Del Santo Evangelio según San Lucas 5,27-32.
Jesús salió y vio a un publicano llamado Leví, que estaba sentado junto a la mesa de recaudación de impuestos, y le dijo: "Sígueme".
El, dejándolo todo, se levantó y lo siguió.
Leví ofreció a Jesús un gran banquete en su casa. Había numerosos publicanos y otras personas que estaban a la mesa con ellos.
Los fariseos y los escribas murmuraban y decían a los discípulos de Jesús: "¿Por qué ustedes comen y beben con publicanos y pecadores?".
Pero Jesús tomó la palabra y les dijo: "No son los sanos los que tienen necesidad del médico, sino los enfermos.
Yo no he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores, para que se conviertan".
HOMILIA
Por Pbro. Luis Zazano
Lc. 5, 27-32:
Vemos la elección de Leví, Dios toma a un pecador público como su discípulo. Esto te enseña que siempre el que quiere cambiar y seguir a Dios puede hacerlo. Leví era considerado un traidor de su patria y un pecador público; en su corazón capaz que rondaban muchas cosas, muchas heridas, muchos dolores y resentimientos, es más, capaz que le tenía jurada a varios. Sin embargo la curiosidad de conocerlos a Dios le transforma la vida y lo hace ser algo que nunca se hubiera imaginado, se hizo discípulo de Cristo. Qué coraje el de Jesús, verdaderamente se la jugo, porque se tomó como un seguidor al mas pesado de todos, el hombre que estaba apuntado por todos. Sin embargo lo que nos muestra Dios en este Evangelio es que cuando Él te elige te cambia rotundamente y te lleva a cambiar, pero unido a ello, es también a reparar tus errores. En Leví vemos tres actos: Cambio, reparación y seguimiento pleno.
Como te decía, Él cambia y su cambio es interno y al mismo tiempo es externo, le muestra su interior a Cristo, le muestra su casa, lo más intimo, recordá que sólo entraba a la casa de un judío alguien de mucha confianza. Por otra parte, no se queda con haber cambiado y haberse arrepentido, quiere reparar. Nuestra vida es también buscar reparar nuestros errores.
Un cristiano no debe conformarse con decir: "NO lo haré más" sino que debe ir más allá: "buscaré solucionar el error cometido". Por último aparece el seguimiento, es en la persona que cumple el proceso de su interior de sentirse perdonado y tocado por Dios. Cuando aparece en tu corazón la gracia de sentirte perdonado y en buscar un cambio en tu vida el Señor te asume en el discipulado, pues en la misericordia que Dios tiene con vos y al lograr manifestarlo conseguir evangelizar a los mas alejados ya que mostrar una Iglesia que acompaña, perdona y repara y no una Iglesia que juzga y no da chance de una oportunidad para cambiar.
Buen fin de semana.
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