Del Santo Evangelio según San Lucas 6,36-38.
Jesús dijo a sus discípulos:
«Sean misericordiosos, como el Padre de ustedes es misericordioso.
No juzguen y no serán juzgados; no condenen y no serán condenados; perdonen y serán perdonados.
Den, y se les dará. Les volcarán sobre el regazo una buena medida, apretada, sacudida y desbordante. Porque la medida con que ustedes midan también se usará para ustedes».
HOMILIA
Pbro. Luis Zazano
Lc. 6, 36-38:
Si hay algo que nos llama mucho la atención en el Papa Francisco es la cantidad de veces que menciona la palabra MISERICORDIA, podemos ver que su pontificado está marcado por esta palabra. Es más nos invita a tener una Iglesia misericordiosa.
Hoy el Señor te invita a vos a ser misericordioso, a darte cuenta de tu miseria y desde tu miseria perdonar al otro, porque vos también sos capaz de cometer el error con que condenas a tu hermano, nadie está excento de pecado y si te crees que estás limpio ya tenes una suciedad más difícil de sacar: LA SOBERBIA.
Entre nosotros podemos caer en dos extremos: asumir la misericordia desde lo que le llamo "El Padre bobo" en donde creemos que Dios todo lo perdona, entonces como lo perdona todo, metamosle nomas. Por otra parte tenemos aquello que llamo "el condicionado" te perdona, pero no lo olvida, es más da muchas vueltas en tu cabeza y de la boca para afuera no pasa nada pero por dentro hay un volcán que está por estallar, es más, hay veces que estalla y nunca le tocará el tema de lo sucedido pero si hablará con otros aquello que sucedió.
Es como decía santo Tomás, la justicia sin misericordia es crueldad, misericordia sin justicia es la madre de la disolución. Es por eso que también antes de juzgar a una persona ponete a pensar si vos también podes hacer lo mismo; antes yo juzgaba mucho a los curas cuando estaba en el grupo de jóvenes pero ahora que soy cura los entiendo, comprendí porqué muchas veces había un "no" o una cara seria; me hace recordar cuando uno va a la cancha, desde la tribuna a los jugadores no le perdonan ni una, hasta aparecen opinantes de toda clase, ni el técnico se salva. Pero cuando uno está en la cancha y corre, enfrenta y juega aparece allí el verdadero desafío y la visión es totalmente distinta.
Por eso antes de juzgar a una persona o juzgar una situación primero analizala. Antes de poner la lengua en función pon la cabeza en movimiento, acordate que nadie en esta vida está limpio, pero gracias a Dios en la Iglesia hay una buena ducha para darse un baño de gracia y entrar limpios a la casa de Dios.
Buen inicio de actividades.
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