Del Santo Evangelio según San Lucas 7,11-17.
MEMORIA DE NUESTRA SEÑORA DE LOS DOLORES
Jesús se dirigió a una ciudad llamada Naím, acompañado de sus discípulos y de una gran multitud.
Justamente cuando se acercaba a la puerta de la ciudad, llevaban a enterrar al hijo único de una mujer viuda, y mucha gente del lugar la acompañaba.
Al verla, el Señor se conmovió y le dijo: "No llores".
Después se acercó y tocó el féretro. Los que lo llevaban se detuvieron y Jesús dijo: "Joven, yo te lo ordeno, levántate".
El muerto se incorporó y empezó a hablar. Y Jesús se lo entregó a su madre.
Todos quedaron sobrecogidos de temor y alababan a Dios, diciendo: "Un gran profeta ha aparecido en medio de nosotros y Dios ha visitado a su Pueblo".
El rumor de lo que Jesús acababa de hacer se difundió por toda la Judea y en toda la región vecina.
Jn 19, 25-27:
Me pongo a pensar que habrá pensado Maria cuando contemplaba a Jesús alli en el Calvario. Capaz que recordaba a su hijo cuando pasaba horas mirándolo en Belén. O quizás recordaba cuando iba con José a trabajar... en fin; no se que habrá pensado Maria pero si se que quedó en el calvario como Madre.
Es muy curioso también pensar que el Señor nos la deja como Madre en el momento del dolor, de la cruz, de la angustia. Ella está allí, al pie de la cruz, ella esta con su silencio y con su cercanía, porque en el momento del dolor no hacen faltas palabras solo es necesario estar en esos momentos y ella lo está.
María te enseña a vos y a mi que sólo no podemos nada pero con Dios lo logramos todo y a pesar de que todo al rededor sea oscuro Él no te deja sólo; y donde esta Jesús esta Ella. Me gustaría recordarte tres principios:
1) Una MADRE nunca deja a su hijo (Ella esta a tu lado)
2) Una MADRE detecta las necesidades de su hijo.
3) Una MADRE consuela a su hijo.
María es tu Madre y se compromete con vos que sos su hijo. En tu calvario Ella con su silencio esta de pie y te contempla para llevarte a Jesús. Mírala...
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