5 de Enero de 2014
Luceros y resplandores verán Mis fieles almas cuando muchos del mundo verán solo tinieblas. Yo, Espíritu de Dios, os hablo.
Hijos de Dios, ya están cerca las tinieblas absolutas de la Humanidad, tinieblas ellas, consecuencia de las tinieblas tenebrosas que tienen sobre el bien y consecuencia de las leyes satánicas que viven, aprueban y disfrutan. Porque hijos de Dios, si el pecado no fuera castigado, el mundo que habría creado el Padre Celestial sería eternamente basura y sería para la condenación eterna de toda la Humanidad. Así se salvarán aquellos que sigan las leyes de Dios, las pongan en práctica y las propaguen. Yo, Espíritu de Dios, os hablo
Que doloroso es para la Santísima Trinidad tener que castigar la obra de amor que hizo al crearos a todos, buenos y malos. Pero son pocas las almas buenas y fieles a los deseos del Altísimo, porque hay miríadas y miríadas de almas malas, perversas, llenas de odios y rencores, que se encaran con Dios Altísimo acusándole de todas sus desgracias. ¡Cuánta equivocación por no tener luz! El pecado ciega al alma, y embota la mente, y los criterios personales se ponen los primeros sin tener en cuenta ni la experiencia de los sabios, ni las vivencias de los santos, ni el ejemplo de los mártires y de los fieles a Dios. Yo, Espíritu de Dios, os hablo.
Aun estáis a tiempo de rectificar vuestra vida de carroña y perversión. Aun podéis enmendaros y tomar el camino de la salvación, pero la soberbia os ciega hasta el punto de que no sabéis ver ni verdad, ni amor en ningún sitio, ni siquiera en Dios, porque solo os amáis a vosotros mismos con un mal amor, ya que no sabéis ni amaros bien a vosotros mismos porque el egoísmo es veneno para la salvación del alma. Yo, Espíritu de Dios, os hablo.
Acudid a la Santa de las santas, a María Santísima, la Madre de Dios y también Madre vuestra en la gracia. Acudid a Ella que tuvo un cuerpo como vosotros, que era una de vosotros, humana y terrenal, y supo alzarse por encima de todas las perversidades y pecados de la Humanidad y salir victoriosa en su vida, venciendo una y otra vez a la serpiente. Así que hijos de Dios, hijos de María, acudid a quienes os pueden ayudar, también a San Miguel Arcángel que tiene fuerza y poderpara vencer el mal y a Satanás y a sus secuaces. Yo, Espíritu de Dios, os hablo y os instruyo
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