"En todo dad gracias, pues esto es lo que Dios en Cristo Jesus quiere de vosotros. No extingais el Espiritu; no desprecies las profecias; examinadlo todo y quedados con lo bueno." 1 TESALONISENCES 5: 18-21

El hombre bueno, del buen tesoro del corazón saca lo bueno, y el malo, del malo saca lo malo. Porque de lo que rebosa el corazón habla su boca." San Lucas 6:45

QUE LA PRECIOSA SANGRE QUE BROTA DE LA SAGRADA CABEZA DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO, TEMPLO DE LA DIVINA SABIDURIA, TABERNACULO DEL DIVINO CONOCIMIENTO Y LUZ DEL CIELO Y DE LA TIERRA NOS CUBRA AHORA Y SIEMPRE. AMEN+++

“OH JESUS, CUBREME CON TU INFINITA SANGRE PRECIOSA CADA INSTANTE DE MI VIDA. AMEN"


"Ora y espera; no te inquietes. La inquietud no conduce a nada. Dios es misericordioso y

escuchará tu oración. Padre Pio"


jueves, 24 de noviembre de 2016

EVANGELIO DEL DIA Y COMENTARIO. 23 DE NOVIEMBRE DE 2016

Del Santo Evangelio según San Lucas 21,12-19.
www.evangeliodeldia.org

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Jesús dijo a sus discípulos:
«Los detendrán, los perseguirán, los entregarán a las sinagogas y serán encarcelados; los llevarán ante reyes y gobernadores a causa de mi Nombre,
y esto les sucederá para que puedan dar testimonio de mí.
Tengan bien presente que no deberán preparar su defensa,
porque yo mismo les daré una elocuencia y una sabiduría que ninguno de sus adversarios podrá resistir ni contradecir.
Serán entregados hasta por sus propios padres y hermanos, por sus parientes y amigos; y a muchos de ustedes los matarán.
Serán odiados por todos a causa de mi Nombre.
Pero ni siquiera un cabello se les caerá de la cabeza.
Gracias a la constancia salvarán sus vidas.»

Leer el comentario del Evangelio por
San Cipriano (c. 200-258), obispo de Cartago y mártir
Los efectos de la paciencia, 13.15

“Si os mantenéis firmes conseguiréis salvaros.” (Lc 21,19)
      Nuestro Señor y Maestro nos ha dado este mandamiento para nuestra salvación: “El que persevere hasta el fin se salvará.” (Mt 10,22)... Nuestra fe y nuestra esperanza se fundamentan precisamente en el hecho de ser cristianos. Con todo, para que la fe y la esperanza puedan llevar frutos es necesaria la paciencia. No buscamos la gloria de este mundo sino la gloria futura. El apóstol Pablo nos advierte: “Hemos sido salvados en esperanza. Ver lo que se espera ya no es esperanza. Lo que se ve ¿cómo lo vamos a esperar? Pero si esperamos lo que no vemos, estamos aguardando con perseverancia” (Rm 8,24-25).

      En otro pasaje, Pablo enseña lo mismo a los justos que trabajan para fructificar los dones de Dios, granjeándose así frutos más abundantes en el cielo...: “Siempre que tengamos oportunidad, hagamos el bien a todos y especialmente a los hermanos en la fe. No nos cansemos de hacer el bien” (cf Gal 6, 10.9) ...Y cuando Pablo habla de la caridad añade la paciencia y la perseverancia: “El amor es paciente y bondadoso; no tiene envidia, ni orgullo, ni jactancia..., no se irrita ni lleva cuentas del mal...; Todo lo excusa, todo lo cree, todo lo espera, todo lo aguanta” (1Cor 13,3-7). Así demuestra que el amor es capaz de perseverar hasta el fin, porque soporta todo.

      Todavía en otro pasaje dice: “Sed humildes, amables y pacientes. Soportaos los unos a los otros con amor. Mostraos solícitos en conservar, mediante el vínculo de la paz, la unidad que es fruto del Espíritu” (Ef 4,2-3). El apóstol nos enseña aquí que los hermanos no pueden guardar la unidad ni la paz si no se animan mutuamente a soportarse  y si no guardan el vínculo de la concordia por medio de la paciencia.

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