Porque el Reino de los Cielos se parece a un propietario que salió muy de madrugada a contratar obreros para trabajar en su viña.
Trató con ellos un denario por día y los envío a su viña.
Volvió a salir a media mañana y, al ver a otros desocupados en la plaza,
les dijo: 'Vayan ustedes también a mi viña y les pagaré lo que sea justo'.
Y ellos fueron. Volvió a salir al mediodía y a media tarde, e hizo lo mismo.
Al caer la tarde salió de nuevo y, encontrando todavía a otros, les dijo: '¿Cómo se han quedado todo el día aquí, sin hacer nada?'.
Ellos les respondieron: 'Nadie nos ha contratado'. Entonces les dijo: 'Vayan también ustedes a mi viña'.
Al terminar el día, el propietario llamó a su mayordomo y le dijo: 'Llama a los obreros y págales el jornal, comenzando por los últimos y terminando por los primeros'.
Fueron entonces los que habían llegado al caer la tarde y recibieron cada uno un denario.
Llegaron después los primeros, creyendo que iban a recibir algo más, pero recibieron igualmente un denario.
Y al recibirlo, protestaban contra el propietario,
diciendo: 'Estos últimos trabajaron nada más que una hora, y tú les das lo mismo que a nosotros, que hemos soportado el peso del trabajo y el calor durante toda la jornada'.
El propietario respondió a uno de ellos: 'Amigo, no soy injusto contigo, ¿acaso no habíamos tratado en un denario?
Toma lo que es tuyo y vete. Quiero dar a este que llega último lo mismo que a ti.
¿No tengo derecho a disponer de mis bienes como me parece? ¿Por qué tomas a mal que yo sea bueno?'.
Así, los últimos serán los primeros y los primeros serán los últimos».
Mt. 20, 1-16:
Creo que podemos ver tres puntos para nuestra meditación de hoy:
1) Apostolado: es esto de salir a buscar obreros. Es la actitud que tenemos que tener vos y yo. Hay muchos en la vida que están sentado y mirando como la vida les pasa. Es la situación de tantos que no saben para qué vivir y cómo vivir. Vos que ya conociste a Dios ayúdame a que busquemos obreros para su Reino, no para tu grupito, sino para Dios.
2) Contrato: hay un llamado y una propuesta, el llamado es de tú a tú, de persona a persona. La invitación a unirte al misterio de Dios es concreto y no algo panfletero(que se tira la propaganda y ya) vos sos el contratista de Dios y el obrero llamado tiene que sentirse útil, hacelo sentir útil a tu hermano.
3) La Envidia: la envidia y el carrerismo es lo único que opaca la labor en la Iglesia. Cuando hay envidia no se puede trabajar bien, incluso dentro de la Iglesia, porque no se piensa en la salvación del hermano sino que se piensa ser el mejor o el exitoso.
Cuantos corrimos de la Iglesia a obreros muy buenos que sabían construir bien porque sentíamos que nos cerruchaban el piso o simplemente porque iban a tener un espacio entre nosotros.
Busquemos que la envidia no se siga metiendo sino perderemos obreros y la obra quedará a medias. No dejemos que la mezcla se endurezca y la casa de Dios se derrumbe.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario