VUESTRO MUNDO VA AL CAOS SI VOSOTROS NO OS UNIS Y ORAIS
Mensaje dado el 18 de Septiembre de 2014
Publicado el 30 de Septiembre de 2014
Mensaje de Dios Padre y la Santísima Virgen María a J. V.
Primer Misterio. Habla Dios Padre.
Sobre: ¿Qué puedo hacer con ustedes, Mis pequeños, para que entendáis la gravedad de la situación que estáis viviendo, de cómo vuestro Mundo va al caos si vosotros no os unís y oráis?
Hijitos Míos, ciertamente, Mi Gracia, que es vuestra ayuda, se sigue derramando continuamente. Ciertamente estáis ya viviendo tiempos de Justicia, pero Mi Amor nunca se aparta de Mi creatura, de Mi Creación. Vosotros seguís apartados, a pesar de todo lo que os aviso, seguís como si nada estuviera pasando. Veis situaciones graves alrededor del Mundo y vuestro corazón no se mueve, ni siquiera, a la oración.
¿Qué puedo hacer con ustedes, Mis pequeños, para que entendáis la gravedad de la situación que estáis viviendo, de cómo vuestro Mundo va al caos si vosotros no os unís y oráis?
Esto es tan importante, Mis pequeños, y por eso, en las Sagradas Escrituras, tenéis ésa vida antigua para aprender, en donde veis que, cada vez que se unían los pueblos a orar, recibían Mi Protección, Mi Perdón, Me olvidaba Yo de guerras y destrucciones para sacarlos adelante, pero vosotros no entendéis.
Un padre quiere lo mejor para sus hijos, pero vosotros sois hijos necios, así como el pueblo judío, fueron y siguen siendo necios. Os apartáis de Mí, a pesar de que quiero lo mejor para vosotros. No os reunís para tomar fuerza de la oración, no os arrodilláis para pedirMe perdón por vosotros, por vuestros hermanos alrededor del Mundo, por los cercanos a vosotros. No estáis queriendo ver, sino con ojos humanos, no con ojos de Sabiduría.
Veis el exterior de lo que pasa en donde hay calma aparente, pero no estáis viendo el pecado que habita en el corazón de los hombres y esto lo notáis con los actos de los que os rodean. Debéis aprender a ver lo que Yo veo, a buscar lo que Yo busco. Os distraéis demasiado con las cosas del Mundo y no queréis ver la realidad espiritual que os rodea y que ya habéis hecho de eso un desastre.
Ya no hay amor verdadero, ya no hay crecimiento espiritual entre los jóvenes y aún entre los adultos, porque no os interesa.
Si entendierais bien lo que es la vida espiritual, obraríais mejor. Todo se mueve a nivel espiritual, tanto el Bien, como el mal y, vosotros, no queréis entrar a vuestro interior para que os aconseje Mi Santo Espíritu y podáis vivir ésa realidad espiritual que estáis despreciando.
Lo único que está pasando y que seguirá pasando, si no entendéis, es que todo se irá aumentando en desastres, en caída espiritual de cada uno de vosotros, luchas fraternas y ataques satánicos cada vez mayores. No estáis deteniendo la maldad que podríais detener con vuestra respuesta en la oración.
Vuestra vida espiritual se está acabando, está muriendo y no os queréis dar cuenta de ésa realidad, ¿qué esperáis después, cuando termine vuestra vida espiritual y no tengáis protección contra la maldad de satanás? Os espera una eternidad de dolor, ¿no creéis en ello?, estáis cegados por las mentiras de satanás, no queréis abrir vuestro corazón a Mis Consejos.
¿No os dais cuenta, Mis pequeños, cuánto os amo?, y tampoco esto queréis aceptar en vuestra vida, no os importa ya si existo o no existo, si os amo o no os amo, habéis hecho vuestra vida sin tomarMe en cuenta, queréis prescindir de Mí, pero no podéis.
Os sigo cuidando, seguís siendo Míos, pero no queréis vosotros escuchar Mi Voz ni recibir Mis Bendiciones ni Mi Protección Divina. ¿A dónde queréis llegar? ¿Tanto ya os ha envenenado satanás con sus mentiras, con su maldad?
¡Pobres, Mis pequeños!, ¡pobres de vosotros!, Mi Amor os llama, os busca, os perdona y vosotros no queréis entender! ¿Cuándo entenderéis?, os estáis jugando vuestra eternidad, os he dicho muchas veces, pero Mis Palabras se las lleva el viento y vosotros seguís haciendo vuestra vida o bien podría decir, deshaciendo vuestra vida.
Reflexionad, regresad a Mí, Yo Soy el Amor, el camino que estáis tomando, va totalmente en contra de Mi Amor, ¿A dónde queréis llegar?
Os bendigo, Mis pequeños y cómo quisiera que ésta Bendición llegara hasta lo profundo de vuestro ser para que regresarais a Mí.
Gracias, Mis pequeños.
Segundo Misterio. Habla Dios Padre.
Sobre: Tener Mi Amor es una Gracia Infinita, es un regalo inimaginable, pero Mi Amor se deja encontrar cuando se Le busca, cuando se Le aprecia, cuando se Le ama.
Hijitos Míos, el Amor es todo, porque el Amor viene de Mí y Yo Soy el Todo. Las almas que se acercan a Mí, Me tienen en totalidad, Mis pequeños y Yo no les niego nada, porque aquellas almas que Me buscan, que se dan completamente a Mí y que buscan de Mí el Amor para hacerlo vida en su vida, no les puedo negar nada, Mis pequeños, porque están buscando Mi Esencia, están buscando lo que es Mío y porque Yo Soy el Amor.
Mis pequeños, si el Mundo entendiera, aunque fuera un poquito, lo que es el Verdadero Amor, viviríais en forma muy diferente. Ciertamente, las Sagradas Escrituras están llenas de Amor.
La Evangelización de Mi Hijo fue para recordaros lo que los profetas, en la antigüedad, hablaban de Mí, para mostraros Mis Facetas, Mis diferentes facetas de lo que es Mi Amor.
Si vosotros escudriñarais más sobre el Amor, encontraríais el tesoro perdido. El Amor es Mi Gran Tesoro y el que lo encuentra, no se arrepiente y busca más.
Tener Mi Amor es una Gracia Infinita, es un regalo inimaginable, pero Mi Amor se deja encontrar cuando se Le busca, cuando se Le aprecia, cuando se Le ama.
Ciertamente, en el Mundo tenéis también diferentes tipos de amores, y ahora estoy hablando de los amores bellos que tenéis y que Yo permití para que vosotros fuerais ensanchando vuestra alma, para que cuando llegarais a Mí, pudierais apreciar, con vuestro corazón ya ensanchado, lo que es Mi Amor Divino y solamente lo podréis apreciar y gozar, cuando estéis de regreso en el Reino de los Cielos, porque Mi Amor es tan grande, tan poderoso, tan fuerte, que vuestro cuerpo, no lo puede soportar.
Vuestra alma, está creada a Imagen y Semejanza Mía y esto quiere decir que, también, vuestras potencias, cuando estáis fuera de vuestro cuerpo, son infinitas, por eso, Mi Amor solamente se puede apreciar, en totalidad, cuando regresáis a Mí y Yo, os doy de regalo Mi Amor en plenitud, para que lo gocéis eternamente. Este es Mi mayor regalo para las almas, el que podáis gozar Mi Amor plenamente.
Luchad pues, Mis pequeños, por buscar Mi Amor, amad de corazón a todos los que están a vuestro alrededor.
Tenéis el amor de hijos a padres, cuando estáis pequeñitos, el amor de hermanos desde que sois pequeños, tenéis el amor del noviazgo, tenéis el amor de esposos, tenéis el amor de padres a hijos, diferente del de hijos a padres. Tenéis tantos, tantos amores, Mis pequeños y, al final, el gran regalo, el amor de la creatura hacia vuestro Dios, que ése es el mayor regalo que os puedo dar y que tendréis eternamente si os mantenéis Conmigo.
Gracias, Mis pequeños.
Tercer Misterio. Habla La Santísima Virgen María.
Sobre: Satanás ha tomado mucha fuerza y, la santidad de estos tiempos, es más grande que la de otros tiempos, porque nunca había tomado tanta fuerza satanás sobre la Tierra.
Hijitos Míos, Soy vuestra Madre, la Siempre Virgen María.
¡Oh!, Mis pequeños, cuánto gusto Me dais así, veros reunidos, buscando el Amor de Nuestro Dios, a Quien tanto Le debemos y, sobre todo, a Quien tanto debemos amar por Su Bondad, por Su Misericordia, por Su Perdón.
Mis pequeños, Yo os cuido y os llevo por caminos seguros, pero no los queréis, buscáis caminos de peligro. Satanás os ha desviado, a tal grado, que no buscáis la seguridad de vuestra vida, no buscáis que vuestra alma no se pierda y, sobre todo, que seáis ésas almas en la Tierra, deseosas de vivir la Vida del Cielo.
Cuando Nuestro Padre, Nuestro Dios, os dio el don de la vida, también, puso toda Su Confianza en vosotros. Esto tenéis qué meditarlo, meditad éstas Palabras, en lo más profundo de vuestro corazón, Mis pequeños, para que os deis cuenta de lo que vale vuestra vida, para que os deis cuenta de lo que valen éstas Palabras. Todo un Dios, el Creador de todo lo que veis y de lo que no veis, os dio el Don de la vida.
Un Don maravilloso y, además, confió plenamente en vosotros, para que Le sirvierais, ¿en qué, Mis pequeños?, simplemente, en amar. Esto, Mis pequeños, lo tenéis qué meditar una y mil veces.
El tener el Don de la Vida y, además, haber sido escogidos por vuestro Dios, es una Gracia muy grande y que no habéis meditado como es debido, porque si entendierais perfectamente bien esto, caeríais de rodillas o postrados ante ésta realidad, ante ésta Gracia tan grande, que cada uno de vosotros posee, con la que habéis sido regalados por vuestro Dios, el Don de la Vida.
El hecho de que tengáis vida, os da derechos más grandes que aquellas almas que no han bajado a la Tierra a servir a Nuestro Dios. Con vuestro actuar correcto aquí en la Tierra, podéis ganar un lugar mucho más cercano a Nuestro Dios en el Reino de los Cielos cuando regreséis y seáis juzgados por Él o, desgraciadamente, también podréis ser juzgados por el mal que cometisteis y vuestra alma se pierda eternamente. Pero ahora os quiero hablar de lo bello, Mis pequeños.
El hecho de tener el Don de la Vida, os da mayores responsabilidades, podéis hacer tantas y tantas cosas que no pueden hacer las almas en el Cielo y que no han sido escogidas todavía para servir en la Tierra aquí, a Nuestro Dios.
Lo primero que podéis hacer, Mis pequeños, al producir el Amor que se vive en el Cielo, es erradicar la maldad que os rodea y que está también dentro de vosotros.
Ciertamente, con el Pecado Original, vuestro ser quedó dañado, pero contáis con el Amor que os ha otorgado Nuestro Dios y, al potencializarlo en vosotros, podéis erradicar ése mal de vuestro interior y el que os rodea.
Ciertamente, ésta es una lucha continua, no quiere decir que un día específico, en el que hayáis tenido éxito, ahí ya terminó vuestra misión y que ya no necesitaréis luchar contra la maldad de satanás. No, Mis pequeños, satanás se desquita, satanás es muy malo y tratará de haceros caer, pero seguís contando con la Gracia de Nuestro Dios y con Mi Gracia también, Mis pequeños y con los cuidados de las almas del Cielo.
Vosotros, cada uno de vosotros, que estáis misionando en la Tierra, estáis llamados a la santidad y ésta se logra viviendo plenamente para vuestro Dios.
Nuevamente, si vosotros meditáis ésta Palabra, “plenamente”, no debiera haber distracciones en vuestra vida. Si enamorados estuvierais del Amor de vuestro Creador y vuestro Dios, no debiera caber ninguna otra idea o pensamiento diferente, sino el de Nuestro Dios en vuestra vida. Eso es vivir en la plenitud del Amor en el servicio a vuestro Dios.
Ciertamente, sois creaturas imperfectas por el Pecado Original, pero vuestro premio en el Reino de los Cielos, se dará por vuestra lucha en manteneros en el Bien, en el Amor, en el servicio hacia vuestro Dios y el tratar de evitar todo aquello que daña a vuestra alma. Es una lucha continua y, eso es lo que le da el valor a las almas.
Nuestro Dios es el Juez y la purificación que se acerca, para todos vosotros y para el Universo entero, es para eliminar a las almas débiles, a las almas que contaminan en el mal a otras almas, a las almas que no son ejemplo de bondad, de Amor, de respeto, de vida en la Virtud.
Hay tantas almas que causan tanto mal a almas buenas. Les quitan su inocencia, les quitan el deseo de servir a Nuestro Dios y a sus hermanos, les quitan el deseo de crecer y buscar la perfección y, hasta las llevan a destruirlas a tal grado, de hacerles creer que lo que les están enseñando éstas almas malas, es lo que deben hacer.
Satanás es el rey de la mentira y las almas contaminadas, son almas que no tuvieron la Sabiduría necesaria para apartarse del mal antes de que fueran tan dañadas, que ya no pudieran salir de él.
Mis pequeños, sabéis que son Mis tiempos, son los tiempos de la gran lucha, de la Mujer contra la serpiente, o sea, de vuestra Madre, Yo, vuestra Madre Celestial, contra las potencias del mal. Satanás tiembla ante Mi Presencia, satanás espera el desenlace final pero, en su soberbia, todavía creyendo está que Me vencerá, lo cual no va a ser así, pero todavía tratará de destruir a muchas, muchas almas que no han buscado una protección espiritual contra sus ataques, cada vez más fuertes.
Venid a Mi, Mis pequeños, para que os cubra bajo Mi Manto, como la gallina protege a sus polluelos, así estoy Yo ahora, Mis pequeños, protegiendo a aquellas almitas sabias, que supieron entender las Palabras de las Escrituras, amaron el Amor de Nuestro Dios y el Mío y desean de todo corazón mantenerse en Nosotros eternamente.
Las almas que luchan, para engrandecerse en el Amor de Nuestro Dios, al final obtendrán su premio eterno, un premio bien ganado, porque no es una lucha fácil la que ahora tenéis sobre la Tierra, satanás ha tomado mucha fuerza y, la santidad de estos tiempos, es más grande que la de otros tiempos, porque nunca había tomado tanta fuerza satanás sobre la Tierra. No os separéis de Mí, Mis pequeños, estando Conmigo, seguros estaréis y permaneceréis.
Gracias, Mis pequeños.
Cuarto Misterio. Habla Dios Padre.
Sobre: Cuando vosotros Me ofrecéis todo lo que hacéis, en ése momento, vuestros actos quedan unidos a los de Mi Hijo Jesucristo y adquieren poder de salvación, no solamente para vosotros, sino para los vuestros.
Hijitos Míos, solamente debe haber una meta en vuestra vida, que es la de amar y producir amor.
Ciertamente, tenéis qué hacer muchas cosas en el Mundo, estudiáis, trabajáis y hacéis tantas y tantas cosas, pero todo esto lo podéis unir al Amor.
Os he dicho, Mis pequeños, que el Amor tiene muchas facetas y debéis aprender a unir el Amor en cada cosa que hagáis. No es lo mismo que vosotros hagáis vuestras cosas de cada día solos, que uniéndoMe a Mí, vuestro Dios en ellas y, así, estareMos acompañados.
Pero cuando vosotros Me ofrecéis todo lo que hacéis, en ése momento, vuestros actos quedan unidos a los de Mi Hijo Jesucristo y adquieren poder de salvación, no solamente para vosotros, sino para los vuestros.
¿Os vais dando cuenta, Mis pequeños, lo que es el valor de vuestra vida, cuando estáis Conmigo y cuando no estáis Conmigo? Vosotros no vivís solos en el Mundo, desde pequeñitos, desde que nacisteis, dependéis de alguien. Primeramente, de los médicos y enfermeras que os traen al Mundo, después, de vuestros padres y de todos los seres queridos de vuestra familia, amistades que os van rodeando y os van acompañando a lo largo de vuestra existencia. Vais teniendo cuidados de muchos hermanos vuestros, os aconsejan, os ayudan a evitar errores en vuestra vida, os guían, os ayudan de diferentes formas y así, vais haciendo vuestra vida, la vais moldeando, vais escogiendo lo que os gusta y os conviene. A veces, escogéis mal y empezáis a padecer a donde vuestros errores os llevan, porque no supisteis escuchar a vuestros mayores y a los que os rodean. No hubo Sabiduría en vosotros y padecéis vuestra terquedad, vuestro error, vuestra negación de no querer recibir ayuda externa. Pero cuando el alma es sabia, aprende a escuchar a sus mayores, empezando con vuestros padres. Vuestro camino se hace más fácil, no hay tantas piedras en el camino que os hagan caer.
Ciertamente, necesitáis caer de vez en cuando, para que vayáis adquiriendo experiencia y, de ésta forma, poder ayudar a otros de vuestros hermanos con vuestras caídas, a levantaros y, con vuestros triunfos, todo lo que vais ganando en vuestra vida sirve a otros, sea bueno o sea malo. Pero cuando habéis escogido como meta el Amor, Yo os voy protegiendo, voy protegiendo vuestro camino y lo voy haciendo más agradable.
Estos tiempos por venir, que tanto os he prometido y que están ya a puertas, será esto, Mis pequeños, es el vivir Mi Amor plenamente y, además, ayudar a otros a vivirlo, enseñándolo de palabra y obra. Los momentos que se acercan y que os he dicho que los ansiéis, son regalos Míos a las almas sabias, como vosotros, que permanecéis Conmigo, aún a pesar de las adversidades que tenéis en vuestra vida. Vosotros sabéis que Yo permito las adversidades, primeramente, para probar vuestra Fe, vuestro amor a Mí, vuestra confianza en Mí, sabiendo que, de toda adversidad, si vosotros lucháis por salir adelante, obtendréis un conocimiento más y un crecimiento en la Virtud.
Hay tantos hermanos vuestros que tan pronto llega la adversidad en su vida, en lugar de luchar, sucumben. Me blasfeman, Me apartan de su vida, son negativos, no buscan el bien y todo lo quieren obtener en forma mal habida. Son almas tramposas, almas que se han llenado de la maldad de satanás y que prefieren buscar por medios inadecuados un aparente bien que nunca llegará porque, Mi Bien, solamente puede llegar buscando el Amor y se logra a través de las Virtudes, que también tenéis que buscar y vivirlas.
Mi Amor os abre caminos, confiáis plenamente en Mí, porque en el Amor, no hay cosas escondidas ni trampas, como las que pone satanás, ni promesas que no se cumplen. Si Me buscáis, Me encontraréis y, además, seréis premiados con lo que buscasteis, que es el tenerMe a Mí eternamente. Las almas que se ganan el Cielo, son almas que trabajan por él, que sufren por él y así se les ha dicho en las Sagradas Escrituras, la entrada para el mal es una puerta fácil, pero para entrar al Reino de los Cielos, es una puerta angosta, difícil, pero ¿qué hace difícil ésta entrada?, el no luchar, el conformarse con poco, el dejarse engañar por satanás.
Las almas triunfadoras sufren mucho porque se tienen que vencer a sí mismas, tienen que vencer el mal que han dejado entrar en su corazón y tienen que vencer el mal que les rodea. Tienen que hacer a un lado éste mal y responder con amor, vivir el amor, gozar Mi Amor y transmitirlo a sus hermanos.
Cuando alcanzáis Mi Amor, lo gozáis y exclamáis, con gusto, que valió la pena haber sufrido, haber trabajado, haberse cansado, a veces, en extremo, por alcanzar el triunfo, por alcanzar Mi Promesa, que es la de compartir Mi Amor con vosotros desde la Tierra, desde el momento que lo estáis buscando y luchando por él y luego, eternamente, cuando termine vuestra misión sobre la Tierra. En el Reino de los Cielos, Mi Amor también tendrá muchas facetas y todas las gozaréis, Mis pequeños.
Os conozco, sois Mis creaturitas, sois Mis hijos y sé cómo consentiros, sé agradecer a las almas triunfadoras todo el esfuerzo que hicieron por alcanzarme, por permanecer en Mí y por amarMe con todo su corazón.
Gracias, Mis pequeños.
Quinto Misterio. Habla Dios Padre.
Sobre: Ciertamente, ésta purificación que vais a padecer, será muy difícil para aquellos que no quieran estar protegidos en Mi Amor y será fácil y llevadera, aunque sufriréis también, los que estáis conmigo y habéis confiado en Mis Palabras, en Mi Sabiduría, en el Amor con el que os protejo.
Hijitos Míos, os he querido hablar primeramente de Mi Amor, para que lo entendáis bien, para que os sumerjáis profundamente en Mi Amor, en Sus facetas, en Mi Donación y, para que confiéis plenamente en Mí, vuestro Dios.
Ciertamente, ésta purificación que vais a padecer, será muy difícil para aquellos que no quieran estar protegidos en Mi Amor y será fácil y llevadera, aunque sufriréis también, los que estáis conmigo y habéis confiado en Mis Palabras, en Mi Sabiduría, en el Amor con el que os protejo y os lleno, para que gocéis de él y que vuestros momentos difíciles sean llevaderos y no sufráis tanto.
Ciertamente, las fuerzas satánicas, ya las estáis viendo a vuestro alrededor. Veis la injusticia, la maldad, el terror. Veis la crueldad del hermano contra el hermano. Veis la falta de amor y de respeto en las familias, en la sociedad. Veis la gravedad de la situación que os rodea en vuestra economía, en vuestra seguridad personal. Veis la situación mundial de lucha entre pueblos y los castigos que se imponen unos a otros, como si ellos fueran jueces justos para poder castigar a sus hermanos de otros países.
Falsedad por un lado, malicia por el otro. Estáis viendo la maldad de satanás a vuestro alrededor, en el corazón del hombre, o ¿acaso creíais que él se iba a presentar con su fealdad, la cual os asustaría y os apartaríais de él? No, Mis pequeños, satanás es muy astuto, prefiere entrar en el corazón del hombre, destruirlo y que el hombre mismo se destruya a sí mismo y destruya a sus hermanos, él sabe que a Mí Me duele mucho esto, porque Yo os creé para el Amor y que Me molestan tanto las luchas fraternas.
Satanás se ha introducido en el corazón del hombre y, estáis viendo la falta de amor entre todos vosotros. Prácticamente no confiáis en nadie, os atacáis, os maltratáis los unos a los otros, grandes y pequeños, ya no hay vida de Amor, muy pocos, ciertamente, muy pocos, están viviendo Mi Amor en lo personal y en grupo.
Por eso, amo tanto cuando os reunís a orar y derramo Mis Bendiciones abundantemente, porque elegisteis el Amor, elegisteis vivir en Mí, elegisteis crear éstos oasis de amor, de fraternidad, de vida espiritual, apartándoos de la maldad que os rodea y no haciéndole caso a satanás, sino viviendo para Mí y para Mis deseos de vida espiritual.
Vosotros, los que estáis Conmigo, sois luz, luz para el Mundo que está cubierto de tinieblas. Vosotros, que estáis unidos así, en el Amor y en el crecimiento espiritual, estáis siendo protegidos por Mí para los momentos difíciles que se acercan, estáis creando una coraza con Mi Amor, coraza impenetrable, porque os he dicho que satanás no puede nada contra Mi Amor, tanto los que se protegen con él, como los que lo viven y lo transmiten. No os imagináis, Mis pequeños, lo que estáis logrando con ésta unión que habéis hecho, vosotros, los que tenéis grupos alrededor del Mundo y que os reunís para vivir momentos Conmigo, vivir momentos de amor. Seréis luz, os repito, en las tinieblas, seréis protección para muchos hermanos vuestros. A pesar de que la fuerza de satanás es muy destructiva, nada logrará contra vosotros. Esta es una realidad, porque tenéis Mi Amor.
Manteneos unidos, orad los unos por los otros, orad por todos aquellos que están logrando estos oasis de amor alrededor del Mundo y en el Universo entero y pronto, muy pronto, reunidos estaréis en un Nuevo Mundo, un Nuevo Mundo de Amor, que ya, en vuestro corazón lo imagináis y lo deseáis y que se hará patente en poco tiempo por venir.
Os Bendigo, Bendigo vuestras personas, Bendigo vuestra familia, Bendigo a todos aquellos que están en vuestro corazón. Por los que vosotros pedís y amáis y, no temáis, Mis pequeños, que Yo estoy con vosotros en Mi Santísima Trinidad. Mi Hija, la Siempre Virgen María y el Señor San José os cuidan, porque estáis haciendo familia, familia Celestial y los Santos Ángeles os protegerán en los momentos álgidos de la prueba. Poned toda vuestra confianza en Mi Amor y no saldréis defraudados, os lo Prometo, Yo, vuestro Dios.
Gracias, Mis pequeños.
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