Mientras Jesús y sus discípulos iban caminando, alguien le dijo a Jesús: "¡Te seguiré adonde vayas!".
Jesús le respondió: "Los zorros tienen sus cuevas y las aves del cielo sus nidos, pero el Hijo del hombre no tiene dónde reclinar la cabeza".
Y dijo a otro: "Sígueme". El respondió: "Permíteme que vaya primero a enterrar a mi padre".
Pero Jesús le respondió: "Deja que los muertos entierren a sus muertos; tú ve a anunciar el Reino de Dios".
Otro le dijo: "Te seguiré, Señor, pero permíteme antes despedirme de los míos".
Jesús le respondió: "El que ha puesto la mano en el arado y mira hacia atrás, no sirve para el Reino de Dios".
Por otra parte vemos en el evangelio dos tipos de seguimientos: por un lado el seguimiento entusiasta, esa persona que baja de un retiro y se quiere comer el mundo pero pasan los días y se empieza uno a decaer... No dejes que el entusiasmo se vaya y aprende a forjarte en la oración y en el sacrificio.
Por otro lado tenemos un segundo tipo de seguimiento, el que se va madurando día a día y que el Señor te invita a que te abandones. No dejes que la tristeza te tome, abandónate y segui al Señor, no hay mejor propaganda del catolicismo que un católico alegre.
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