NO QUIERO QUE HAYAN LUCHAS FRATERNAS, LO QUE QUIERO ES ORACION
27 de Febrero de 2014
Publicado el 15 de Marzo de 2014
Mensaje de Dios Padre a J. V.
Primer Misterio. Habla Dios Padre.
Sobre: Os repito ahora Yo, vuestro Padre, de que tengáis un cambio verdadero y veréis una transformación en vuestro Mundo y en el Universo entero, empezando con vuestra propia persona.
Hijitos Míos, vosotros sabéis que Mi Amor todo lo puede. Mi Poder Divino podría cambiar todo en un instante; estáis padeciendo por todos lados del mundo y así se está padeciendo también en el Universo entero.
Ciertamente, Yo podría mejorar todo en un segundo pero, os hago la pregunta: ¿Sería esto bueno para vosotros? ¿Lo apreciaríais de verás? Visteis a Mi Hijo, lo tenéis en las Escrituras, cómo toda aquella gente que Le seguía, ciertamente, se deleitaban con Su Palabra, pero Él Mismo también les echó en cara que Le seguían porque querían alimento de cuerpo, querían curación a sus enfermedades, a sus padecimientos y ¿qué se lograba con todo esto? En la gran mayoría de vuestros hermanos, de ése tiempo, no había conversión, conversión de corazón, un cambio verdadero de vida, que va más allá del bienestar del cuerpo.
Ciertamente, al tener nuevamente vuestro cuerpo bien alimentado y sano, la más de las veces, seguís cometiendo las faltas que veníais cometiendo, que eso pasaba en aquél tiempo y, sigue pasando ahora, Mis pequeños. A veces, padecéis enfermedades muy graves, durante ése tiempo tenéis un cambio, porque estáis viendo que ésa enfermedad grave, quizá os quite la vida y, entonces, entráis a vuestro corazón y empieza un arrepentimiento. Puede venir un cambio de vida, podéis también tener un verdadero cambio de corazón, que os pueda llevar a vuestra salvación eterna pero, tan pronto como os aliviáis y salís de ése peligro inminente que teníais, la más de las veces, volvéis a lo mismo.
Ciertamente, estáis teniendo una purificación mundial, algunos estáis viviendo situaciones graves en vuestra vida. Todo esto lo estoy permitiendo para que vosotros os metáis a vuestro corazón para que reflexionéis de vuestro mal proceder. Todo eso que estoy permitiendo, os está llevando a que tengáis un verdadero cambio de vida, es para vuestro bien, Mis pequeños. Satanás se está encargando de que su maldad se vaya dispersando por todos lados, porque vosotros os habéis apartado de la oración, del estado de Gracia, de todo lo bueno que Yo os he dado y que os he pedido, pero ¿realmente estáis cambiando de actitud y sois ahora almas nuevas, almas buenas, alma que vais en camino de la santidad? No, Mis pequeños, todavía no veo un verdadero cambio de actitud en la gran mayoría de vosotros.
Desgraciadamente necesitaréis algo todavía más fuerte porque, vuestra terquedad, así Me lo indica. Como os he dicho, todo esto será para vuestro bien. OfrecedMe vuestros dolores, pedidMe que con todo esto se dé un verdadero cambio en actitud, un cambio de corazón, un cambio verdadero de vida, tanto de vida humana como espiritual.
Os he dicho que hasta que no vea un verdadero arrepentimiento de corazón, que os arrodilléis a pedirMe perdón por vuestro mal proceder y por todos aquellos pecados con los que habéis dañado Mi Sacratísimo Corazón, es cuando todo cambiará, para vuestro bien, para el mundo entero, para el Universo entero y, con vuestro cambio, alegraréis Mi Corazón, después de tantos años, siglos, de que habéis dañado Mi Sacratísimo Corazón.
Habéis dañado el Amor que os tengo. Cambiad, Mis pequeños, poned de vuestra parte, se os ha dado mucho y, así como Mi Hijo le dijo a aquella gente, de ése tiempo, que nada más Lo seguían por interés y no por un cambio verdadero, os repito ahora Yo, vuestro Padre, de que tengáis un cambio verdadero y veréis una transformación en vuestro Mundo y en el Universo entero, empezando con vuestra propia persona.
Poned un “hasta aquí” a vuestra vida pasada, a vuestra maldad pasada y sed los hijos verdaderos que Yo quiero ver en vosotros y, así, Mi Misericordia, Mis Bendiciones y Mi Amor Infinito caerá sobre vosotros y sobre los vuestros.
Gracias, Mis pequeños.
Segundo Misterio. Habla Dios Padre.
Sobre: Sed asiduos en la oración y esto os llevará a una íntima relación Conmigo, que más tarde os llevará a un gusto tremendo que no
Hijitos Míos, os insisto tanto en la oración, porque es un arma poderosísima, primeramente, para protegeros vosotros mismos. Sabéis y os he hecho saber, Mis pequeños, que con vuestra mente pecáis mucho, y sabéis que, también, todo lo que sale de vosotros en palabra, en obra, empieza por vuestro pensamiento y os va a llevar también a pecar, desde pecados leves, hasta pecados graves.
Mis pequeños, a vuestra mente le dais muchas libertades. A veces estáis en distracción y de ahí se aprovecha satanás, para que de vuestra mente salgan cosas negativas y pequéis. Otras veces, no estáis distraídos, sucede algo a vuestro alrededor, alguna tentación que satanás os pone y, entonces, sale un pecado aceptado por vosotros mismos.
A lo que voy, Mis pequeños, es que, con la oración, si estáis ocupados en ella, difícilmente satanás podrá llevaros a pecar, ya sea cuando estéis distraídos o cuando estéis consientes de vuestros pensamientos.
Vosotros debéis ser almas de oración, al ser almas de oración, estaréis unidos a Mí en Mi Santísima Trinidad, apoyados con Mi Hija la Santísima Virgen María, el señor san José y todos los ángeles y santos que siempre están en oración también.
Tenéis que ser asiduos a la oración, tenéis que practicar, para que la oración sea ya parte continua de vuestra vida, que no la toméis solamente en momentos, sino que sea totalmente parte de vuestra vida. O qué, ¿acaso no Me lo merezco, Mis pequeños? ¿Tenéis acaso un padre mejor que Yo? ¿Tenéis acaso un pariente mejor que Yo? ¿Tenéis acaso un amigo mejor que Yo? ¿Tenéis acaso alguien que os comprenda mejor que Yo? Yo conozco vuestras intimidades, conozco vuestras alegrías, tristezas, deseos. Conozco vuestros pecados, los que tenéis en vuestra mente, en vuestro corazón y los que realizáis también. Os conozco perfectamente, Mis pequeños y os puedo ayudar a que os vayáis purificando de todo aquello que Me molesta, a Mí, ver de vosotros.
Yo quisiera que fuerais almas puras, almas santas, almas sencillas, almas con las que Yo pudiera contar en todo momento, para que pudiera descansar en vuestro corazón, como lo hacía con vuestros Primeros Padres, Adán y Eva.
No os imagináis, Mis pequeños lo que Yo gozo un alma pura, un alma que Me ama, un alma que Me llama, un alma que Me da Mi lugar en su corazón. Cuando un alma Me trata así, descanso de tanto mal que veo Yo, también, a vuestro alrededor.
Ciertamente, Me dais a Mí un gusto porque Me tomáis en cuenta y Me dais el lugar que Me merezco, que es el de Padre, Creador y Rey del Universo, no hay nadie por encima de Mí. ¿No os da un gusto tremendo que Yo pueda habitar en vuestro corazón? ¿No os da un gusto tremendo que, al estar Yo en vuestro corazón, os regale grandes bendiciones, en regalos materiales y espirituales?
¡Me desperdiciáis, Mis pequeños, podría Yo hacer tanto en vosotros y podría daros tanto de lo que necesitáis, mientras estáis en vuestra misión en la Tierra, y no Me tomáis en cuenta!
Os repito, sed asiduos en la oración y esto os llevará a una íntima relación Conmigo, que más tarde os llevará a un gusto tremendo que no conocíais y que conoceréis, porque Me viviréis en una forma como antes nunca Me habíais vivido y ya nunca os podréis separar de Mí, porque el alma que Me abre plenamente su corazón, Yo la lleno de Mi Amor y es un Amor que, la gran mayoría de vosotros, no conocéis pero, al saborearlo, nunca más un alma se separa de Mí.
Gracias, Mis pequeños.
Tercer Misterio. Habla Dios Padre.
Sobre: La oración produce milagros, Mis pequeños, contad con ellos, buscadlos, pedídMelos, no actuéis solos, no actuéis con maldad satánica, deseándoles el mal a vuestros hermanos, aunque ellos os hayan llevado al mal por mucho tiempo.
Hijitos Míos, antes de que sucediera todo lo que estoy permitiendo, vivíais cada quien vuestro mundo, os habíais vuelto muy individualistas. No os importaba la vida de vuestros vecinos, de vuestra propia familia, de vuestros padres, hermanos, parientes. No os importaba la gente con la que podríais convivir, pasabais de largo día a día, a pesar de que se veían, no se importaban ni unos ni otros del bienestar mutuo.
Al menos ahora, os vais conociendo, platicáis, aunque sea de las situaciones malas que están sucediendo alrededor del mundo o alrededor vuestro. Os empezáis a tomar en cuenta unos a otros, os empezáis a ayudar unos a otros, porque ya a algunos, os está faltando hasta de lo más esencial y os ayudáis y empezáis a hermanaros.
Estáis luchando por vuestros intereses. Se levantan los pueblos contra sus gobernantes, porque ya no los quieren por dictadores, que solamente ven por sus propios intereses y no por los del pueblo. Recordad lo que dicen las Escrituras, de como los gobiernos oprimen al pueblo -y esto ha sido desde el principio, Mis pequeños, desde que hubo reyes, desde que hubo quien gobernara a los pueblos- que, pocas veces, éstos reyes o gobernantes, mostraron verdadero amor y apoyo por su pueblo.
Prácticamente, en todo el mundo, tenéis ése problema, que los gobiernos sí os siguen oprimiendo, que no buscan realmente ver por las necesidades de su pueblo pero, recordad que ya os he dicho, que ahora los cabezas de los pueblos, sus gobernantes, están manipulados por satanás, a través de grupos masones, que son satánicos, Mis pequeños, ya os he explicado todo esto.
Yo, con lo que os estoy diciendo, no os estoy llevando a revueltas, no quiero que haya luchas fraternas, lo que quiero es oración. Y vuelvo a repetir, la oración es poderosísima, la oración va a llegar a Mí y Yo pondré remedio a vuestras necesidades, Mis pequeños. Yo no quiero que vosotros os manchéis de sangre vuestras manos, Yo no quiero que vosotros tengáis recelo contra vuestros hermanos, que no haya odios en vuestro corazón. Recordad que satanás afecta vuestro corazón y hace que éste se vuelva contra vuestros hermanos.
Con la oración podéis vencer la maldad que traen en su corazón y Mi Corazón producirá Amor y éstas almas malas, que veis en vuestros hermanos, pueden cambiar. Habéis visto muchas veces cómo almas malas, cambian y se vuelven un ejemplo para todos los que les rodean.
La oración produce milagros, Mis pequeños, contad con ellos, buscadlos, pedídMelos, no actuéis solos, no actuéis con maldad satánica, deseándoles el mal a vuestros hermanos, aunque ellos os hayan llevado al mal por mucho tiempo, que os hayan pisoteado, que os hayan quitado vuestros bienes, que hayan amargado vuestras vidas.
Sabíais que el mal os está rodeando y que día a día se ha de poner peor, si vosotros no cambiáis y os volvéis almas de oración. Confiad plenamente en Mí, para que Yo haga Justicia, Justicia Verdadera y no que vosotros tratéis de hacer justicia ya que no sabéis en qué van a parar ésas aparentes justicias, que terminan siempre en una injusticia, si no contáis Conmigo, con Mi Consejo y con Mi Ayuda.
Sois hermanos, os debéis ayudar los unos a los otros, si veis maldad en vuestro hermano, ayudadle con vuestra oración, para que ésta llegue a Mí y Yo cambie ése corazón por un corazón digno de ser llamado hijo Mío y hermano vuestro.
Gracias, Mis pequeños.
Cuarto Misterio. Habla Dios Padre.
Sobre: Al ser comprensivos, estáis aceptándoos también vosotros como pecadores y aprendéis a callar porque, de ésta forma, al ser comprensivos, os dais cuenta que vosotros, también habéis caído.
Hijitos Míos, os pido Me pidáis la virtud de la comprensión y quiero llamarla, así, una virtud, que os va a ayudar muchísimo, Mis pequeños, porque en vosotros no hay mucha Caridad, como para que lleguéis a ésa virtud de ser comprensivos con vuestros hermanos.
Os dije anteriormente que os gusta juzgar a vuestros hermanos y que, ciertamente, no tenéis todos los elementos para poder juzgar verdaderamente a un hermano vuestro porque no conocéis su interior.
Cuando vosotros os volvéis comprensivos con vuestros hermanos, está actuando inmediatamente la Caridad, o sea, el Amor, con el que debéis de actuar siempre. Al ser comprensivos, estáis aceptándoos también vosotros como pecadores y aprendéis a callar porque, de ésta forma, al ser comprensivos, os dais cuenta que vosotros, también habéis caído, no una, sino muchísimas veces, quizá en lo mismo que estáis juzgando. El Único Juez válido Soy Yo, porque os conozco perfectamente.
Vosotros, a veces, como padres, es cuando más aprendéis a ser comprensivos con vuestros semejantes, puesto que aprendisteis ya con vuestros propios hijos, a ayudar en vez de juzgar.
Sí, Mis pequeños, cambiáis porque son vuestros hijos, son pequeñitos y, los errores que cometen ellos, los vais arreglando, porque vais educando el corazón, les vais ayudando a vuestros pequeñitos a que sean mejores, no los juzgáis a ellos como juzgáis a otros hermanos vuestros, porque les amáis, porque son pequeñitos, es más, ponéis un sinnúmero de pretextos para no castigarles de alguna forma, porque les amáis y, eso es lo que Yo quiero que hagáis con vuestros hermanos, que les améis ante de juzgarles. Ayudadles de cualquier forma que podáis, pero ayudadles, no les critiquéis no gritéis alguna grosería, alguna mala palabra, un reproche, porque actuaron mal, porque eso no lo haríais con vuestros hijos pequeñitos, porque realmente les amáis y les respetáis.
Haced lo mejor por vuestros hermanos, porque aquello que hagáis por ellos, por su bien, por ayudarles, se os regresará.
Si actuasteis con comprensión, con amor, con cariño, ésa es la forma en que ellos os van a tratar después porque, cuando vosotros reprocháis o actuáis mal con vuestros hermanos y, a veces, hasta con grosería, eso es lo que recibiréis después, porque vosotros les enseñasteis cómo actuar ante tal o cual situación que no os gustó y, cuando ellos mismos vean eso que les reprochasteis o que les llamasteis la atención pero, ahora, vosotros lo estáis cometiendo, os lo regresarán a vosotros, si ellos tampoco tienen Caridad en su corazón.
Es vuestra obligación, Mis pequeños, transmitir lo que Mi Hijo os transmitió, que es Amor, que es respeto, que es cariño por vuestros hermanos, que es el darse por los demás, para que luego podáis recibir lo mismo que vosotros disteis y así crear un mundo de amor, que es para lo que vino Mi Hijo.
Gracias, Mis pequeños.
Quinto Misterio. Habla Dios Padre.
Sobre: Orad, orad y Yo estaré al frente de vosotros, protegiéndoos y ayudándoos a que crezcáis en el bien y que éste bien anule el poder de satanás.
Hijitos Míos, hace tiempo os hablé de que tarde o temprano ibais a llegar a ser justicia con vuestras propias manos y, esto es la ley de la selva. Ciertamente, porque estáis viendo que las autoridades no están cumpliendo con su deber y que se han ya coludido con el mal, ahora, los mismos ciudadanos están haciendo justicia con sus propias manos y, esto os va a llevar a peores problemas, Mis pequeños, porque también os he dicho que al mal no lo vais a vencer con el mal.
Si se os atacó con una piedra, vosotros cogeréis una roca y si el otro toma algo más grande que la roca, vosotros buscaréis un arma más poderosa y, así, estaréis en competencia a ver quién tiene un arma mayor para anularos, para destruiros, porque así es el mal. Satanás no se va a quedar quieto para que se le venza, al contrario, os va a seguir instigando a que vosotros luchéis unos contra otros y con armas cada vez más poderosas.
No podréis acabarlo porque vosotros sois muy pequeños para tratar de acabar con satanás y, además, con el mal que viene de él. Solamente poniéndoMe a Mí en vuestra defensa, es como podréis acabar con satanás, pero vosotros utilizaréis el amor y Yo os iré guiando a través de Mi Santo Espíritu, que habita en vosotros. Esta es la forma en que podáis ir acabando con la maldad que os rodea, siempre actuando en el bien, sembrando el bien, ayudándoos los unos a los otros, porque, de qué servirá que vosotros ataquéis al mal con otro mal en vuestro corazón, y así nunca nacerá el bien, porque siempre estaréis viendo y buscando cosas nuevas, negativas, para destruir ése mal que os ataca y que se irá incrementando y también el odio se irá incrementando en vuestro corazón y no dejaréis, en ningún momento, que el bien nazca en vuestro corazón, crezca y termine con el mal que os rodea.
Me tenéis que tomar en cuenta, Mis pequeños, acudid a Mí, vuestro Dios, para terminar con el mal que os rodea. A muchos de vosotros os parecerá infantil y tonto, lo que os estoy diciendo, pero es la realidad, Mis pequeños.
Ya Mi Hija, La Siempre Virgen María, os había hablado del rezo del Santo Rosario. Ciertamente, para muchas mentes, esto es incomprensible, inverosímil, cómo el rezo del Santo Rosario puede terminar con un mal inmenso que tenéis a vuestro alrededor, pero recordad que Yo tomo cosas pequeñas para hacer cosas grandes. También tomo almas pequeñas para hacer cosas grandes. En Mí está la sencillez, en Mí está lo pequeño, para darle grandes lecciones a satanás y a todos aquellos que le siguen.
Sed sencillos, sed pequeños, sed como niños, y veréis lo qué podréis lograr con vuestra pequeñez, destruyendo al mal que vosotros lo veis ahora como un gigante, que en cualquier momento os pueda aplastar. Orad, orad y Yo estaré al frente de vosotros, protegiéndoos y ayudándoos a que crezcáis en el bien y que éste bien anule el poder de satanás.
Gracias, Mis pequeños.
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