"En todo dad gracias, pues esto es lo que Dios en Cristo Jesus quiere de vosotros. No extingais el Espiritu; no desprecies las profecias; examinadlo todo y quedados con lo bueno." 1 TESALONISENCES 5: 18-21

El hombre bueno, del buen tesoro del corazón saca lo bueno, y el malo, del malo saca lo malo. Porque de lo que rebosa el corazón habla su boca." San Lucas 6:45

QUE LA PRECIOSA SANGRE QUE BROTA DE LA SAGRADA CABEZA DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO, TEMPLO DE LA DIVINA SABIDURIA, TABERNACULO DEL DIVINO CONOCIMIENTO Y LUZ DEL CIELO Y DE LA TIERRA NOS CUBRA AHORA Y SIEMPRE. AMEN+++

“OH JESUS, CUBREME CON TU INFINITA SANGRE PRECIOSA CADA INSTANTE DE MI VIDA. AMEN"


"Ora y espera; no te inquietes. La inquietud no conduce a nada. Dios es misericordioso y

escuchará tu oración. Padre Pio"


sábado, 11 de abril de 2015

EVANGELIO DEL DIA Y HOMILIA POR SAC. LUIS ZAZANO: 10 DE ABRIL DE 2015

Del Santo Evangelio según San Juan 21,1-14.
Jesús se apareció otra vez a los discípulos a orillas del mar de Tiberíades. Sucedió así:
estaban juntos Simón Pedro, Tomás, llamado el Mellizo, Natanael, el de Caná de Galilea, los hijos de Zebedeo y otros dos discípulos.
Simón Pedro les dijo: "Voy a pescar". Ellos le respondieron: "Vamos también nosotros". Salieron y subieron a la barca. Pero esa noche no pescaron nada.
Al amanecer, Jesús estaba en la orilla, aunque los discípulos no sabían que era él.
Jesús les dijo: "Muchachos, ¿tienen algo para comer?". Ellos respondieron: "No".
El les dijo: "Tiren la red a la derecha de la barca y encontrarán". Ellos la tiraron y se llenó tanto de peces que no podían arrastrarla.
El discípulo al que Jesús amaba dijo a Pedro: "¡Es el Señor!". Cuando Simón Pedro oyó que era el Señor, se ciñó la túnica, que era lo único que llevaba puesto, y se tiró al agua.
Los otros discípulos fueron en la barca, arrastrando la red con los peces, porque estaban sólo a unos cien metros de la orilla.
Al bajar a tierra vieron que había fuego preparado, un pescado sobre las brasas y pan.
Jesús les dijo: "Traigan algunos de los pescados que acaban de sacar".
Simón Pedro subió a la barca y sacó la red a tierra, llena de peces grandes: eran ciento cincuenta y tres y, a pesar de ser tantos, la red no se rompió.
Jesús les dijo: "Vengan a comer". Ninguno de los discípulos se atrevía a preguntarle: "¿Quién eres", porque sabían que era el Señor.
Jesús se acercó, tomó el pan y se lo dio, e hizo lo mismo con el pescado.
Esta fue la tercera vez que Jesús resucitado se apareció a sus discípulos.
 
HOMILIA
Por Sacerdote Luis Zazano
 
Jn 21, 1-14
 
Los apóstoles van a trabajar con el peso de la preocupación y tristeza. Es como muchas veces te pasa a vos cuando vas al trabajo o al colegio, vamos medio desanimados, agotados y con la cara bajoneada. 
Es allí, en el trabajo cotidiano donde se aparece el Señor, Dios se aparece en tu vida cotidiana y vos tenes que dejarlo entrar a Dios en tu trabajo, en tu cotidianidad, en lo de cada día. No se debe dividir tiempo de oracion y tiempo de trabajo. Mas bien en tu tiempo de trabajo es hacer tiempo de oración. Por otra parte, el Señor te espera con algo, espera que le entregues tu cansancio y también que le muestres tus fracasos. Habla con Dios y mostrale ese fracaso a aquello que le dedicas tanto y no se te da. No busques el milagro en si, sino mas bien busca a Dios en tus supuestos fracasos porque son también en estos lugares donde debemos reconocer al Señor. El reconocer a Cristo implica que antes debes conocer su vos y aceptar que muchas veces a Dios lo perdemos y cuando perdemos ese dialogo constante con Dios se nos hace pesado todo, incluso la vida cotidiana. Hoy el Señor te quiere dar de comer y te quiere invita a compartir con Él. Compartí con Jesús y habla con Él, aun en los fracasos podes encontrarte con Jesús y sacas cosas para tu vida en abundancia.

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