Apartaos de la mediocridad, Mis pequeños, porque os puedo vomitar
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7 de Junio de 2016
Mensaje de Dios Padre a J. V.
Primer Misterio. Habla Dios Padre.
Sobre: Os vuelvo repetir: Benditos vosotros que vivís en Fe porque algún día Me veréis de frente y será premiada vuestra Fe con la que vivisteis durante vuestra misión aquí en la Tierra.
Hijitos Míos, la vida de la Gracia, es la vida perfecta para el hombre, es en el momento en el cual, el alma, estando limpia y, por ello, estando feliz, puede acercarse a Mí, vuestro Dios y Creador. Es una felicidad santa, el alma misma se da cuenta de ello, el sentirse sin pecados graves, el sentirse, en lo posible, sin pecados veniales, aunque son pecados, al fin y al cabo, pero en el estado de Gracia, del que os estoy hablando, cuando el alma se siente limpia, aunque sea por momentos, porque vosotros sois muy inestables, Me enseña con alegría su pureza, se siente alegre ésa alma y es como Yo quisiera que os mantuvierais todos vosotros.
Por eso envié a Mi Hijo Jesucristo, para que tuvierais la oportunidad de ver un Alma Santísima, cómo se desenvolvió entre los hombres. Aún a pesar de que el pecado os rodea, si os mantenéis como Mi Hijo, vosotros podéis tener ésa alegría perfecta.
Ciertamente, satanás se da cuenta de ello y os lleva hacia la tentación y, como os dije, vuestras almas son muy inestables y en la mayoría de los casos, caéis y, aunque ésa alegría de parte vuestra hacia Mí, duró muy poco, Me dais una alegría inmensa, Mis pequeños. Es como cuando los niños pequeños hacen algo que consideran que es muy bonito y van y le enseñan a sus padres lo que tienen, lo que hicieron, porque les gustó mucho y los padres lo gozan, así también vosotros, Me dais mucha alegría cuando tratáis de manteneros en el estado de Gracia.
Ciertamente, en ése momento, tenéis un acercamiento muy grande Conmigo, podéis tomar de Mí lo que necesitéis, podéis tomar de Mis Potencias para ayudar a muchos hermanos vuestros y, también, podéis tomar de Mí, lo que necesitéis para vuestra perfección, porque os he dicho que para eso estáis llamados vosotros, a ser perfectos, como Yo Soy Perfecto.
En el Reino de los Cielos, se vive una alegría eterna, porque estáis en estado de Gracia, vuestra alma está pura, es santa, pero allá, ya no hay pruebas, las pruebas existen aquí, en la Tierra y estáis viviendo en Fe.
En el Reino de los Cielos, ya no vivís de Fe, porque Me tenéis de frente; gozáis Conmigo, vivís Conmigo; por eso vuestros méritos aquí en la Tierra son grandes, cuando hacéis todo en Fe, dándoMe todo lo que hacéis, a Mí, vuestro Dios, porque, ciertamente, no Me habéis visto, pero vuestra alma Me intuye, vuestra alma cree, vuestra alma Me ama, vuestra alma Me busca y eso tiene un gran mérito, Mis pequeños, porque, aun viviendo en la obscuridad en la que vivís, que es la maldad de satanás alrededor vuestro, mientras cumplís con vuestra misión, vosotros buscáis la Luz, os llenáis de ésa Luz, que Soy Yo, a pesar de que no la hayáis visto, pero brota de vosotros, porque tenéis Fe.
Dichosos aquellos que creen en Mí sin haberMe visto, dichosos aquellos que Me buscan sin haberMe visto, pero Me intuyen y esa intuición, viene cuando el alma vive en Mí, cuando vivís en ése estado de Gracia, en el cual Yo Me puedo derramar abundantemente sobre vosotros.
Mis Bendiciones, Mis regalos espirituales, caen abundantemente sobre las almas, cuando estáis en ése estado bellísimo de vuestra alma, el estado de Gracia. Yo premio en múltiples formas, a aquellas almas que tratan de mantenerse puras, santas y ligadas íntimamente a Mí, vuestro Dios, porque es a través de ésas almas en las que Yo Me puedo derramar sobre vosotros. Tenéis hermanos, a vuestro alrededor, que reciben Mis Gracias, Mis Bendiciones, Mis Dones, por hacer el Bien y, vosotros, hermanos de ellos, gozáis también de Mis Bendiciones.
Os vuelvo repetir: Benditos vosotros que vivís en Fe porque, algún día Me veréis de frente y será premiada vuestra Fe con la que vivisteis durante vuestra misión aquí en la Tierra.
Os Bendigo, Mis pequeños, que Mi Amor se derrame sobre vosotros.
Segundo Misterio. Habla Dios Padre.
Sobre: ¡Cuánta mediocridad veo en vuestra espiritualidad, en vuestra donación, en el seguimiento de vuestra misión!
Hijitos Míos, ¡cuánta mediocridad veo en vuestra espiritualidad, en vuestra donación, en el seguimiento de vuestra misión!
Os mandé a Mi Hijo, para que vierais en Él, cómo, a pesar de ser tan atacado, por ser Mi Hijo, vuestro Salvador, Él se mantenía en obediencia a lo que Yo Le pedí, por vuestra salvación.
Su Oración era ininterrumpida, Él Me tenía, continuamente, en su Mente y en Su Corazón, Nuestra comunicación era total, absoluta, no había momentos de separación, era una Vida continua espiritual para Conmigo.
Es la única forma, Mis pequeños, en que os podéis mantener seguros en la Tierra, porque satanás siempre está al acecho de vuestra alma. En el momento en el que vosotros os distraéis con las cosas del Mundo, ya que ésas distracciones os las pone satanás porque os conoce perfectamente a cada uno de vosotros, si no estáis Conmigo, caéis y se aprovecha satanás, os desvía y vosotros, perdéis ésa comunicación íntima, con la cual Yo os estoy dando Vida.
Ya os he hablado de esto, Mis pequeños, que si por un momento, en una fracción de segundo, vosotros no estuvierais en Mi Pensamiento, moriríais de inmediato, porque vosotros vivís porque estáis en Mí, Yo os doy la vida. Cuando quiero que regreséis, os mando llamar y vuestro cuerpo deja de existir, vuestra alma regresa a Mí, ya sea para que gocéis eternamente Conmigo o para que recibáis vuestro castigo a vuestras malas obras, ya sea en el Purgatorio o quizá hasta os podáis condenar eternamente.
Entended, Mis pequeños, que aun a pesar de que Soy un Juez Severo, Juzgo con gran Misericordia. Si vosotros actuarais como jueces y juzgarais a vuestros hermanos, aun sabiendo de la actuación de toda su vida, y esto es, que vosotros tomarais Mi lugar por un momento, vuestros juicios no serían misericordiosos, ciertamente, juzgaríais por el Bien y por el mal que han hecho las almas, pero la misericordia, que es Mi Amor Infinito, Inmenso, Inconmensurable sobre vosotros, os da muchas oportunidades de salvación y voy tomando todos ésos momentos a lo largo de vuestra existencia, que os pueden salvar, a pesar de vuestra mala vida y eso no lo haríais vosotros, os dejaríais llevar, quizá, por una mala actuación de vuestros hermanos y los condenaríais sin darles oportunidad a ésas almas, ni tomar en cuenta actos buenos de su existencia.
Con esto os quiero dar a entender que Yo no Soy un Juez severo, Soy Justo, más no severo, vuestro actuar, vuestro juicio, sí sería severo, porque no tenéis Mi Misericordia y Mi Amor Infinito sobre vosotros, a quienes tanto amo.
Por eso os repito, que vuestro amor y vuestra forma de ser, espiritual, es muy mediocre y así os la pasáis, prácticamente, toda vuestra existencia, en una mediocridad espiritual, en donde no dais vosotros vuestro máximo. Me dais, prácticamente, lo mínimo necesario para que Yo no esté molesto con vosotros, pero no sois hijos sobresalientes en Mi Amor, en buenas obras, con quienes Yo pueda “presumir”, en el Reino de los Cielos.
Hay almas que sobresalen, porque se han volcado, totalmente, a Mi Amor. Han tomado, de Mi Hijo Jesucristo, Sus Enseñanzas, Su Vida, Su Ejemplo y han tratado de ser otros Cristos. Es muy importante lo que os voy a decir: para llegar a ser otros Cristos, deberéis luchar contra vuestro propio ser, es una lucha continua contra vosotros mismos, contra vuestras pasiones, contra vuestros pecados, contra vuestra negligencia, contra vuestra mediocridad; es apartar todo aquello que no os sirve verdaderamente para que lleguéis a ser santos, como os quiero ver y ésa lucha es continua contra vosotros mismos, para hacerle lugar a la Presencia de Mi Hijo en vosotros.
Y esto os lo he repetido muchas veces, que tenéis que ser otros Cristos en este tiempo y, ciertamente, que no podréis ser otros Cristos, viviendo en la mediocridad espiritual en la que vivís, prácticamente, todos vosotros.
Tenéis que dar más, Mis pequeños, Yo os voy a dar el Reino de los Cielos, es un lugar inimaginable para vosotros, es un regalo inmenso para las almas que han luchado para vivir como Yo os quiero ver a cada uno de vosotros: santos, perfectos, hermosos porque así es vuestra alma: hermosa, bellísima, cuando ésta es santa. Y ésa es vuestra obligación, ser santos, como Yo, vuestro Padre, Soy Santo.
Apartaos, pues, de la mediocridad, Mis pequeños, porque os puedo vomitar. Sed fríos o calientes, pero no mediocres, luchad contra vosotros mismos, para que Mi Hijo, el Santo de los Santos, tome vuestro lugar y gozaréis inmensamente, que Él tome vuestro lugar y se os llame ser otro Cristo aquí en la Tierra.
Gracias, Mis pequeños.
Tercer Misterio. Habla Dios Padre.
Sobre: Ved la trascendencia de vuestros actos, Mis pequeños, de ahora en adelante, no veáis el exterior, ved el alma de vuestros hermanos, ¿qué vais a dejar en ésa alma?, ¿le ayudaréis o no le ayudaréis, la vais a atacar o la vais a levantar?
Hijitos Míos, al dejaros las Obras de Misericordia, con ellas os vais perfeccionando y es una de las mejores formas, porque os vais pareciendo a Mi Hijo. Veis por la necesidad de vuestro hermano, así como Mi Hijo veía por la necesidad de cada uno de los que estaban a Su alrededor pero, ciertamente, no todos se acercaban a Él, pidiendo una bendición, porque, también, les faltaba Fe, a pesar de estar viéndoLo actuar con capacidades Divinas. Tenían a su Dios, a su Salvador, al Mesías frente a ellos y no daban su brazo a torcer. Ahora, desgraciadamente, hay muchos hermanos vuestros que aun viendo, no creen. El hombre es duro de corazón, le cuesta tanto vivir en Mí, no vivís como os he dicho, en oración continua, profunda, porque tenéis muchas cosas qué hacer del Mundo, en lugar de compartirMe vuestro tiempo con vosotros.
Con las Obras de Misericordia, os doy la oportunidad de que os hermanéis los unos con los otros, que veáis por el bien de vuestros hermanos, como lo vivís en la familia en la que nacéis, aunque, ciertamente, aún dentro de algunas familias en las que nacéis, hay disputas, hay odios, rencores, maldad, envidias, porque Mi Espíritu, no está en ésas familias.
Pero hablándoos de Mi Familia Celestial, vosotros, al vivir en el Amor, tratáis de darlo, porque os he dicho que el Amor es dinámico, que no lo podéis detener. Cuando, realmente, amáis de corazón, tratáis de dar a vuestros hermanos ése tesoro tan grande, que es Mi Amor, pero, ¿qué sucede con la mayoría de vosotros? Veis al pobre que os pide y cuando os acercáis a él, volteáis vuestra cabeza y veis para otro lado, para no verlo a él, ponéis muchos pretextos para no ayudarle y así os justificáis ante Mí y ante los demás, que no disteis dinero a ése hermano que os pedía, por el mal uso, que, según vosotros, le dará.
Os he dicho que seréis juzgados en el Amor y seréis juzgados por vuestras obras, principalmente. Yo veré lo que vosotros hicisteis por vuestros hermanos, ahora, si ellos utilizaron para mal, lo que vosotros disteis con un deseo de bien, ellos serán juzgados de otra forma, en cambio, vosotros seréis juzgados en el Amor, porque vuestra intención, era buena hacia ellos.
Quiero que entendáis perfectamente esto, Mis pequeños, Yo veo lo que vosotros hacéis por los demás y, eso es lo que cuenta, Mis pequeños, lo que estáis haciendo de bien, para que vuestros hermanos, también, gocen del mismo bien que vosotros tenéis.
Para muchos, el dinero es malo, os lleva a la condenación y no es verdad, Mis pequeños, vosotros le podéis dar un buen uso o un mal uso a las cosas y eso depende de vuestra conciencia, de vuestra forma de ser, de lo que lleváis en vuestro corazón.
Una moneda que deis a algún hermano vuestro, ciertamente, le puede dar alimento por ése día y sobrevivir un día más, cuando se es muy pobre o, ciertamente, ésa moneda se puede usar para el mal, que hasta puede llevar a ésa persona a su condenación eterna.
Vosotros deberéis vivir en el bien, como Mi Hijo os enseñó, cada quién tiene el libre albedrío y una situación puede ser buena para una persona y, ésa misma situación, puede ser mala para otra. Yo Juzgaré al final de vuestra existencia y Juzgaré vuestras obras en las cuales vosotros ayudasteis a vuestros hermanos en diferentes formas.
Os he dado infinidad de situaciones en las cuales podéis ayudar a vuestros hermanos. Os he dado Sabiduría, también, para que vuestra ayuda, realmente, sea eso hacia vuestros hermanos, que sepáis vosotros, también, administrar vuestros bienes que vais a dar a vuestros hermanos y ésos no sean utilizados para un mal. Siempre, ved a Mi Hijo en vuestros hermanos, porque así os lo dijo Él, porque cada vez que estáis ayudando a algún hermano vuestro o lo estáis atacando, a Quien estáis ayudando o atacando, es a Mi Hijo, porque Él vive en cada uno de vosotros; vosotros veis el exterior, Nosotros veMos el interior y a lo que estáis afectando, no es al cuerpo de vuestros hermanos, es a su alma y las almas están en íntimo contacto Conmigo, porque Yo Soy vuestro Creador. Yo creé cada una de vuestras almas y, si estáis ayudando a un hermano vuestro, estáis ayudando a su alma, porque en ellas se quedan los recuerdos, los agradecimientos, las Bendiciones, las Gracias. Es el alma de vuestros hermanos a la que haréis vivir o a la que haréis morir.
Ved la trascendencia de vuestros actos, Mis pequeños, de ahora en adelante, no veáis el exterior, ved el alma de vuestros hermanos, ¿qué vais a dejar en ésa alma?, ¿le ayudaréis o no le ayudaréis, la vais a atacar o la vais a levantar?
Gracias, Mis pequeños.
Cuarto Misterio. Habla Dios Padre.
Sobre: Meditad esto, Mis pequeños, y pedidLe a Mi Hija, la Siempre Virgen María, que os ayude a crecer y aprender callando.
Hijitos Míos, vosotros sois muy dados a la crítica y a la crítica destructiva. De tiempo en tiempo, voy suscitando almas, a las cuales, les he dado capacidades extras o conocimiento extra, arriba del nivel de vosotros, para que os guíen, para que os ayuden, para que os levanten, tanto en vuestra forma de vivir humana, como también en la espiritual. Ciertamente, tenéis la perfección en las Sagradas Escrituras y, si las siguierais, eso bastaría y no necesitaríais a nadie, pero, voy suscitando almas que os enseñen, que os guíen, que os hagan poner en práctica lo que tenéis en el Libro Santo.
Os pregunto: ¿quiénes son los más criticados entre vosotros? Normalmente, los que se salen de lo normal; es vuestra envidia, muchas veces, la que hace que ataquéis al hermano que os lleva a otro conocimiento que os da con alegría, pero que no estáis habituados a ello y eso fue lo que sucedió con Mi Hijo Jesucristo, se salió del normal de la gente del momento. Ciertamente, Lo seguían porque les llamaba la atención ése Conocimiento que Él les traía, pero ¿cuántos de ellos, realmente, entendieron la lección? Pocos, muy pocos, porque al final, prácticamente todos gritaron “crucifícaLe”.
A lo largo de la historia, he enviado almas que os ayuden a crecer en tecnología, o en otras ciencias y hasta la misma Iglesia los ha condenado, porque no estaban preparados para ése conocimiento y ya que pasó el tiempo y se dieron cuenta que ése conocimiento era bueno, se arrepintieron de haber eliminado a ésos hermanos vuestros, porque, simplemente, no tuvieron la sabiduría y la humildad para reconocer que era Yo, el que os estaba ayudando a través de ésos hermanos vuestros.
La crítica, vosotros mismos lo decís es, a veces, muy destructiva. Cuando no entendéis algo, criticáis destruyendo, muy pocas veces, criticáis construyendo y, esto sería, actuar con Sabiduría. Pedid ayuda a Mi Santo Espíritu, para que entendáis ése otro Conocimiento que os doy, que os puede llevar a un Bien, muy grande, con el cual, os podéis perfeccionar, o ¿acaso vosotros os sentís que sois perfectos y que tenéis todo el Conocimiento que existe? Si respondéis afirmativamente estáis llenos de soberbia. Os he dicho que sois como bebés de párvulos, que os falta mucho por conocer.
Vuestros Primeros Padres tenían el Conocimiento Infuso y lo perdieron por el Pecado Original; vosotros, apenas tenéis algo de ése Conocimiento que tenían vuestros Primeros Padres, es un Conocimiento raquítico de todo lo que os rodea, de todo lo que Yo Creé, de todo lo que Yo os di con Amor. Es más sabio callarse, meditar y esperar, cuando conocéis algo nuevo, para que no actuéis precipitadamente y con error.
Callad, como Mi Hija, La Siempre Virgen María, callaba y meditaba todo lo que veía, especialmente, el Conocimiento de Su Hijo, Dios Mismo, que Ella llevó en Su Vientre, que Le ayudó a crecer humanamente, porque espiritualmente y en Sabiduría, Él Le enseñó todo, por ser Mi Hijo, por ser su Hijo.
Es más fácil crecer en Sabiduría callando, que criticando. Meditad esto, Mis pequeños, y pedidLe a Mi Hija, la Siempre Virgen María, que os ayude a crecer y aprender callando.
Gracias, Mis pequeños.
Quinto Misterio. Habla Dios Padre.
Sobre: Cuando vivís en el Amor y lo dais, este crece, pero si no actuáis con responsabilidad y les pedís a los demás que oren por vuestras necesidades, no estáis haciendo crecer el Amor, Mi Amor, que Vive en vosotros.
(Lenguas…) Hijitos Míos, es común entre vosotros escuchar, que pidáis por alguien, con el pretexto de que vosotros estáis más cerca de Mí, y ellos no lo hacen directamente, os piden a vosotros y no debe ser así, Mis pequeños, no estáis actuando en la posición en la que fuisteis creados.
Sois Mis hijos y tenéis un compromiso fuerte Conmigo, os he dado el don de la vida para estar en la Tierra, para salvar almas, para llevar Mi Palabra y Mi Ejemplo a vuestros hermanos y llenar a este Mundo de Amor, y esta responsabilidad cae sobre todos vosotros.
Ciertamente, cuando vosotros veis a algún hermano vuestro que no está manteniéndose en estado de Gracia, que se está debilitando, que satanás lo está atacando mucho y su vida espiritual va decayendo, a tal grado, que satanás le quite toda ésa protección y, así, llevarlo a la condenación eterna, es en ése momento en que vosotros debéis actuar, ciertamente, vosotros vais a interceder por ésa alma, que es diferente a la otra situación, de que alguien llegue y os pida que oréis por sus necesidades y se deslindan de sus obligaciones.
Todas las almas tienen obligación de estar Conmigo, de estar en ésa íntima conexión, como estaba Mi Hijo.
Piden, pero para no tener ningún compromiso, quizá crean que si Me van a pedir, luego Yo les voy a pedir algo más a ellas y, ciertamente, así será, les voy a pedir unión Conmigo.
Todos vosotros debéis de vivir unidos a Mí, vuestro Dios, cuidándoos unos a otros, orando unos por los otros, protegiéndoos con la oración unos a otros; eso es el Cielo en la Tierra, es la vida espiritual y aún humana, que debéis llevar en la Tierra, que os va a unir perfectamente a Mí, vuestro Dios, por los Méritos y Enseñanzas de Mi Hijo Jesucristo, vuestro Salvador.
Todos vosotros, al haber recibido el don de la vida, ya desde ése preciso momento, tenéis un compromiso grande Conmigo, y ése compromiso, lo tendréis durante toda vuestra existencia.
Ciertamente, no todos aceptan ése compromiso y se deslindan de responsabilidades, cada quien quiere hacer su propia vida; cada quien quiere ser autor de su propia existencia y no darle crédito a nadie y así Me hacen a un lado de su vida, que, ni acuden a Mí por ayuda o si lo hacen, hasta Me exigen la ayuda y luego ni se acuerdan de Mí en lo absoluto, evitando hacer una vida en perfección, respetando Mis Leyes y Mandamientos. Esa es otra faceta de la mediocridad en la que vive la gran mayoría de vuestros hermanos alrededor de la Tierra. No quieren vivir unidos a Mi Amor, a vuestras obligaciones de familia, de ser hermanos unos con otros y ayudarse unos a otros a crecer espiritualmente.
Mi Hijo os dijo: “Amaos los unos a los otros”, pero hasta de eso os deslindáis, no queréis saber nada del hermano, para que no os moleste, para que no os pida, para que no tengáis que darle de lo que no es vuestro, porque lo que tenéis, no es vuestro, Yo os lo doy para ayudaros y para que ayudéis, pero, vosotros, os apropiáis de todo lo que Yo os doy y no compartís; de eso seréis juzgados, Mis pequeños.
Amaos los unos a los otros, se dice fácil, pero es tan difícil para vosotros actuarlo. Yo os amo, he puesto Mi Amor en vuestros corazones para que de esta forma, pudierais dar fácilmente Mi Amor a los demás. Vosotros debéis respetar Mi Amor, Mi Vida, que Vive en vosotros y debéis acrecentarla, para bien vuestro y el de vuestros hermanos.
Cuando vivís en el Amor y lo dais, este crece, pero si no actuáis con responsabilidad y les pedís a los demás que oren por vuestras necesidades, no estáis haciendo crecer el Amor, Mi Amor, que Vive en vosotros.
Gracias, Mis pequeños.
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