Del Santo Evangelio según San Juan 3,31-36.
El que viene de lo alto está por encima de todos. El que es de la tierra pertenece a la tierra y habla de la tierra. El que vino del cielo
da testimonio de lo que ha visto y oído, pero nadie recibe su testimonio.
El que recibe su testimonio certifica que Dios es veraz.
El que Dios envió dice las palabras de Dios, porque Dios le da el Espíritu sin medida.
El Padre ama al Hijo y ha puesto todo en sus manos.
El que cree en el Hijo tiene Vida eterna. El que se niega a creer en el Hijo no verá la Vida, sino que la ira de Dios pesa sobre él.
Por Pbro. Luis Zazano
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Jn. 3, 31-36:
Jesús muestra que nuestro hablar implica de donde esta nuestro corazón. Capaz que podrías hacer un examen hoy y pensar: ¿hablo mas de lo terrenal o celestial? Y en este sentido todo extremo es malo. Es tan malo hablar siempre desde una mirada demasiada terrena porque te convertis en una persona sin esperanza y amargada como también el hablar demasiado del cielo porque te haces casi una persona ilusa; acordate de aquello de "los pies en la tierra y la mirada en el cielo".
Por ello que tu testimonio de vida se marque por tu coherencia de vida, algo que es difícil, mostrar lo que pienso con la manera que actúo.
Pidamos hoy la gracia de no ser personas que hablan sin esperanza y mucho menos ser personas ilusas seamos mas bien personas que muestran a Dios encarnado en la historia y que lo mostramos testimoniandolo con nuestro actuar.
Buen jueves...
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