Novena completa de la Santa Navidad
De la Sierva de Dios, Luisa Piccarreta.
EXCESOS DE AMOR
Referente a esta Novena, San Annibale M. di Francia, su confesor extraordinario, revisor y censor de sus primeros 19 volúmenes y primer editor de algunos escritos de Luisa, escribe en una carta:
“Al leer los 9 ejercicios de la Navidad se queda uno estupefacto por el inmenso Amor y por el inmenso sufrir de Nuestro Señor Jesucristo bendito por amor nuestro, para la salud de las almas. En ningún libro he leído, al respecto, una Revelación tan conmovedora y penetrante...”
Por la señal de la Santa Cruz
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En el nombre del Padre y del Hijo y del Espiritu Santo
Novena de la Navidad.
En una novena de la santa Navidad, a la edad de diecisiete años, me preparé a esta festividad practicando diferentes actos de virtud y mortificación y especialmente honrando los nueve meses que Jesús estuvo en el seno materno con nueve horas de meditación al día, relativas siempre al misterio de la Encarnación.
ORACIÓN INICIAL:
Oh buen Jesús, te damos gracias porque nos llamas a la unión contigo por medio de la oración. Te pedimos nos concedas la gracia de tu Espíritu, y la compañía de Maria nuestra Madre para orar como conviene. Queremos unirnos a Ti y en tu adorable Voluntad rezar esta Santa Novena.
Haz que meditemos, conservando amorosamente en nuestro corazón, el infinito tesoro de tu Vida, de todos tus actos y los de nuestra Madre Celestial, al acompañarte en estas Horas.
Queremos sellar todos tus actos con nuestro pequeño “Te amo, te adoro, te bendigo, te agradezco, por mí y por todos” de modo que en todos ellos encuentres nuestra amorosa compañía, y hecho esto, es nuestra intención pedir a Dios nuestro Padre junto contigo, con nuestra Madre del Cielo, con todos los Ángeles y santos y con toda la Creación, que “Venga tu Reino, y que tu Voluntad se haga en la tierra como en el Cielo”. Amen
ACTO DE CONTRICIÓN:
Dios mío, perdóname; yo tuve la osadía de ofenderte y de rebelarme contra ti, en el mismo instante en que tú me amabas.
Me arrepiento de todo Corazón de haberte ofendido.
Te ruego, te suplico que me concedas tu amargura, a fin de poder dolerme con ese mismo dolor con el que tú te doliste por mis pecados; dolor tan grande e intenso que te hizo sudar sangre.
Madre Celestial, alcánzame de tu Jesús el suspirado perdón.
Yo propongo y prometo del modo más enérgico y absoluto nunca mas volver a pecar. Amén.
Primera Hora
(Amor Trinitario)
Como por ejemplo, en una hora me transportaba con el pensamiento al paraíso y me imaginaba a la Santísima Trinidad. Al Padre que enviaba al Hijo a la tierra, al Hijo que prontamente obedecía al Querer del Padre, y al Espíritu Santo que consentía. Mi mente se confundía al contemplar un misterio tan grande, un amor tan recíproco, tan fuerte y tan igual entre Ellos y hacia los hombres, y luego consideraba la ingratitud de los hombres y especialmente la mía...
Y en esta consideración hubiera permanecido no sólo una hora entera sino todo el día, pero una voz interna me decía:
"Basta, ven y mira otros excesos más grandes de mi amor."
Petición personal.....
MISTERIO DEL ROSARIO
LAS BODAS DE CANA
Jesús, amor mío y vida mía, veo que antes de dar inicio a tu vida pública el amor de tu corazón te conduce a asistir junto con tu Madre a las bodas de Cana y por lo tanto te sigo con mi “te amo”.
Tu corazón late de ternura pues recuerda haber bendecido otras bodas en el paraíso terrenal; las de Adán inocente. Más aun, fueron bodas dobles a las que asististe entonces: las bodas entre la Divina Voluntad y la humana, y las bodas entre el hombre y la mujer, a los cuales les dabas por dote la creación y sobretodo la Divina Voluntad palpitante en sus corazones y en cada cosa creada.
¡Oh, Jesús mío! Quiero ponerme cerca de ti para revestir tu dulce mirada, tu voz melodiosa, tus fascinantes modos con mi “te amo, te bendigo, te adoro, te doy gracias”; por aquel amor que te impulsó a ceder a las súplicas de la Reina Soberana, te ruego que quieras cumplir el gran milagro de transformar la voluntad humana en Voluntad Divina y así pueda reinar como en el cielo así en la tierra
Meditación....
1 Padre Nuestro, Diez “Ave Maria” y Gloria
Jaculatoria del misterio:
“¡Luisa, pequeña hija de la Divina Voluntad, continua en medio de nosotros viviendo y difundiendo el Reino de la Divina Voluntad! Amen.
Terminar con la oración final...
ORACIÓN FINAL:
Dulce Jesús mío, unido estrechamente a ti quiero darte el testimonio de mi amor, de mi agradecimiento y de todo lo que la criatura tiene el deber de hacer para contigo, por haber tú creado a nuestra Reina y Madre Inmaculada; la más bella, la más santa, un portento de la gracia, por haberla enriquecido de todos los dones y también por haberla hecho Madre nuestra.
Esto lo hago a nombre de todas las criaturas pasadas, presentes y futuras; quiero tomar cada acto de criatura, cada palabra, cada pensamiento, cada latido y cada paso, y en cada uno de ellos decirte que te amo, te doy gracias, te bendigo, te adoro, por todo lo que has obrado en mi Madre Celestial y Madre tuya.
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