Un escriba se acercó a Jesús y le preguntó: «¿Cuál es el primero de los mandamientos?».
El escriba le dijo: "Muy bien, Maestro, tienes razón al decir que hay un solo Dios y no hay otro más que él, y que amarlo con todo el corazón, con toda la inteligencia y con todas las fuerzas, y amar al prójimo como a sí mismo, vale más que todos los holocaustos y todos los sacrificios".
1) Amar a Dios: es esa relación que tenes con Dios. No se trata tan solo de un hecho afectivo. El amor va más allá de los afectos internos. Es una conjugado de la razón con el corazón y que exigirá con el tiempo su madurez. Todo a su debido tiempo. Es ello lo que te lleva a conocer a Dios porque “no se ama lo que no se conoce”.
2) Amar al hermano: es ese punto cercano porque el amar al otro exige desprenderte de vos y renunciar a vos.
Todo amor tarde o temprano exige un desprendimiento, claro que quien ama sufrirá dolores, producto de renuncia pero es parte de esa madurez.
Cuando llegas a amar a tu hermano se produce la madurez en tu corazón de saber trabajar con el otro, convivir con el otro y sobrellevar tu vida junto a otro.
El amor no es producto de lógica o sentimiento sino que es un proceso de entrega, sacrificio y olvido de si “Ama y haz lo que quieras”.
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