QUE SE ESCUCHE INTERNAMENTE Y EXTERNAMENTE EL "VEN, SEÑOR JESUS"
23 de Febrero de 2016
Mensaje de Dios Padre y Nuestro Señor Jesucristo a J. V.
Primer Misterio. Habla Dios Padre.
Sobre: Buscad con ahínco y con todas vuestras fuerzas, obtener Mi Sabiduría Divina, pedídMela, Mis pequeños y haced los méritos necesarios para adquirirla, especialmente, vivid en la humildad y Yo os la concederé.
Hijitos Míos, os he ya hablado que la unión os dará la fuerza para estos tiempos de cambio. Os he explicado, Mis pequeños, la purificación se dará con desastres naturales y os ayudaréis los unos a los otros.
Satanás estará atacándoos, pero, vosotros, en la oración, con la cual estaréis unidos a Mí, os dará la fuerza para vencer las fuerzas de satanás. Satanás perdió su lugar en el Reino de los Cielos y tiene envidia de vosotros, porque vosotros Me amáis y porque todavía conserváis la Fe y el amor a Mí. Su soberbia no le permite cambiar y es lo que sucede con vosotros, Mis pequeños, cuando os apartáis de Mí y queréis actuar solos, queréis actuar con vuestra inteligencia y no pidiéndoMe Mi Sabiduría.
La Sabiduría es un don Divino que debéis pedirMe constantemente, Mis pequeños, para que os podáis mover en este Mundo, con seguridad y rectitud. Cuando vosotros actuáis en soberbia, en ése momento empezáis a perder los dones Divinos, la Gracias y Bendiciones que vienen de Mí.
La soberbia que cada hombre crea, es como una puerta que cerráis ante Mí, no Me dejáis entrar a vuestro corazón, a vuestra mente, a todo vuestro ser. En la soberbia, con la que actuáis, impedís que Mis Gracias y Bendiciones os perfeccionen; en cambio, cuando actuáis en humildad, abrís las puertas de vuestro corazón y Me invitáis a entrar a Mí, vuestro Dios, para que os tome de la mano, para que os guíe, para que os enseñe.
Debéis estar conscientes, Mis pequeños, de que sois como niños, como bebés, que necesitáis de la Guía Sapientísima de un Padre, como Yo, vuestro Dios. Si vosotros, en humildad, Me dejáis actuar en vuestra vida, iréis creciendo, como grandes sabios; pero en el momento en que os sentís que lo sabéis todo y que no necesitáis de nadie y, a veces, ni de Mí, vuestro Dios, en ése momento, vuestra caída, empieza.
En la historia de la humanidad podéis ver la vida de muchos personajes que actuaron en soberbia, que actuaron en maldad y queda su ejemplo de destrucción, de fracaso de derrota, porque contaron solamente con sus propias fuerzas, con su inteligencia humana. En cambio, también, tenéis el ejemplo de grandes personajes que, en humildad, se acercaron a Mí, pidieron Mi ayuda y dejaron un gran ejemplo de vida a seguir para todos vosotros.
Uníos perfectamente a la Vida de Mi Hijo, que os dejó tantas Enseñanzas para vuestra perfección y Él Mismo os lo pidió, que debierais ser perfectos, como Yo Soy Perfecto y, esto solamente lo lograréis con las Enseñanzas que se os han dejado en la Sagradas Escrituras, el Libro de la Perfección.
Todos estáis llamados a la perfección, todos estáis llamados a vivir eternamente en el Reino de los Cielos, pero esto lo lograréis con Sabiduría Divina y no con inteligencia humana. Apartad de vosotros todo aquello que os pueda llevar a la soberbia y buscad con ahínco y con todas vuestras fuerzas, obtener Mi Sabiduría Divina, pedídMela, Mis pequeños y haced los méritos necesarios para adquirirla, especialmente, vivid en la humildad y Yo os la concederé, la Sabiduría es para todos vosotros, de Sabiduría está lleno el Cielo.
Gracias, Mis pequeños.
Segundo Misterio. Habla Dios Padre.
Sobre: Estos son los tiempos de cambio, son tiempos de Vida, son tiempos de Amor, no temáis a los ataques de satanás, vosotros tenéis Mi Amor y el Amor aplasta a satanás, él no puede contra Mi Amor, llenaos de Mi Amor, Mis pequeños y seguros, triunfaréis.
Hijitos Míos, vosotros elucubráis mucho sobre los acontecimientos por venir. Os he dicho que un instrumento se debe dejar mover, el instrumento no pone nada de su parte. Vosotros sois muy importantes en estos momentos de la historia, sois instrumentos Míos, pero, ¿qué necesito de vosotros?, os preguntaréis: vuestra oración, vuestro ejemplo, vuestra vida en la Gracia, Mis pequeños.
Posiblemente a vosotros no se os haga de mucha importancia todo esto, pero estáis luchando contra la maldad de satanás en este Mundo y si sois instrumentos Míos, debéis ser ejemplo de vida espiritual y esta vida espiritual, de parte vuestra, es la que va a ir destruyendo la maldad con la que se ha adueñado satanás de infinidad de almas.
Los acontecimientos de la purificación, que Yo permitiré alrededor del Mundo y en el Universo entero, serán para que muevan corazones. Satanás os tratará de desviar hacia el mal pero, solamente, lo logrará con aquellos que no quieren ser instrumentos fieles Míos.
Mi Hijo Jesucristo, es un Instrumento Mío, que envié a la Tierra, para que os enseñara a vivir como se vive en el Cielo, es Mi Hijo, es vuestro Hermano y vosotros debéis ser instrumentos de Mi Hijo Jesucristo y para eso os he pedido ser otros Cristos.
La lucha real, que estáis viviendo, es una lucha de poderes espirituales, satanás os desvía hacia el mal, hacia el pecado, hacia los vicios, hacia la maldad, os separa de la vida de la Gracia, os separa de Mi Amor. En cambio, aquellos que se dejan mover por Mi Gracia, por el Amor de Mi Hijo Jesucristo, tienden a buscar el Bien, añoran vivir en el Bien, a pesar del mal que estáis viviendo por todos lados.
Ese es el gran valor que ahora tenéis, Mis pequeños, que a pesar de que el mal está rodeando a la Tierra entera, vosotros estáis prefiriendo vivir en el Bien y, ciertamente que Yo os protejo, porque sois Míos, porque habéis preferido el Bien, como María lo escogió, y no el mal, como Judas, que Me traicionó. Ésa es la gran lucha espiritual que vosotros tenéis en vuestro interior, tenéis las dos opciones, el valor del Bien o la muerte en el mal.
Cuando vosotros escogéis vivir en el Bien, todos Mis Bienes, Mis Potencias, Mis Gracias, Mis Bendiciones se derraman sobre vosotros y os voy protegiendo y, aunque caigáis, os arrepentís y os levantáis, ése es el valor del alma que lucha, que no se queda abatida, derrotada, muerta, en el campo de batalla, que es la maldad que estáis viviendo en el Mundo, sino que os levantáis, os arrepentís y buscáis nuevamente Mi Gracia.
Tened esto en cuenta, Mis pequeños, que sea una lección de vida, que toda caída se quede en aprendizaje y no en derrota, que, aunque caigáis, os levantéis, pero con la idea de no volver a caer.
Mucho Bien os está esperando, el gran cambio en la Tierra y en el Universo entero está ya por darse, las almas que luchan, serán las vencedoras y el gran triunfo os llevará a un gran regalo, que será bellísimo, el gran regalo para aquellas almas que quisieron ser instrumentos Míos en estos tiempos, que quisieron ser otros Cristos, que defendieron la Obra de Mi Hijo en la Tierra, pero, sobre todo, porque la viven y la aman.
Todo lo que viene de Mí, se os da en libertad, vosotros escogéis en libertad el seguirMe, Yo no presiono, como satanás lo hace, Yo os dejo libertad de actuación y, sobre todo, gozáis el vivir Conmigo y al gozarlo, lo transmitís, porque es tan grande Mi Amor, que no lo podéis detener. Cuando Me amáis, deseáis que otros también Me amen y vosotros os convertís en transmisores de Vida.
Estos son los tiempos de cambio, son tiempos de Vida, son tiempos de Amor, no temáis a los ataques de satanás, vosotros tenéis Mi Amor y el Amor aplasta a satanás, él no puede contra Mi Amor, llenaos de Mi Amor, Mis pequeños y seguros, triunfaréis.
Gracias, Mis pequeños.
Tercer Misterio. Habla Nuestro Señor Jesucristo.
Sobre: Mi Santo Espíritu transformará la faz de la Tierra, pero, vosotros, también tenéis que invitarlo.
Hijitos Míos, vuestra vida debe ser un canto de alegría. ¿Cómo podéis estar tristes y abatidos, cuando todo lo que os estoy diciendo es, precisamente, un futuro de alegría, de Amor, de Verdad, de fraternidad, de cordialidad?
ImaginadMe ya, estar entre vosotros, vuestro Dios en medio de vosotros, ¿podéis estar tristes estando Yo con vosotros?, no, ¿verdad?
Yo Soy el Amor y cuando un alma se llena de Mi Amor, no entra la tristeza. El alma se llena de Mí y produce una alegría desbordante, por eso quiero que estéis, ya, ante Mi Presencia, Mis pequeños y estéis viviendo Conmigo, como si ya fueran ésos momentos en que vendré a convivir entre los hombres.
Os he dicho, Mis pequeños, que Me llaméis continuamente, que se escuche internamente y externamente el “ven, Señor Jesús”, que venga ya a convivir entre los hombres, que venga a acompañaros, que venga a felicitaros, porque os mantuvisteis fieles y Yo Soy vuestro Regalo, Yo Soy vuestro Triunfo.
El alma Me añora, vuestra alma añora ya Mi Presencia entre vosotros. Vosotros ya Me sentís casi Presente, intuís, ya, Mi Presencia entre vosotros. Así, como en la época de Mi Nacimiento, la humanidad sentía ya el cambio, sentía que algo venía. Ahora, pasa lo mismo, la humanidad presiente un cambio, no importa a qué religión pertenezcáis, el alma, que está en contacto Conmigo, presiente que algo viene.
Los que estáis Conmigo, los que conocéis Mi Palabra y, sobre todo, que la lleváis en vuestro corazón, sois más perceptivos a Mi Regreso, pero ¿cómo Me esperaréis? Si vosotros invitáis a un amigo que queréis mucho o a un personaje importante a vuestro hogar, arregláis vuestro hogar de la mejor forma, para que ése amigo o ése visitante se sienta a gusto en vuestro hogar.
Yo vendré a vuestras almas, a vuestros corazones, a la Tierra entera, ¿cómo os prepararéis para Mi Regreso? Vuestra alma no puede estar sucia, vuestra alma no puede vivir en el pecado y en la maldad, vuestra alma tiene que vivir en el amor, en las virtudes, en la fraternidad, tiene que ser un alma virtuosa, alegre, sencilla, humilde y muy deseosa de tenerMe ya Presente. Con esto os estoy pidiendo un cambio y ése también Me lo debéis pedir, porque vosotros no estáis capacitados para que podáis obtener ése cambio.
Os he hablado de un Pentecostés similar al que tuvieron Mis Apóstoles, en donde, Mi Santo Espíritu bajó y los transformó. Mi Santo Espíritu transformará la faz de la Tierra, pero, vosotros, también tenéis que invitarlo. Recordad que Yo, vuestro Dios, en Mi Santísima Trinidad, nunca voy a forzar a las almas a un cambio, el cambio tiene que venir siempre con vuestra ayuda, Yo, respetando vuestro libre albedrío y sobre todo, vosotros abriendo vuestro corazón a ése cambio.
Tiene que ser una casa nueva, tiene que ser vuestra alma, un receptáculo, puro, santo, para que Me podáis recibir. Yo no puedo entrar a un corazón pecaminoso, sucio, vicioso, descompuesto, Yo, voy a entrar a corazones limpios, que Me inviten, en donde Yo pueda estar a gusto, como a gusto estoy en el Reino de los Cielos y en el Reino de los Cielos se vive el Amor en pleno.
Por eso, pedidLe a Mi Santo Espíritu que os transforme, que todo vuestro ser se purifique y se santifique, pero, sobre todo, que viváis plenamente el Amor que Yo os enseñé, que Yo os vine a traer a la Tierra y al que todos vosotros os debéis preparar para vivir.
Este será el gran cambio para la Tierra y el Universo entero: el Amor que no habéis vivido, porque lo habéis desperdiciado, el Amor que os vine a enseñar, pero que habéis dejado a un lado y habéis preferido vivir en el pecado de satanás. Esta va a ser la purificación, eliminar todo aquello que impida que vosotros viváis plenamente Mi Amor y que lo podáis transmitir y compartir a vuestros hermanos.
Ése es el gran Milagro que se ha de dar para todos los que están Conmigo y que quieren vivir Conmigo, vuestro Dios, un cambio radical, en donde viviréis el Cielo en la Tierra y que será Mi Amor en pleno en vosotros.
PedídMelo, Mis pequeños, pedidMe el cambio, pedid que ya esté entre vosotros y que Yo viva plenamente en vosotros, como vivía plenamente en vuestros Primeros Padres, antes del Pecado Original, Éramos uno sólo, ellos en Mí, Yo en ellos y así va a ser de nuevo, viviremos plenamente Mi Amor.
Gracias, Mis pequeños.
Cuarto Misterio. Habla Nuestro Señor Jesucristo.
Sobre: Vosotros, los que habéis sido preparados ya por varios años, seréis almas de oración muy fuerte para proteger a muchos de vuestros hermanos en estos tiempos, en donde satanás querrá destruir a muchas almas y, especialmente, con la duda, la falta de Fe, la falta de Amor.
Hijitos Míos, buscad Mi Gracia ante todo, Mi Gracia es un escudo poderosísimo contra las fuerzas de satanás. ¿Por qué vosotros caéis tan fácil en el pecado? Porque no estáis cubiertos de Mi Gracia. Ciertamente, oráis, pero quizá no lo hacéis con el corazón, buscáis mejoraros, pero seguís pecando, no sois constantes en el Alimento espiritual.
Tenéis los Sacramentos, que ésos os elevan en Gracia, le dan fuerza a vuestra alma, soportan los ataques de satanás y los vencen. Las almas, en general, no son constantes en la búsqueda de los bienes espirituales, os distraéis mucho u os aburrís de buscarMe y estar en Mí.
Me duele todo esto, Mis pequeños, porque por vuestra falta de búsqueda de la Gracia, no sabéis apreciar lo que Yo os doy. Si vosotros buscarais con mayor ahínco los bienes del Cielo, Yo empezaría a regalaros experiencias espirituales, con las cuales os daríais cuenta que éstas son infinitamente superiores a cualquier gozo de la Tierra. Yo sé cómo enamorar a las almas para que estén Conmigo, pero ésos regalos se los voy dando a las almas que Me buscan, que se sacrifican, que aprecian lo que viene de Mí.
Vosotros mismos, cuando dais un regalo a vuestros hijos pequeños, no les dais cosas extravagantes, caras, que no entiendan y que van a desperdiciar. Van creciendo vuestros pequeños y cuando veis que son más cuidadosos y que van apreciando los regalos que les dais, les compráis regalos de mejor calidad y a los que se les puede sacar más provecho en conocimiento y en juego.
Así también Yo os voy llevando y os voy alimentando con Mis Gracias y Bendiciones para que vosotros vayáis apreciando lo que viene de Mí. Cuando un alma Me reconoce en Mis regalos, los aprecia y los busca a través de un cambio de vida espiritual, le voy regalando más y así voy enamorando a las almas, para que alcancen su santificación, y, el decir su santificación, es el gozarMe, es el gozarMe plenamente. Una oración que diga un alma avanzada en la Gracia, es diferente a una oración que dice un alma que todavía está en el Mundo y que se deja todavía llevar por las distracciones del Mundo.
El alma avanzada en la Gracia, goza el orar, goza el ofrecer, goza el sacrificarse porque sabe el potencial que tiene todo esto, sobre todo, el Amor, Mi Amor que va a dejar entrar en su corazón y también lo que conlleva el estar Conmigo, que se vuelven salvadores de almas.
Buscad, Mis pequeños, el que Yo derrame Mis Bendiciones sobre vosotros, pero esto lo lograréis gozando con lo que hacéis. Que vuestra oración y vuestra vida sean una alegría, porque Yo os iré regalando Bendiciones extraordinarias. Ya os he dicho que el alma que está Conmigo, vive ya cerca de Mí, vive en el Cielo y vive en la Tierra, vivimos unidos y es lo que quiero de cada uno de vosotros, por eso os digo que no os preocupéis de los acontecimientos, las almas que están Conmigo, serán protegidas y serán almas que producirán mucha protección y salvación para otras almas que no están tan preparadas.
Ya os he hablado de las almas que son hermanas mayores y hermanas menores: vosotros, los que habéis sido preparados ya por varios años, seréis almas de oración muy fuerte para proteger a muchos de vuestros hermanos en estos tiempos, en donde satanás querrá destruir a muchas almas y, especialmente, con la duda, la falta de Fe, la falta de Amor.
Vosotros, no dudéis nunca de lo que Yo os diga u os pida, Yo Soy vuestro Dios, Soy Omnipotente, Yo puedo hacer todo, satanás no puede; no dejéis que su duda entre en vosotros, estando Conmigo, vosotros deberéis estar seguros, como instrumentos Míos, de lo que Yo os pida, aunque sea imposible a vuestros ojos y a vuestro entendimiento, lo lograréis, porque Yo, vuestro Dios, os lo estoy pidiendo y os daré todas capacidades espirituales, físicas, materiales, para que podáis llevar a cabo la misión que Yo os pida, en el momento determinado en que se dará, no dudéis, Soy vuestro Dios.
Quinto Misterio. Habla Nuestro Señor Jesucristo.
Sobre: Mis Méritos ahí están, pero vosotros debéis tomarlos y ofrecerlos al Padre, no desperdiciéis vuestra intercesión de día y de noche, en todo momento salvad almas, salvad almas, Mis pequeños.
Hijitos Míos, estos son tiempos en los que quiero que todos vosotros tengáis una gran compasión por vuestros hermanos necesitados. Os he dicho que el resto fiel es muy pequeño y esto os debiera generar mucha tristeza y mucho dolor, pero, por otro lado, un gran compromiso hacia Mí, Mis pequeños. Ciertamente, todas las almas son llamadas a venir hacia Mí, pero no de todas recibo el “fiat” o sea, la aceptación de su voluntad a vivir Conmigo. Vosotros, Me disteis vuestro “fiat”, aceptasteis venir a Mí, aceptasteis ser instrumentos Míos en estos tiempos, aceptasteis vivir para Mí, como otros Cristos en estos tiempos para la salvación de las almas.
Ciertamente, todo esto os lleva a un compromiso espiritual muy fuerte para con vuestros hermanos. Una gran alegría debe haber en vosotros, ciertamente, porque sois almas escogidas, almas consentidas, almas protegidas por Mi Gracia, por Mis Bendiciones, por Mi Amor. Pero hay infinidad de almas que son vuestros hermanos y que, también, necesitan de su salvación y, ahí es donde entra la compasión de todos vosotros por el Bien de vuestros hermanos.
Alguna vez os he puesto el ejemplo de que si vais vosotros en una lancha salvavidas, porque el buque se hundió, ¿con qué corazón podréis estar viendo a vuestros hermanos que quieren subirse a la lancha y ya no hay lugar? Vosotros estáis a salvo, ellos quieren subir, os gritan, os imploran, os llaman, ¿con qué corazón podréis estarlos viendo ahogarse?
Algo parecido sucede ahora en estos tiempos, vosotros estáis en la Barca de Salvación por la Gracia que habéis obtenido de parte Mía, porque Me escogisteis, ciertamente podéis levantar a vuestros hermanos, hay lugar, hay lugar en la Barca de Salvación a donde vais, hay mucho lugar para que salvéis a muchas almas. Yo confío en vuestro corazón, confío en vuestro deseo de poder levantar a ésas almas que se están ahogando por su vida de pecado y de maldad. Ciertamente, vuestras oraciones, vuestra intercesión por ellos, el ofrecimiento de Mis Méritos a Mi Padre, pueden salvarles, pero debéis ser almas generosas, almas deseos de salvar a vuestros hermanos.
Esa es vuestra principal misión en estos tiempos, que, a pesar de que sois pocos, que sois el resto fiel, pequeño, sois muy poderosos, como lo fueron los primeros apóstoles, eran pocos, pero muy poderosos porque Mi Gracia les acompañaba. Os he dicho que los milagros existen y se darán muy fuertemente en estos tiempos, pero necesito almas generosas, como vosotros, almas que imploren por la salvación de vuestros hermanos. No desperdiciéis, pues, este tiempo, para pedir por vuestros hermanos, por su salvación. Son tantas, tantas las almas que necesitan salvación.
Dejad que Mis Méritos de Salvador, les limpien, les purifiquen sus pecados, les alcancen la vida eterna. OfrecedLe continuamente, a Mi Padre Celestial, todos Mis Méritos por cada una de las almas que necesitan de salvación.
Mis Méritos os alcanzan a todos, a todas las almas y en todos los tiempos, Mis Méritos ahí están, pero vosotros debéis tomarlos y ofrecerlos al Padre, no desperdiciéis vuestra intercesión de día y de noche, en todo momento salvad almas, salvad almas, Mis pequeños, os lo pedí en la Cruz, tengo sed de almas y la sigo teniendo, salvad almas, Mis pequeños.
Gracias, Mis pequeños.
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