Sobre: Tenéis todo de vuestra parte para vuestra salvación, para un gozo eterno, el gran problema para ganar o perder todo esto, es vuestra decisión, no dudéis, tomad el camino correcto, que el Santo Espíritu de Dios os aconseje.
Hijitos Míos, ciertamente, Yo, vuestra Madre, os estoy cuidando en estos tiempos de gran tribulación. Os he venido cuidando desde el momento de vuestra concepción porque, a muchos de vosotros, vuestros mismos padres, los dos o alguno de ellos, os consagró a Mi Santo Nombre y Yo cuido a todas ésas almas consagradas a Mí.
Estos son tiempos de gran tribulación, estos son tiempos de gran purificación, estos son tiempos que recordaréis como un parteaguas en la humanidad, en donde se verá nuevamente la Mano Poderosa de Nuestro Dios, terminando con la maldad de satanás y regresando a esta humanidad al buen camino.
Vosotros no sabéis si quedaréis después de la gran tribulación, quiénes quedarán en la Tierra y quiénes serán tomados, ya sea para el Cielo o para el Infierno.
Los que quedéis, veréis un Mundo renovado, bellísimo y tendréis ésa obligación de amor que tienen aquellas almas que realmente aman de corazón a Nuestro Dios y a Mí, vuestra Madre Santísima.
DeseareMos Vivir entre los hombres, porque el hombre habrá ya entendido su misión, pero después de haber tenido una purificación dolorosa, bien merecida, porque os desviasteis del camino.
Estoy con vosotros, con toda la humanidad, os estaré cuidando de los ataques de satanás, él no soporta escuchar Mi Nombre, él no soporta el que Yo salve a las almas.
Os amo, Mis pequeños, Soy vuestra Madre y quiero alegrar a Mi Hijo con vuestra salvación, por eso, cuando un alma llega aquí al Cielo a ser juzgada, Me pongo entre el Padre y el Hijo, hasta ganar a ésa alma.
Pero hay muchas almas que no se dejan, muchas que no les interesa su salvación, porque no creen en ella y por estas almas no puedo hacer nada.
Orad, para que el corazón del hombre deje de tener ése corazón de piedra, pedidMe que interceda por vosotros, para que os dé Nuestro Dios, la Gracia de que vuestro corazón deje de ser duro, insensible, sin deseo de superación.
Os pregunto, ¿qué se puede hacer con un alma así, que no quiere poner nada de su parte? Sois Mis hijos, os amo, pero hay tantos de vosotros que le hacen tanto daño al Corazón de Mi Hijo y, así, como los soldados romanos laceraron las Carnes de Mi Hijo, vosotros, con vuestros pecados, laceráis Su Corazón.
Habrá un tiempo, Mis pequeños, en que vosotros sentiréis el Dolor del Corazón de Mi Hijo, que se dio por vosotros. Os habéis vuelto insensibles porque muchas veces habéis visto la representación de la Muerte de Mi Hijo, poco se mueve vuestra alma en compasión, en arrepentimiento. Vuestra maldad es mucha y, ciertamente, viviréis en carne propia una purificación para vuestro futuro particular.
Algunos quedaréis para los Nuevos Tiempos, otros seréis tomados al Reino de los Cielos, otros al Purgatorio y otros, a los Infiernos. Son tiempos en que, por vuestra donación y aceptación a lo que os pase, si os toca ser asesinados por ser verdaderos apóstoles de estos tiempos o por defender Mi Santo Nombre, como ahora lo estáis viendo allá, en las lejanías, en el oriente, ésas almas son tomadas directamente al Reino de los Cielos, como prometido está. No os soltéis de Mi Mano, Mis pequeños, en ningún momento, Yo os cuidaré hasta los últimos momentos de vuestra vida,si es que Nuestro Padre os pide que dejéis la Tierra, u os acompañaré a entrar a las Tierras Prometidas, al cambio espiritual que se dará en vosotros y que gozaréis inmensamente. Os defenderé de las garras de satanás y os llevaré a conocer profundamente el Amor de Mi Hijo.
Tenéis todo de vuestra parte para vuestra salvación, para un gozo eterno, el gran problema para ganar o perder todo esto, es vuestra decisión, no dudéis, tomad el camino correcto, que el Santo Espíritu de Dios os aconseje y Yo os Bendigo, Mis pequeños y os llevo en Mi Corazón.
Gracias, Mis pequeños.
Cuarto Misterio. Habla Dios Padre.
Sobre: Satanás ha hecho que vosotros permitáis entrar el mal en vuestro corazón, os convenció de aceptar ciertas situaciones que, ante Mis Ojos, son pecaminosas pero, vosotros, las veis ya normales.
Hijitos Míos, os he hablado de muchos desastres que han de venir y que serán para vuestro bien, pero el mayor desastre que vosotros debéis reparar, es el de vuestro corazón, vuestra alma, vuestro ser.
Si pudierais ver como Yo veo vuestro interior, os aterrorizaríais al ver el estado de vuestra alma y a dónde la habéis llevado. Yo os di un alma bellísima, y vosotros debisteis haberla cultivado para que alcanzara altos grados de perfección.
Os he dado todos los elementos, os he dado Gracias especiales, os he dado vida especial para que la conocierais y la siguierais. Os puedo asegurar que, todas las almas existentes en el Mundo, estáis viviendo en pecado, en mayor o en menor grado pero, a todas, a todas las almas, también les he dado la oportunidad de regresar a Mí y que podáis obtener de Mí grandes Bendiciones, materiales y espirituales.
La salvación o la condenación, dependen de vosotros, de vuestro libre albedrío y de lo que hayáis escogido vivir en el tiempo que se os concedió de vida, pero os habéis alejado del Camino de la Verdad que Yo os tracé a través de Mi Hijo y de los Mandamientos que os di. Os he dicho que vosotros, por muy inteligentes que os sintáis, nunca podréis hacer vuestras propias leyes, porque llenas de errores estarán. No estáis capacitados para tomar decisiones perfectas, solamente Yo, vuestro Dios, os puedo dar la perfección y es a donde os quiero llevar, pero si vosotros ya habéis creado vuestras propias reglas y las seguís a vuestra conveniencia, difícilmente alcanzaréis una perfección espiritual.
HacedMe caso, Mis pequeños, hay tantas almas que viven en una pobreza espiritual tremenda porque no han querido seguir lo que Yo os he pedido con los Mandamientos.
Tenéis que poner de vuestra parte, Mis pequeños, tenéis que luchar contra vosotros mismos, si queréis ganar el Reino de los Cielos. Satanás ha hecho que vosotros permitáis entrar el mal en vuestro corazón, os convenció de aceptar ciertas situaciones que, ante Mis Ojos, son pecaminosas pero, vosotros, las veis ya normales y, por eso, se ha vuelto muy difícil que un alma entre directamente al Reino de los Cielos.
No detengáis la entrada de Mi Gracia en vosotros, Mis pequeños, haceos a un lado, no pequéis más. Ciertamente que Mi Gracia, Mi Presencia en vosotros, no puede Vivir donde satanás está hospedado, o estáis Conmigo o estáis contra Mí, o Me dejáis a Mí gobernar en vuestro corazón o si vais a permitir que sea satanás el que os gobierne, Me tengo que apartar.
Deseo vuestra perfección, os aconsejo continuamente, pero no veo que os interese vuestra perfección y, por eso, la purificación va a servir para que os perfeccionéis, pero con el dolor que tendréis. Ciertamente, Yo no quería esto, pero Me habéis obligado a tomar éstas decisiones, dolorosas pero necesarias, para vuestro bien. AgradecedMe estos detalles que permito en vuestra vida que os ayudarán.
Gracias, Mis pequeños.
Quinto Misterio. Habla Dios Padre.
Sobre: Sois el ejemplo de la Parábola de los denarios, enterrasteis los dones y capacidades que se os dieron, no los usasteis porque no quisisteis servirMe y un castigo grande recibiréis, porque no quisisteis trabajar para Mí, vuestro Dios, mucho se os dio; mucho se os pedirá. (Lenguas…)
Hijitos Míos, cuánto desperdicio de parte vuestra, Yo, siendo vuestro Creador y vuestro Padre, os creé para que alcanzarais grandes niveles espirituales, niveles excelsos, niveles dignos a vuestra investidura de hijos de Dios.
Mi Realeza fue compartida con vosotros, Soy vuestro Dios, vuestro Rey, vuestro Padre que quiere lo mejor para el hijo y vosotros os habéis desperdiciado. Es como tener un diamante en bruto, y vosotros no dejáis que se os quite todo aquello que no permite que brilléis como debéis brillar ante Mis Ojos y ante los ojos de todas las almas creadas y, aún, de los mismos ángeles del Cielo.
Tenéis un potencial tremendo, pero obscuro para la gran mayoría de vosotros, porque no dejáis que Yo os quite todo aquello que os lleve a la perfección y a ser quienes debéis ser.
¡Qué desperdicio de Bendiciones sobre vosotros, sobre todos vuestros hermanos de todos los tiempos! ¡Tanto que pudisteis haber hecho y que podéis hacer todavía!
Vuestra investidura real, está echada a un lado, no la queréis tomar, será porque no os sentís dignos, será porque no queréis ser Mis verdaderos hijos porque, para serlo, debéis negaros a vosotros mismos, negar vuestra maldad y vuestro apego al mal. Será por indiferencia, por olvido, por flojera.
¡Os he dado tanto, tanto y lo habéis desperdiciado! Llegan almas a la Tierra y prácticamente, así como han llegado, se van, vivieron para sí, no se movieron para servirMe.
Lloraréis, como os he dicho otras veces, cuando estéis ante Mí, que os mostraré todos los regalos que se os concedieron y lo que pudisteis haber hecho con ellos, pero os enfrascasteis más en otras cosas. ¡Qué desperdicio de vida de muchos de vosotros, pudiendo haber, cuando menos, salvado un alma y ni siquiera eso hicisteis!
Sois el ejemplo de la Parábola de los denarios, enterrasteis los dones y capacidades que se os dieron, no los usasteis porque no quisisteis servirMe y un castigo grande recibiréis, porque no quisisteis trabajar para Mí, vuestro Dios; mucho se os dio, mucho se os pedirá.
Gracias, Mis pequeños.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario