Las mujeres, atemorizadas pero llenas de alegría, se alejaron rápidamente del sepulcro y fueron a dar la noticia a los discípulos.
De pronto, Jesús salió a su encuentro y las saludó, diciendo: "Alégrense". Ellas se acercaron y, abrazándole los pies, se postraron delante de él.
Y Jesús les dijo: "No teman; avisen a mis hermanos que vayan a Galilea, y allí me verán".
Mientras ellas se alejaban, algunos guardias fueron a la ciudad para contar a los sumos sacerdotes todo lo que había sucedido.
Estos se reunieron con los ancianos y, de común acuerdo, dieron a los soldados una gran cantidad de dinero,
con esta consigna: "Digan así: 'Sus discípulos vinieron durante la noche y robaron su cuerpo, mientras dormíamos'.
Si el asunto llega a oídos del gobernador, nosotros nos encargaremos de apaciguarlo y de evitarles a ustedes cualquier contratiempo".
Ellos recibieron el dinero y cumplieron la consigna. Esta versión se ha difundido entre los judíos hasta el día de hoy.
- Es tiempo de alegria: porque Cristo vive y salimos a anunciarlo. La verdadera alegría se transmite, se anuncia y manifiesta, no se guarda. Un cristiano tiene la esencia de su alegría en la resurrección. Por favor, si vez a un cristiano amargado comentale que Cristo resucitó, que se quede tranquilo ya y que se relaje.
- Galilea: Jesús invita a volver a aquel lugar donde se lo conoció por primera vez. Aprovecha en este tiempo de pascua y volve a la Galilea de tu vida, recorda tus inicios con Jesús y fíjate cómo comenzó a aparecer Dios en tu vida.
- En estos días viví la fiesta de la fe y date cuenta que esta semana vale la pena iniciar con una sonrisa, porque Cristo ha resucitado!!!
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