea en los Cielos, en el Purgatorio o en el Infierno, es cuando comprenderéis cómo os amaMos.
Nuestro Amor Divino es incomprensible para el hombre, no hay amor humano que pueda parecerse en lo mínimo al Amor que os teneMos. Por eso no lo apreciáis y no entendéis cuando os digo: velad y acompañadMe, como le pedí a Mis apóstoles.
¡Os lo he pedido tanto!, y ni siquiera Me pedís que os comparta este sentimiento de Amor y de Sufrimiento que tengo por cada uno de vosotros y Me sigo dando y Me sigo ofreciendo, Mi Vida toda, es para vosotros.
Mi Amor es vuestro amor, ¿por qué os tengo que repetir tantas veces esto, Mis pequeños? Ni estáis velando ni orando, estáis en el Mundo, estáis desperdiciando todas Mis Bondades, Mi Donación total y absoluta por cada uno de vosotros.
La noche ya os alcanzó, igual que llegó el momento en que el Hijo del Hombre fue entregado en manos de Sus asesinos.Padeceréis también, para que recordéis éstos momentos en que Yo oré por cada uno de vosotros y Le pedí al Padre por vuestra salvación, por el perdón de vuestras faltas, por vuestra redención. Me di por cada uno de vosotros, ¿os daréis ahora por Mí, Mis pequeños? ¿Ofreceréis vuestros sufrimientos, que estáis ya padeciendo, y algunos padeceréis todavía peores, para aliviar Mis Dolores en el Huerto?
Yo he aliviado vuestros dolores y os he abierto las Puertas del Paraíso, ¿Me daréis vuestra vida? ¿Me daréis vuestra muerte? ¿Me daréis vuestros padecimientos? ¿Me daréis vuestro dolor? Soy vuestro Dios, pero también Soy Hombre, no tuve a los apóstoles, a Mis elegidos, en ésos momentos, ¿os tendré a vosotros ahora en éstos momentos?
AcompañadMe, Mis pequeños, ni una hora pudieron orar Conmigo, ¿Me daréis vuestro tiempo, Me acompañaréis en éstos momentos obscuros y de dolor de la humanidad, recordando los que Yo tuve? No os separéis de Mí, Mis pequeños, que Yo nunca Me he separado de vosotros, estáis en Mi Corazón, porque os vi desde ése tiempo en el Huerto y os he mantenido muy cerca de Mi Corazón, orando por vosotros, por esta humanidad, por el dolor que Me causan vuestros pecados, pero, sobre todo, por la indiferencia del hombre hacia su Dios y Salvador.
DadMe vuestro tiempo, reparad el tiempo que no Me pudieron dar Mis apóstoles.
Gracias, Mis pequeños.
Cuarto Misterio. Habla Nuestro Señor Jesucristo.
Sobre: Los acontecimientos ya están pronto a darse con mayor intensidad y no os estáis preparando para contrarrestar lo que os pueda suceder, insisto, sed sabios y aprovechad el tiempo que os quede para prepararos.
Hijitos Míos, cuando Me mostráis vuestro interior, honesta y abiertamente, cuando así Me lo enseñáis y pedís perdón, acepto vuestra humildad, Me enorgullezco de vuestra sinceridad y acepto de corazón vuestro dolor.
Quiero almas humildes, almas sinceras, almas que se reconozcan verdaderamente pecadoras, porque ellas obtendrán el perdón de sus faltas. ¡Ay! de aquellas almas soberbias que creen que se merecen todo, porque, ellas, difícilmente alcanzarán perdón. Almas farisaicas, sintiéndose más que Yo, vuestro Dios.
Estas almas, que sienten que todo se merecen, son las que menos cerca están de Mí. Se enorgullecen de lo poco que dan, aparentando ante los demás que están cumpliendo, verdaderamente, con lo que Yo os pido. Por eso, Yo, vuestro Dios Encarnado, Jesucristo, le decía al pueblo: “hagan lo que ellos enseñan, más no sigan su ejemplo”. Yo le iba enseñando al pueblo lo que tenían que vivir, ciertamente, Me basaba en las Escrituras, pero actuaba lo que decían en las Escrituras.
¡Qué difícil es para vosotros actuar lo que Yo os dejé!, y Yo hice todo simple, lo que otros veían complicado en las palabras de los profetas. Yo os dije simplemente: “ámense los unos a los otros como Yo os he amado”. ¿Por qué se os hace tan difícil esto? Todos bajasteis del Cielo, todos sois hijos del mismo Padre, ¿por qué?, ¿por qué, Mis pequeños, no os amáis, no os respetáis, no os cuidáis lo unos a los otros? El Reino de los Cielos es el encuentro del Amor Fraterno, en el Reino de los Cielos se vive plenamente Mi Amor, las almas están llenas de Mi Amor, se comparten unos a otros Mi Amor, pero es un Amor, limpio, puro, sincero.
Os vine a Enseñar esto aquí en la Tierra, para que pudierais unir el Cielo con la Tierra, que no hubiera ya barreras. Ciertamente, la maldad de satanás quiere impedir ésta unión, y os ataca, pero tenéis Mi Gracia y no la aprovecháis, no hacéis gran cosa por tratar de cumplir lo que os pido. No os negáis a vosotros mismos para que Yo pueda vivir plenamente con vosotros y en vosotros, dichosos debierais estar de saber que Yo, vuestro Dios, puedo habitar en vosotros. Si lo hacéis entre vosotros, con personajes a los que respetáis, ¿por qué no lo hacéis Conmigo, que Soy mucho más que cualquier personaje importante sobre la Tierra?
Preparáis vuestra casa, compráis las mejores viandas, arregláis vuestro hogar para que se sienta a gusto vuestro invitado. ¿Por qué no lo hacéis Conmigo, que os he dado el don de la vida? Os he cuidado a lo largo de vuestra existencia, todo lo que tenéis viene de Mí, especialmente Mis cuidados contra los ataques del enemigo y, a Mí, vuestro Dios, vuestro Protector, vuestro Salvador, vuestro Redentor, que Soy más importante que cualquier hombre sobre la Tierra, para Mí no hay un lugar especial en vuestra vida, en vuestro corazón, en vuestra mente. Eso es lo que más Me duele, Mis pequeños. Vuestra indiferencia, vuestra falta de Sabiduría, vuestra falta de amor.
Todo lo que padeceréis será para vuestro bien. Estáis viendo ya, cómo el Mundo está siendo castigado. Creéis muchos de vosotros que todo lo que está sucediendo es normal, no queréis ver la realidad porque os da miedo, porque el reconocer que todo se salió ya de las leyes naturales, con eso tenéis un indicativo de que algo extraordinario está pasando y no lo queréis ver para no preocuparos y cambiar. Preferís actuar como el avestruz, si no veis ni oís, creéis que nada sucede a vuestro alrededor, en lugar de prepararos para los acontecimientos peores que vendrán. Preferís no aceptarlos, engañándoos y, de ésta forma, perdéis tiempo para hacer un bien a vuestra alma y a la de los vuestros.
Esto indica vuestra falta de Sabiduría, y vuestra tontería os puede llevar a un mal mayor.
Sed valientes, sed sabios, enfrentad la realidad que os rodea, que, ciertamente, vosotros sois la causa de ésta realidad por vuestro mal comportamiento, aceptad vuestro error y enmendad lo que podáis con vuestros actos, con vuestra oración, con vuestra donación.
Los acontecimientos ya están pronto a darse con mayor intensidad y no os estáis preparando para contrarrestar lo que os pueda suceder, insisto, sed sabios y aprovechad el tiempo que os quede para prepararos.
Gracias, Mis pequeños.
Quinto Misterio. Habla Nuestro Señor Jesucristo.
Sobre: Por vosotros, Mis hermanos, Mis verdaderos hermanos, todo será reconstruido y éste Mundo Nuevo albergará nueva vida, Mi Vida en vosotros, lo que Me escogisteis, a pesar de la adversidad que vivíais a vuestro alrededor.
Hijitos Míos, estoy crucificado y ciertamente le digo a Mi Madre “he ahí a Tu hijo”. Todos son Tus hijos, y quedasteis hermanados todos, sin fronteras, sin razas, sin prejuicios, todos hermanos, como lo sois en el Reino de los Cielos.
En la Cruz, en Mi Dolor, os hermané, el pecado os ha separado, la maldad, en vuestro corazón, os ha separado, porque le abriste vuestro corazón a satanás, el que es todo mentira, el que es todo destrucción, el que separa lo que Yo uno.
Estos tiempos van a ser de vuestra cruz y os volveréis a hermanar, seréis, verdaderamente un solo pueblo. El dolor, la destrucción, os hermanará, produciréis amor por ayudaros los unos a los otros y esto os preparará para Mi Segunda Venida, Mis pequeños.
¿Veis cómo de lo aparentemente malo, Yo saco un bien? Mis caminos no son los caminos del hombre ni Mis Pensamientos, los vuestros. Yo busco el bien, busco vuestra unión, busco un solo Amor, que es el de Nuestra Santísima Trinidad, y lo queremos para vosotros.
Vosotros aceptasteis lo que satanás os legó, que fue destrucción, muerte, maldad, vidas sin Vida, porque no estáis viviendo. Creéis vivir, pero la gran mayoría de vosotros estáis muertos porque el pecado habita en vosotros y no lo queréis desechar de vuestra vida, que no es Vida.
Aquellos que han luchado por mantener Mi Vida y que realmente tienen Mi Vida en su vida, ¡benditos seréis!, Mi Corazón está con vosotros, Mi Vida Divina habita en vuestro corazón, anida en vosotros, la habéis acogido y Yo he acogido vuestro corazón, benditos seréis, porque los ataques de satanás, a pesar de que cada vez son mayores, vosotros os tomáis más fuerte de Mi Mano y Me pedís el no separaros de Mí.
Vosotros, que estáis Conmigo, que no soltáis Mi Mano, que Me acompañáis en todo momento, aún a pesar de vuestras distracciones, olvidos y, a veces indiferencia, a pesar de ello, os atraigo cada vez más a Mi Corazón, porque sois almas de lucha, sois almas verdaderas que aman el Amor, que respetan Mi Amor, que luchan por llenarse de Mi Amor, ¿cómo Me puedo olvidar Yo de vosotros en éstos tiempos, si en la obscuridad, que ya os rodea, Me buscáis? Ciertamente, encontraréis Mi Luz, vendréis a Mí, os protegeré y os consentiré. Vosotros sois Mis verdaderos hermanos, vosotros sois Luz del Mundo en estos momentos, vosotros sois Mi Verdadera Vida en éste Mundo que se ha dejado morir por haber seguido a satanás. Por vosotros, Mis hermanos, Mis verdaderos hermanos, todo será reconstruido y éste Mundo Nuevo albergará nueva vida, Mi Vida en vosotros, los que Me escogisteis, a pesar de la adversidad que vivíais a vuestro alrededor, a pesar de las tentaciones, a pesar de la facilidad que os daba satanás de tomar lo prohibido y no quisisteis hacerle daño a Mi Amor. Yo Seré vuestro Premio, vuestro Tesoro, Yo Seré plenamente vuestra vida, Seré nuevamente vuestro Dios y vosotros Mi nuevo pueblo, el pueblo del Amor.
Gracias, Mis pequeños.
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