MI JUSTICIA, MI SANTA JUSTICIA ES LA QUE HACE TEMBLAR A LOS QUE NO HAN ACTUADO EN EL BIEN.
28 de Noviembre de 2013
Mensaje de Dios Padre y la Santísima Virgen María a J. V.
Primer Misterio. Habla Dios Padre.
Sobre: Ahora es tiempo de que entréis en la fase de la Purificación donde se mostrará también Mi Santa Justicia, a la cual tengo derecho a mostrar a todos vosotros y que se realice en vuestra vida.
Hijitos Míos, ciertamente Mi Misericordia es Infinita, os he regalado un mar de Misericordia durante muchos años, pero ahora es tiempo de que entréis en la fase de la Purificación donde se mostrará también Mi Santa Justicia, a la cual tengo derecho a mostrar a todos vosotros y que se realice en vuestra vida.
Ciertamente, aquellos que han actuado según lo que Yo os pedí, que han sabido llevar Mis Reglas, Mis Mandamientos, Mis Palabras, que han realizado obras de acuerdo a lo que Yo os he pedido, no debéis temer, aunque, escuchéis que Mi Justicia se ha de dar entre vosotros.
En una familia, los hijos obedientes saben que tienen el apoyo de los padres, porque los conocen y ellos han hecho lo que ellos les pedían y no viven con el temor a qué pueda pasar, puesto que han obedecido lo que se les ha pedido.
Estos son tiempos, en los cuales, los hijos buenos tendrán su premio. Yo, como Padre, os daré grandes regalos, os llenaré de bendiciones, sabréis que Yo os consiento, porque vosotros actuasteis de acuerdo a lo que Yo os pedí.
Los que han de temer, y de ahí se derivan todas las situaciones de temor que veis a vuestro alrededor, son de aquellos que no han hecho Mi Voluntad, que vivieron en el pecado, que vivieron en el mal pero, sobre todo, que no quisieron a hacer caso a lo que Yo les pedía, según Mi Voluntad, ellos, sí deben de temer.
Vosotros, los que estáis Conmigo, veréis todas Mis Promesas de Bien, realizadas ante vosotros, Cielos Nuevos, Tierras Nuevas, Bendiciones, cuidados amorosos. Aún, a pesar de que tengáis desastres a vuestro alrededor, persecución o lo que vayáis a tener en lo particular, cada quien, Mi Mano Poderosa siempre va a estar sobre vosotros, cuidándoos y, así, gozaréis como aquellos judíos que saqué de Egipto, que vieron Mi Mano Amorosa y Poderosa y se alegraban de que Yo estuviera cuidándolos. Apreciaréis Mi Amor sobre vosotros, os daréis cuenta lo que Mi Poder de Dios puede hacer sobre la maldad de satanás y os alegraréis inmensamente.
Mucho bien tendréis vosotros, los que habéis actuado en el Bien. Mi Justicia, Mi Santa Justicia es la que hace temblar a los que no han actuado en el Bien. Interiormente, Mi Santo Espíritu, les indica que han vivido en el error y en la desobediencia, sobre todo, y ahora, que se acerca el tiempo de la cosecha, se dan cuenta de que, todo lo que se les pedía, no lo realizaron e interiormente saben que van a tener un encuentro pronto Conmigo. Por eso, vosotros, sentís a vuestro alrededor, ésa inquietud de ésos hermanos vuestros.
Mis pequeños, los que estáis Conmigo, Mis hijos obedientes, Yo estaré con vosotros, y os pido, sigáis intercediendo por vuestros hermanos, porque necesitan de vuestra oración, por su salvación. No dejéis a un lado vuestro buen corazón, tenéis el Ejemplo de Mi Hijo Jesucristo, seguidlo, porque muchas almas necesitan de vuestra oración.
Gracias, Mis pequeños.
Segundo Misterio. Habla Dios Padre.
Sobre: Todo esto que Yo voy a permitir en el mundo entero, en vuestro Mundo y en el Universo entero, será para que empecéis a amaros los unos a los otros.
Hijitos Míos, Yo Soy vuestro Padre y vuestro Dios, debéis aprender a tenerMe plena confianza en lo que Yo permita en vuestra vida. Os la pasáis elucubrando en lo que pueda suceder y vosotros perdéis el tiempo en ésas elucubraciones.
No está en vosotros estar pensando qué es lo que va a suceder porque, cada uno de vosotros requiere diferente tipo de purificación. Cada pueblo, nación, gobierno, todos necesitan diferente tipo de purificación de acuerdo a los méritos particulares, así que lo que vaya a tener algún hermano vuestro va a ser muy diferente a lo que pasaréis vosotros. También, dependiendo, de cuánto Me dejasteis actuar en vuestra vida ¿Viví en vuestro corazón o Me arrojasteis de él?, ¿Me dejasteis compartir vuestros sentimientos?, ¿Me dejasteis compartir vuestros logros?, ¿Me dejasteis compartir vuestros aciertos, triunfos pero, también, vuestros errores? Yo os pedí que Me tuvierais en todo momento en vuestra vida, en lo bueno, en lo malo, en vuestros problemas y logros.
Yo Soy vuestro Padre, vosotros pertenecéis a Mi Familia, ¿por qué Me hacéis a un lado? Os he pedido la unión total e íntima Conmigo.
Los niños pequeños van conociendo a sus padres poco a poco, así como van creciendo, los padres, también deben pasar bastante tiempo con los hijos para que, también, los conozcan a ellos y se vaya creando un vínculo amoroso. Cuando los padres e hijos no llegan a lograr ése vínculo, la familia no está unida, los padres no conocen a los hijos y viceversa, no hay confianza, no se abren de par en par, no tienen confianza de mostrar su corazón y, así, hay infinidad de familias, en donde, realmente, no se puede hablar de familia. Sois individuos que viven bajo un mismo techo, pero no se comportan como familia, ciertamente, podrán respetarse, podrán amarse, se pueden cuidar entre ellos, pero no llegan a lo íntimo, porque no se tienen confianza, no se puede dar un consejo que vaya de corazón a corazón, porque no se conocen cómo pueden reaccionar.
Cuando Yo Vivo plenamente en el corazón de los individuos de un hogar, se vive en forma diferente, se aman en lo profundo, se conocen, se respetan, pero el respeto va más en lo profundo, porque Me están viendo a Mí, vuestro Dios. Respetan a la persona de la familia, porque es a Mí a quien están cuidando en la persona del hermano, del padre, del hijo pequeño.
Mis pequeños, es el amor profundo, el amor de corazón a corazón lo que une a una familia. Es Mi Hijo el que os pidió esto, que os amarais los unos a los otros como Él os amó y os sigue amando y Yo, como Padre, os sigo amando también, pero ¿qué habéis hecho con éste Amor? ¿Qué habéis hecho con éste pedimento de Mi Hijo? No lo habéis seguido y es así como os vais separando unos de otros en la sociedad, en las naciones, no sois, todavía, ése Cuerpo Místico de Mi Hijo que Yo quiero ver unido; cada quien actúa de acuerdo a sus intereses o convicciones, no vivís de acuerdo a lo que Yo os he pedido y a las necesidades propias que tenéis cada uno de vosotros, en vuestra familia y después en la sociedad.
Todo esto que Yo voy a permitir en el mundo entero, en vuestro Mundo y en el Universo entero, será para que empecéis a amaros los unos a los otros. Cuando os veis necesitados, cuando veis desastre a vuestro alrededor, nace en vosotros ése cuidado, ése sentimiento de cuidar al hermano, aunque sea desconocido, pero en ése momento lo veis como hermano y os dais por el hermano necesitado y, así, empezaréis a cuidaros los unos a los otros, empezaréis a amaros, como debisteis haberos amado con toda la Evangelización que os enseñó Mi Hijo.
Es el Amor, os repito, el que os va a unir y os va a mantener unidos en Mi Voluntad y en Mi Amor Divino.
Manteneos, pues, unidos, buscando el bien del hermano, pero sobre todo, el bien espiritual, porque si vosotros amáis desde lo profundo, vuestros actos se muestran en lo exterior y, así, vuestro amor será verdadero y no será un amor hipócrita, como cuando “amáis”, entrecomillado, cuando “amáis” de conveniencia, ése no es un amor verdadero.
Os pido os améis los unos a los otros, pero desde lo más profundo de vuestro corazón, donde Yo habito.
Gracias, Mis pequeños.
Tercer Misterio. Habla Dios Padre y La Santísima Virgen María.
Sobre: En breve, conoceréis lo que es la Misericordia Divina, todos tendréis la oportunidad de sentir el Amor de Nuestro Dios y, ciertamente, muchos lloraréis por el dolor que Le habéis causado a Nuestro Dios.
Hijitos Míos, Soy vuestra Madre, la Siempre Virgen María. En el Cielo, todo lo que viene de Nuestro Dios, en Su Santísima Trinidad, todo es Luz, satanás, es tinieblas, satanás será vencido por la Luz.
Ahora os pregunto, Mis pequeños ¿qué sois vosotros, Luz o tinieblas? La Luz, busca la Luz, especialmente cuando es una Luz grande, inmensa, como la que viene de Nosotros. Los que están en la Luz, se sienten atraídos hacia Nuestra Luz.
Aquellos que viven en la sombra, rechazan la Luz, les molesta y, además, les molestan aquellas almas que viven en la Luz. Los que viven en las tinieblas, atacan la Luz y a los que están en la Luz. Les da malestar, les da envidia, no soportan ver Luz y, de ahí nacen todos los conflictos que habéis visto a lo largo de la historia, Mis pequeños.
Las almas escogen de qué lado están, Luz o tinieblas y, como estáis en los terrenos de satanás, que son tinieblas, todos aquellos que escogieron vivir en las tinieblas se la viven atacando a los que están en la Luz. Muchos de ellos, hermanos vuestros, han vivido engañados y tienen derecho a la Luz, por eso mandé a Mi Hijo.
Mi Hija, la Siempre Virgen María, aceptó la Maternidad, para que Mi Hijo viniera a la Tierra.
Mis pequeños, en el Cielo, se vive la unidad, se vive el Amor, el pecado ha desunido a toda la Creación, Mi Voluntad se lleva a cabo y es aceptada en el Cielo y en los que están Conmigo. Sabéis, Mis pequeños, los que estáis Conmigo, que cuando vivís haciendo Mi Voluntad, todo os sale bien y gozáis, sobre todo, lo que estáis haciendo.
Mi Hija, la Siempre Virgen María, aceptó Ser la Madre de Mi Hijo, aceptó Mi Voluntad, ciertamente, fue una prueba fuerte y dolorosa, pero aceptó Mi Voluntad.
Sí, Mis pequeños, el Padre Me pidió esto, fui libre en la elección, es una lucha tremenda la que vivís entre la Luz y las tinieblas. Yo os voy tomando de la mano, Yo os llevo hacia la Luz, pero vosotros, a ratos preferís las tinieblas y caéis en el error, en el pecado, en la maldad.
Ciertamente, Mi Hijo, os dio todas las armas espirituales, necesarias, para recuperar el estado de Gracia, tan necesario para las almas, para regresar al Reino de los Cielos.
El hombre es libre de escoger hacia dónde ir y ¡cuántos errores cometéis, Mis pequeños!, los cometéis, porque no sabéis escoger, porque sois curiosos, porque sois traicioneros, pero aún así, la Misericordia de Nuestro Dios, en Su Santísima Trinidad, es Infinita y tan solo con que os arrepintáis de corazón, Él, os toma de regreso y sigue consintiendo.
Mis pequeños, ciertamente, en breve, conoceréis lo que es la Misericordia Divina, todos tendréis la oportunidad de sentir el Amor de Nuestro Dios y, ciertamente, muchos lloraréis por el dolor que Le habéis causado a Nuestro Dios, pero será bueno que lloréis vuestros pecados, Mis pequeños, para que no lo volváis a hacer.
PedidLe a Mi Esposo, el Santo Espíritu de Amor, que os ayude a que os preparéis a éste recibimiento espiritual, que tendrá la humanidad entera, para que le saquéis el mayor provecho posible, porque es una Gracia muy grande, que Nuestro Padre y Nuestro Dios va a permitir para todos vosotros. Conoceréis Su Amor y, aunque os reprenda, es el Amor Infinito de todo un Dios, que os ama, el que os va a reprender, para que volváis a Él y no para expulsaros de su Presencia. Esto es importante que lo entendáis, porque es Amor, Puro Amor el que se va a derramar sobre vosotros. Él os quiere de regreso y, a pesar de que os regañe, será un regaño amoroso, pero para que regreséis a Él.
Venid a Mí, Mis pequeños, venid a Mí, con vuestra Madre, para que os prepare a recibir a vuestro Padre, Nuestro Dios.
Gracias, Mis pequeños.
Cuarto Misterio. Habla Dios Padre.
Sobre: El amarse los unos a los otros, es amarse como Mi Hijo os enseñó, darse en plenitud, en cuerpo y alma por el bien del hermano, sea quien sea y eso es más difícil, porque dar un pan es fácil.
Hijitos Míos, la gente de aquel tiempo seguía a Mi Hijo. Unos, ciertamente, querían escuchar Sus Palabras, aprender de Él, hacer un cambio en su vida y alcanzar la santidad, pero aquellos que Le molestaban a Mi Hijo, eran los que Le seguían solamente para llenar su estómago, y Él se los dijo: “vosotros Me seguís porque queréis alimento del cuerpo, pero no alimento del alma”.
Mis pequeños, la Evangelización de Mi Hijo, fue para hacer crecer las capacidades del alma. Os he repetido tantas veces, que vuestra alma es la que está misionando, que vuestro cuerpo es solamente el vehículo que, ciertamente, debe estar sano, fuerte para que vuestra alma misione y lleve la Palabra, lleve el ejemplo, lleve el conocimiento que os dio Mi Hijo y todo esto envuelto en amor.
Cuando se os habla de que haya paz y armonía, entre los hombres pero, solamente, por palabrería humana, o se os habla de que no haya guerras, o que no haya maldad, pero no están saliendo del alma o cuando no salen de vuestro corazón las intenciones que os van a unir como verdaderos hermanos, todo eso acaba pronto. Se puede hablar de amor, de caridad, pero en forma superflua, de conveniencia y eso no dura, Mis pequeños.
Darle de comer al hermano, ciertamente es bueno y debéis hacerlo, pero si no le habláis de Mí al alma, no estáis haciendo un bien completo. El cuerpo, ciertamente, morirá, será polvo, ayudasteis solamente a que el vehículo, que es el cuerpo, tuviera vida, pero ¿qué hicisteis para que el alma, llena de Mí, Me llevara a todos los hombres? El vehículo, o sea, vuestro cuerpo, Me tiene que llevar a los hombres, debe ser Mi Presencia Divina hacia todos los hombres, eso es lo que va a hacer que las almas se salven. Por eso sois apóstoles, en estos tiempos, los que estáis Conmigo y que habéis entendido la Palabra que os he enseñado. Si no compartís Mi Alimento Divino y hacéis crecer a las almas, no estáis haciendo lo que debe hacer un apóstol Mío. Si solamente estáis alimentando el cuerpo de vuestros hermanos que, como os dije, ciertamente es bueno, pero no les habláis de Mí, no les dais Sabiduría Divina, no estáis llevando a cabo vuestra misión correctamente.
Tened cuidado de aquellos que solamente os hablen delo superfluo, de un amor entre hermanos, que solamente os van a llevar a una paz, superflua, de conveniencia, pero no a una paz de corazón, compartiéndoos Mi Amor como hermanos, eso no viene de Mí, ésas no son las Enseñanzas de Mi Hijo.
Pedid el Espíritu de Discernimiento, para que aprendáis a discernir entre las mentiras de satanás, que parecen verdades, porque se habla de amor, de humildad, pero realmente, no hay vida espiritual fidedigna en el corazón.
El amarse los unos a los otros, es amarse como Mi Hijo os enseñó, darse en plenitud, en cuerpo y alma por el bien del hermano, sea quien sea y eso es más difícil, porque dar un pan es fácil pero, darse, en totalidad, por el bien de los hermanos, eso ya es más difícil.
Meditad esto, Mis pequeños. Os amo.
Gracias, Mis pequeños.
Quinto Misterio. Habla Dios Padre.
Sobre: Os quiero regalar el Cielo en la Tierra, de vosotros depende que esto se alargue o se acorte, el tiempo, vosotros lo manejáis con vuestra conversión y con vuestro deseo de estar ya Conmigo.
¡Oh, Mis pequeños!, ¡Cómo quisiera ya estar reinando entre vosotros, pero tenéis que aprender a llamarMe y esto es, viviéndoMe en el interior de vuestro corazón!
Cuando vosotros tenéis un muy buen amigo, le procuráis todo lo necesario para que se sienta bien, especialmente cuando lo invitáis a vuestra casa. Ciertamente, le conocéis y sabéis cuáles son sus gustos y tratáis de procurárselos para que esté a gusto en vuestro hogar y así paséis un rato agradable.
¿Qué mejor que preparar vuestro corazón y todo vuestro alrededor para invitarMe a Mí, vuestro Dios y venir a convivir con vosotros, Reinar para vosotros, instruiros, cuidaros, alimentar vuestra alma y cuidar vuestro cuerpo?
Mis pequeños, esto va a tener que suceder y suceder pronto, pero más pronto llegaré si vosotros Me llamáis, imploráis ya Mi Presencia entre vosotros y ésto os traerá un cambio total en vuestra vida, un cambio bellísimo, que no conocéis, con un Amor inmenso, que no os imagináis.
Mis pequeños, cuando Yo entro en un alma, un alma que Me busca, que se da totalmente por Mí, que Me invita a vivir en ella y, sobre todo, que muere en sí para dejarMe Vivir en ella, entro, la habito, la hago gozar con Mi Presencia y Yo, que Soy un Dios Dadivoso, le regalo con Gracias, Bendiciones Infinitas. El alma que Me tiene plenamente, vive en el Cielo aquí en la Tierra, no puedo dejar de regalarle a un alma así, con regalos Divinos, bellísimos, inimaginables.
Ciertamente, la gran mayoría de vosotros, desperdiciáis vuestro tiempo sobre la Tierra al no invitarMe a Mí, vuestro Dios, a convivir con vosotros en vuestro interior. Yo os podría regalar tantas cosas y vosotros, por estar interesados más en vuestras cosas, no Me dais Mi lugar a Mí, vuestro Dios y os priváis de Mis Bendiciones. Ciertamente, Yo regresaré a la Tierra, tengo que purificarla antes, porque no puedo llegar a un lugar sucio y esta suciedad es el pecado, que Me molesta mucho, porque la Virtud, el Amor, Mi Divinidad, no pueden convivir con la maldad de satanás, de sus obras, de toda la mugre que pueda salir de él. Ciertamente, vosotros debéis preparar el terreno, debéis cambiar en vuestro interior y debéis pedírMelo, pedir que Mi Santo Espíritu os transforme, porque solos no podréis lograrlo.
La humildad, Mis pequeños, es imprescindible para que vosotros logréis ése cambio. Os gusta el cómo estáis y cómo sois y no os dais cuenta de que vivís en el error, por eso es muy necesario que Yo venga antes a purificar vuestros corazones y esto se dará a través de Mi Santo Espíritu, para que conozcáis la realidad de vuestro interior y por lo que tanto lucháis, que no es lo Verdadero.
Buscáis innumerables cosas que no son buenas para vuestra salud espiritual. Os llenáis de errores y de maldad y muchas veces creéis que eso es lo bueno y, viviendo así, en ése error y produciendo error, Yo no Me puedo Presentar ante vosotros. Por eso, ésta Purificación que se va a dar en la Tierra y en el Universo entero, será para que conozcáis los errores en los que habéis vivido y a la Verdad a la cual debéis anhelar con todo vuestro corazón. Prácticamente ninguno de vosotros habéis experimentado ésa vida íntima Conmigo y no sabéis de lo que os estáis perdiendo pero, creedMe, Mis pequeños, que lo que os pido que anheléis de corazón, va a ser un cambio tremendo en vuestra vida, que va a hacer que vosotros ya no queráis ser los que erais antes, sino que buscaréis, a como dé lugar, la perfección a donde os estoy llamando, para que obtengáis Mis Bendiciones, pero sobre todo, Mi Presencia en vosotros.
Os quiero regalar el Cielo en la Tierra, de vosotros depende que esto se alargue o se acorte, el tiempo, vosotros lo manejáis con vuestra conversión y con vuestro deseo de estar ya Conmigo.
Gracias, Mis pequeños.
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