"En todo dad gracias, pues esto es lo que Dios en Cristo Jesus quiere de vosotros. No extingais el Espiritu; no desprecies las profecias; examinadlo todo y quedados con lo bueno." 1 TESALONISENCES 5: 18-21

El hombre bueno, del buen tesoro del corazón saca lo bueno, y el malo, del malo saca lo malo. Porque de lo que rebosa el corazón habla su boca." San Lucas 6:45

QUE LA PRECIOSA SANGRE QUE BROTA DE LA SAGRADA CABEZA DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO, TEMPLO DE LA DIVINA SABIDURIA, TABERNACULO DEL DIVINO CONOCIMIENTO Y LUZ DEL CIELO Y DE LA TIERRA NOS CUBRA AHORA Y SIEMPRE. AMEN+++

“OH JESUS, CUBREME CON TU INFINITA SANGRE PRECIOSA CADA INSTANTE DE MI VIDA. AMEN"


"Ora y espera; no te inquietes. La inquietud no conduce a nada. Dios es misericordioso y

escuchará tu oración. Padre Pio"


viernes, 7 de julio de 2017

APOSTOLADO DE LOS SAGRADOS CORAZONES UNIDOS. 3 Y 5 DE JULIO DE 2017

Llamado de Amor y de Conversión del Corazón Doloroso e Inmaculado de María
3 Julio 2017
 

Mis amados hijitos, soy la Madre de la Humildad, soy la Esclava del Señor y Sierva de Todos los Hombres en Dios, soy la pequeña María, la sencilla Virgen en Nazaret, soy la que se alegra por ser humilde, por ser pequeña, y Mi Corazón se regocija al saber que Dios es todo, que Dios hace todo.
 
Pequeños, la vida de la Sagrada Familia siempre estuvo revestida con el don de la humildad; pero la humildad, queridos hijos, no los hace excluirse, sino que los convierte en servidores; la verdadera humildad los lleva a servir a los demás.
 
Jesús, Mi Hijo, fue siempre humilde y con humildad aceptó el sacrificio de la Cruz. Mi Hijo Dios no pensaba si su muerte en Cruz era injusta. Mi Hijo humildemente pensaba que era la Voluntad de Dios. ¿Porqué es tan difícil que comprendan esto? ¿Porqué el hombre, una y otra vez, cae en la tentación de querer ser Dios? ¿No es Dios el que gobierna sus vidas? ¿No es Dios el que sabe lo que ustedes necesitan antes de que se lo pidan? ¿No viste Él a la aves del campo, a las flores? Y si ustedes son sus hijos son más importantes que eso.
Entonces, hijos Míos, ¿porqué pretenden enaltecerse ustedes? El orgullo, el egoísmo, la soberbia, es lo que está destruyendo a la familia; la incomprensión, el querer ser, y no dejar que Dios sea.
 
Hijos Míos, si comprendieran que todo depende de Dios, y todo sucede porque Él lo permite, todo pasa en sus vidas porque Él así lo quiere.
 
¡Paz! ¡Reciban las Gracias con paz! ¡Alégrense de ser poco o nada en la presencia de Dios! Sólo la humildad hace grandes santos. El trigo que se levanta orgulloso hacia el sol está vacío, pero el trigo que está doblado se dobla bajo el peso de los granos, que abundan en él, y Jesús se dobló, y Jesús se hizo nada en una Cruz.
 
Humildad y paz, queridos hijos, es Mi exhortación. Les amo y les bendigo: en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
 
Llamado de Amor y de Conversión del Casto y Amante Corazón de San José
5 Julio 2017

Mi Casto y Amante Corazón hace un llamado a los apóstoles de los Sagrados Corazones de Jesús y de María, en estos últimos tiempos, al silencio y a la adoración. No se puede, queridos hijos, tener un espíritu adorador sino se practica el silencio.
 
Hijos Míos, practicar el silencio es hablar solamente cuando fuera necesario. Practicar el silencio es silenciar el interior, la mente, los pensamientos, los afectos. Practicar el silencio es meditar; es pensar en Dios y permitir que Dios hable.
 
Hijos, el silencio es un arma poderosa. No tienen mejor arma contra los que los odian, los humillan y los persiguen, que el silencio. No un silencio de cobardía, sino un silencio de humildad de saber que el único que es nuestro escudo y protección es el Dios Todopoderoso.  Y de ese silencio su  espíritu se fortalecerá y podrán orar y adorar mejor.
La adoración debe estar siempre unida al silencio, porque deben permitir que sea el corazón el que adore.
En Nazaret, hijos Míos, viví en silencio. No necesitaba hablar mucho. Mi deseo era admirar a Dios. Mi descanso estaba en ver su Rostro de niño. Mi alegría consistía en poder llevar el pan y el sustento a Jesús y a María.
 
No hay que hacer mucho ruido, hijos Míos. Hay que adorar. Hay que callar y esperar en Él. ¡Él nos ama tanto, Jesús ama tanto, que el cielo y la tierra se estremecerían de sentir toda la intensidad del Amor de Dios!
 
Les invito a esto, hijos: silencio y adoración ¡Confíen en la Providencia de Dios! Soy vuestro Padre San José, les bendigo, les protejo: en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amen.


 


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