"En todo dad gracias, pues esto es lo que Dios en Cristo Jesus quiere de vosotros. No extingais el Espiritu; no desprecies las profecias; examinadlo todo y quedados con lo bueno." 1 TESALONISENCES 5: 18-21

El hombre bueno, del buen tesoro del corazón saca lo bueno, y el malo, del malo saca lo malo. Porque de lo que rebosa el corazón habla su boca." San Lucas 6:45

QUE LA PRECIOSA SANGRE QUE BROTA DE LA SAGRADA CABEZA DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO, TEMPLO DE LA DIVINA SABIDURIA, TABERNACULO DEL DIVINO CONOCIMIENTO Y LUZ DEL CIELO Y DE LA TIERRA NOS CUBRA AHORA Y SIEMPRE. AMEN+++

“OH JESUS, CUBREME CON TU INFINITA SANGRE PRECIOSA CADA INSTANTE DE MI VIDA. AMEN"


"Ora y espera; no te inquietes. La inquietud no conduce a nada. Dios es misericordioso y

escuchará tu oración. Padre Pio"


miércoles, 9 de diciembre de 2015

Y MARIA DEL GETSEMANI: NICAN MOPOHUA (SE CUENTA...) 9 DE DICIEMBRE DE 2015

NICAN MOPOHUA  (Se Cuenta…)
El Relato del Diálogo entre Nuestra Señora de Guadalupe y San Juan Diego
(Náhuatl/Subtítulos en Español)
 
 


09 de Diciembre “Fiesta de San Juan Diego Cuauhtlatoatzin
 
Juan Diego Cuauhtlatoatzin (Cuauhtlatoac, que significa «el águila que habla» en idioma náhuatl), (¿? de 1474 – México, 30 de mayo de 1548), fue un indígena chichimeca1 que presenció la aparición de la Virgen de Guadalupe en 1531. Fue beatificado en 1990 y canonizado en 2002, en ambos casos por el papa Juan Pablo II.
 
La primera mención que se hizo de Juan Diego fue en el libro Nican Mopohua publicado por Luis Lasso de la Vega y atribuido a Antonio Valeriano, quien escribió el Nican Mopohua hacia la década de 1550, es decir, diecinueve años después de las apariciones de la Virgen de Guadalupe.
 
De acuerdo con la tradición, el sábado 9 de diciembre de 1531, (a sus ya 57 años de edad) muy de mañana en el cerro del Tepeyac escuchó el cantar del pájaro mexicano tzinitzcan, anunciándole la aparición de la Virgen de Guadalupe. Ella se le apareció cuatro veces entre el 9 y el 12 de diciembre de 1531 y le encomendó decir al entonces obispo, fray Juan de Zumárraga, que en ese lugar quería que se edificara un templo. La Virgen de Guadalupe le ordenó a Juan Diego que cortara unas rosas que misteriosamente acababan de florecer en lo alto del cerro para llevarlas al obispo Zumárraga en su ayate. La tradición refiere que cuando Juan Diego mostró al obispo las hermosas flores durante un helado invierno se apareció milagrosamente la imagen de la Virgen, llamada más tarde Guadalupe por los españoles, impresa en el ayate…
 
 

 



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