ESTAN POR TERMINAR ESTAS PRUEBAS PARA CON VOSOTROS, PORQUE DEBEIS SER PURIFICADOS
Mensaje del 11 de Diciembre de 2014
Publicado: 13 de Enero de 2015
Mensaje de Dios Padre y la Santísima Virgen de Guadalupe a J. V.
Primer Misterio. Habla La Santísima Virgen María.
Sobre: La lucha espiritual es real y, cada vez, vais a ir sintiendo cómo satanás va aumentando su maldad a vuestro alrededor, debéis protegeros, es Mi obligación decíroslo.
Hijitos Míos, Soy vuestra Madre, la Siempre Virgen María. Vosotros conocéis cómo, durante el tiempo en que estuvo Mi Hijo sobre la Tierra y, especialmente, en el tiempo de Su predicación, fue atacado muchas veces por satanás, a través de los dirigentes del pueblo y también directamente por él.
Ciertamente, aquellos que están con Nuestro Dios, aquellos que están Conmigo, van a sufrir estos ataques, puesto que satanás no desea que se transmitan las Verdades y el Amor que vienen del Cielo. Muchos de vosotros habéis sido atacados fuertemente por él, a lo largo de vuestra existencia y, especialmente, cuando más os habéis acercado a la vida espiritual, a la que todos estáis llamados.
La maldad os rodea, la maldad quiere haceros desistir de vivir una vida unida al Cielo. Vosotros, debéis vivir el Amor Divino y transmitirlo a vuestros hermanos, pero eso afecta al reino de satanás aquí en la Tierra y, por eso, sois atacados, Mis pequeños. Él siempre va a atacar a los que están más cerca y por eso veis, también que, hasta en la misma Iglesia se ha introducido para atacar a aquellos buenos sacerdotes y religiosas que se están manteniendo en vida Divina.
Si durante la Vida de Mi Hijo fue atacado por satanás, va a seguir atacando, también, a todos aquellos que a Él buscáis.
Mis pequeños, no le temáis, estáis con nosotros y a satanás se le vence fácilmente, produciendo amor, viviendo en la Gracia, manteniéndoos en los Sacramentos, pero se os olvida, y buscáis por otros lados, cómo protegeros de él y no hay forma que os protejáis de satanás si no es a través de Nosotros, de Nuestra protección, de Nuestros cuidados.
Os digo todo esto, Mis pequeños, porque los ataques de él se van a ir incrementando en el tiempo por venir. Ya os he dicho que la lucha espiritual está ya por todos lados, pero pocos, muy pocos de vosotros os dais cuenta, solamente los que están con Nosotros y que reciben Nuestra Gracia, porque Me la piden, os estáis dando cuenta de lo que sucede a vuestro alrededor.
Muchos hablan de “normalidad” de lo que está sucediendo a vuestro alrededor, pero los que estáis Conmigo, que estáis llenos de Mi Sabiduría Santa, os dais cuenta que esto ya rebasó la normalidad y que, realmente, estáis viviendo momentos muy diferentes y difíciles a los que el Mundo solía padecer en años y en siglos anteriores.
La lucha espiritual es real y, cada vez, vais a ir sintiendo cómo satanás va aumentando su maldad a vuestro alrededor, debéis protegeros, es Mi obligación decíroslo; desde el Cielo os protegeMos, os estaMos cuidando, pero vosotros mismos os debéis dar cuenta de lo que está sucediendo, fuertemente, a vuestro alrededor.
No os separéis de las Potencias Celestiales, manteneos unidos en la Comunión de los Santos, poned en Nuestros Corazones a todos vuestros hermanos y, especialmente, a los más débiles, porque son los que más fácilmente caerán en el combate espiritual que estáis viviendo. Mi Amor os protegerá, cubríos con Él, manteneos en ésa vida espiritual y Sacramental que os va a dar mucha fuerza para luchar contra satanás. No desfallezcáis, luchad, pero produciendo Amor, no produciendo maldad por la maldad que recibiréis. Detened la maldad con Amor y solamente así detendréis las fuerzas de satanás.
Gracias, Mis pequeños.
Segundo Misterio. Habla Dios Padre.
Sobre: No os separéis de la oración, que es la unión íntima Conmigo, vuestro Dios, os amo, Mis pequeños y luchad contra la obscuridad, para que la Luz que tenéis en vuestro interior, se manifieste a todos los hombres.
Hijitos Míos, dentro de unos días vais a tener, nuevamente, el recuerdo del Nacimiento de Mi Hijo. Os pido que os vayáis preparando nuevamente para ése encuentro espiritual. Recordad que para el Cielo, todo es un eterno presente.
Ya, desde éstos momentos, recordad cómo era el antes de Cristo. El Mundo vivía en tinieblas, en maldad, no había Luz que guiara a los hombres de ése tiempo, los mismos escribas y fariseos, se aprovechaban del pueblo y les daban lo que querían de las Escrituras, manipulándolos y, solamente, para quitarles sus bienes y empobrecerlos más.
Mi Hijo os trajo la Luz, la Luz que alumbró a todos los pueblos de la Tierra, la Luz que les trajo Sabiduría, en la Persona de Mi Hijo, ése pueblo que recibió a Mi Hijo, tuvo ésa Gracia y la desperdició. Tener al Dios Prometido, a Mi Hijo, entre ellos, viviendo con ellos, comiendo con ellos, llevando una vida normal, por un lado y una vida extraordinaria por otro, porque es extraordinario lo que Mi Hijo hizo en ése pueblo, para ése pueblo y para los de alrededor. Su Predicación, los Milagros, Sus Palabras, Su Vida, Todo en Él es Perfección, es Sabiduría y, con ello, enseñó a muchos que Le siguieron.
Os di un legado de Amor, a través de Mi Hijo, Yo vuestro Padre y vuestro Dios, y con la Obediencia de Mi Hijo, con Su Donación, recibisteis, palpablemente, las Bendiciones del Cielo. A partir de Su Nacimiento, entra la Luz al Mundo, el hombre se puede ya guiar, con toda certeza, por un camino que no existía, un camino de Verdad, de Justicia, de Amor, de Amor hacia Mí y de Amor entre los hombres.
Desgraciadamente, los mismos fariseos y escribas de ése tiempo, trataban de tergiversar Sus Palabras, Sus Acciones, con sus ataques constantes y con las mentiras que dispersaban entre el pueblo. Mucho tuvo que sufrir Mi Hijo, mucho padeció en manos de ésta estirpe satánica, éstas víboras.
Sí, Mis pequeños, víboras, tratando de destruir lo que para vosotros era vuestra salvación, pero no vencieron. A pesar de que eliminaron a Mi Hijo, asesinándolo, no pudieron vencerLo, porque Resucitó y sigue entre vosotros.
Los momentos de Mi Gran Justicia ya están entre vosotros, éstos son tiempos de Purificación los estáis viviendo y se van a ir incrementando, hasta que satanás quede vencido y las almas abran su corazón a Mi Corazón.
Manteneos buscando y tomando, para vosotros mismos, todas las Enseñanzas que os legó Mi Hijo Jesucristo. Transmitidlas porque, también vosotros sois corredentores y sois transmisores de vida espiritual, a través de vuestras palabras, enseñanzas, pero sobre todo, a través de vuestro ejemplo.
Tenéis una tarea difícil, como la tuvo Mi Hijo, que era atacado constantemente, como os dije, por ésta estirpe satánica de los fariseos y escribas.
Manteneos buscándoMe y, eliminando de vuestra vida, todo aquello que os lleve nuevamente a la obscuridad, porque si preferís la obscuridad, estáis despreciando la Luz que Mi Hijo os trajo.
No Me sigáis causando más dolores, Mis pequeños, buscad vuestra perfección y sed Mis Cristos de éstos tiempos, porque la humanidad lo necesita, necesita de Mi Predicación a través de vuestra presencia, de vuestro ejemplo, de las palabras que salgan de vuestros labios, pero sobre todo, necesitan de Mi Amor, el Amor que debéis vivir y transmitir, un Amor que produzca Luz, que produzca bienestar en los corazones, pero que produzca, sobre todo, conversiones.
Necesito almas, Mis pequeños, necesito que Mi Amor se expanda sobre la Tierra y sobre el Universo entero. No os separéis de la oración, que es la unión íntima Conmigo, vuestro Dios, os amo, Mis pequeños y luchad contra la obscuridad, para que la Luz que tenéis en vuestro interior, se manifieste a todos los hombres.
Gracias, Mis pequeños.
Tercer Misterio. Habla Dios Padre.
Sobre: Luchad por la justicia en el Mundo y preparad al Mundo en el Amor, para que Mi Hijo pueda regresar a él y que Lo pueda gozar, nuevamente, la humanidad de ésta generación.
Hijitos Míos, con la Presencia de Mi Hijo, Jesucristo y de Mi Hija, la Siempre Virgen María, vosotros podéis entresacar de Sus Vidas, grandes Conocimientos y Enseñanzas, y la primera Enseñanza, la más importante de todas, es la Humildad, Mis pequeños.
Si no hubiera Humildad de parte de Ellos, no habríais tenido Redención, y es una realidad, Mis pequeños. La Humildad, os he dicho, es la llave que abre Mi Corazón y, abriendo Mi Corazón, todas las demás Virtudes se derraman sobre quien es verdaderamente humilde.
En Ellos, Yo Me derramé en Amor, en Virtudes, Enseñanzas. La humildad es lo primero que debéis buscar, Mis pequeños, porque, con la humildad, vosotros aceptáis Mi Voluntad en vuestra vida. Al vivir en humildad, reconocéis que no tenéis capacidades altas, como creéis tener, vosotros dependéis totalmente de Nuestra Trinidad. Si no hay humildad en vuestra vida, en vuestra existencia, Mis Bendiciones no caen sobre vosotros, porque el que es soberbio, nunca Me las pide, ¿os vais dando cuenta de lo que vale la humildad en vosotros?
Yo puedo derramar grandes tesoros sobre las almas humildes, capacidades de todo tipo y en un grado inmenso, fuera de lo normal que pueda obtener la humanidad, y la doy en aquellas almas humildes, sencillas, que se vuelven obedientes y que hacen lo que Yo quiero.
Mi Hijo, Jesucristo, vuestro Dios, con la Humildad de Todo un Dios, abre las Puertas de Salvación para toda la humanidad. Su Nacimiento es sencillo, humilde y de una pareja sencilla y humilde. Mi Hija, la Siempre Virgen María y el señor San José, cumpliendo un acto inmenso, que se iba a dar una sola vez en la historia de la humanidad y que, a pesar del sufrimiento avisado, aceptaron con gusto y, ciertamente, con algunas dudas naturales, a lo que Yo les pedía. Gracias a su humildad, Mi Hijo pudo llegar a la Tierra y gracias a Su Humildad, vosotros ahora tenéis abiertas las Puertas del Cielo, para que regreséis a él. Vuestro lugar está ahí, pero tenéis que luchar para ganároslo, para ganar vuestra entrada y recuperar vuestro lugar en el Reino de los Cielos, pero, recordad que, antes de luchar contra todo aquello que está a vuestro alrededor, debéis luchar contra vosotros mismos, porque, ya sea que satanás os esté afectando de alguna forma vuestra mente o vuestro corazón y estéis viviendo constantemente en pecado grave o, también, recordad que en vosotros vive el mal, porque le habéis abierto las puertas de vuestra mente, vuestro corazón y de vuestra alma y debéis luchar contra vosotros mismos para erradicar de vuestro interior, de vuestra mente, todos aquellos errores que satanás ha introducido en vuestro ser, para que no le cumpláis perfectamente a Mi Hijo.
Mucho desorden hay en vuestra vida y en la de vuestros hermanos, luchad contra todo aquello, pero luchad en el amor, en la perfección y no luchéis destruyendo, especialmente los bienes de vuestros hermanos, tanto materiales como espirituales. Luchad por la justicia en el Mundo y preparad al Mundo en el Amor, para que Mi Hijo pueda regresar a él y que Lo pueda gozar, nuevamente, la humanidad de ésta generación.
Gracias, Mis pequeños.
Cuarto Misterio. Habla La Santísima Virgen de Guadalupe.
Sobre: Mensaje para México
Hijitos Míos, Soy vuestra Madre, la Siempre Virgen María y lloro, junto con vosotros, pueblo de México, por lo que está sucediendo con vosotros, pero son las pruebas fuertes que habréis de pasar, para que, Mi Corazón, amorosísimo, pueda llegar, no solamente a todos vosotros, sino al Mundo entero.
Sois un pueblo fiel, un pueblo que se ha mantenido Conmigo, a pesar de los ataques que habéis tenido a lo largo del tiempo. Están por terminar éstas pruebas para con vosotros, porque debéis ser purificados. Éste, Mi pueblo fiel, debe ser purificado ante el Mundo entero porque, ciertamente, maldad hay alrededor de vosotros. Maldad también hay en vuestro interior, por el mal ejemplo que se ha dado alrededor de vosotros, con vuestros dirigentes, que se han satanizado y que han buscado solamente su propio bien.
Todo éste mal será erradicado, la paz volverá a vosotros, a vuestros hogares, a vuestro pueblo, pero deberéis poner mucho de vuestra parte, porque, así como se ha derramado la Gracia de Nuestro Dios, sobre vuestro pueblo de México, los ataques satánicos han tratado de opacar y eliminar todas éstas Bendiciones que Nuestro Padre Dios os ha regalado.
Ciertamente, no las habéis sabido aprovechar y, esto es una realidad, Mis pequeños. Vuestro mismo carácter, apacible, también ha sido perjudicial para vosotros,porque no tenéis ésos deseos de mejora, de perfección, por eso se aprovechan vuestros dirigentes, que han hecho pacto con el mal y, satanás, al conoceros, se aprovecha de que vosotros; no lucháis por mantener el gran regalo que habéis recibido del Cielo, que es Mi Presencia entre vosotros. Me tenéis Viva entre vosotros, pero no Me cuidáis, no Me protegéis, no lucháis por lo que os he pedido que mantengáis en vuestras vidas y que es, la vida.
Habéis permitido muerte a vuestro alrededor, muerte de inocentes, muerte de pequeñitos que aún no nacen, muerte de recién nacidos, porque no queréis tener compromiso de vida. La muerte os está trayendo más muerte y, ya se os dijo que si vosotros seguís respondiendo como satanás respondería, no estáis ayudándoos ni estáis ayudando a Nuestro Dios, en Su Santísima Trinidad a que, lo que Enseñó Mi Hijo, llegue a todos los pueblos de la Tierra. Si no detenéis al mal con un bien, el mal sigue cundiendo.
Debéis entender bien esto Mis pequeños ya que vosotros, estáis permitiendo que el mal continúe y no estáis haciendo nada por detenerlo. Os habéis olvidado de la oración, os habéis olvidado del buen ejemplo, no estáis luchando por la justica ni por la paz ni por el Amor que, tanto Nuestro Padre Dios, dejó para éste pueblo y el Amor que Yo, vuestra Madre, también he dejado. Atacan a Nuestro Dios, Me atacan a Mí, estos hermanos vuestros que se han vuelto instrumentos de satanás y, prácticamente, no hay defensa de vuestra parte. No estáis defendiéndoNos, os están arrebatando vuestros Tesoros y vosotros os quedáis impávidos. No os movéis, no Nos cuidáis, por eso, vuestra purificación será difícil, pero saldréis adelante, porque os estaMos protegiendo y porque sois pueblo escogido parta ser ejemplo ante el Mundo entero.
Mi Esposo, el Santo Espíritu de Amor, os dará la Luz del Conocimiento de lo que deberéis hacer, de cómo os deberéis unir, cómo debéis formar el Nuevo Pueblo de Dios entre vosotros, para que seáis Luz para las Naciones. Llegaréis a ése punto, ciertamente, pero sufriréis, porque no habéis sabido aprovechar y reconocer las Bondades de Nuestro Dios y Mis cuidados Maternales hacia todos vosotros. Después de vuestra purificación, gozaréis lo que tendréis.
Agradeced desde ahora, Mis pequeños lo que Nuestro Dios ha hecho por vosotros, agradecedMe, Mis pequeños, por Mis cuidados Maternales y Mi guía amorosa hacia vosotros, como pueblo y, también, en particular, a todos aquellos que han querido venir a Mí y se han consagrado a Mi Inmaculado Corazón. Yo os lllevaré a Mi Hijo y, Él, al Padre. Defended pues, lo que Nuestro Dios os concedió y hacedlo con Amor.
Gracias, Mis pequeños.
Quinto Misterio. Habla Dios Padre.
Sobre: No meditáis lo suficiente como para entrar en lo profundo a ésta realidad de la Redención de todos vosotros y, al no entrar en profundidad tampoco agradecéis lo suficiente por vuestra liberación y, eso Me causa mucho dolor.
Hijitos Míos, pedidMe, con todo vuestro corazón, que os dé la sencillez de alma, para que vengáis a adorar a Mi Hijo.
Os he dado a Mi Hijo, os lo he dado para vuestra salvación, Él se dio en totalidad, ¿qué Me vais a dar vosotros?
Los Reyes Magos Le dieron regalos, pero regalos Reales, reconociendo Su Realeza Divina, reconociendo Su Divinidad. Los pastorcillos, también Le vinieron a dar regalos, dieron de lo que tenían, dentro de su pobreza, dieron de lo que el Mundo produce, pero también Le dieron su corazón y, vosotros, Mis pequeños ¿qué le vais a traer a Mi Hijo?
Ya han pasado más de dos mil años de Su Nacimiento pero, estando Conmigo, todo es un eterno presente. Estáis ante Mi Hijo en estos momentos, estáis ante el Pesebre, está Mi Hija, la Siempre Virgen María, el señor San José, cuidando al Rey de Reyes, al Rey de todas las Naciones, es Pequeñito en tamaño, pero es inmenso en Su Realeza, en Su Divinidad. Vosotros, estáis necesitados de Él, necesitáis de Su Presencia, y ya llegó.
Necesitáis de Sus Dones, pedidLe lo que necesitéis, estáis ante Él. Necesitáis de Su Perdón, porque vino a perdonaros con Su Donación y os viene a abrir las Puertas de Mi Reino, que es vuestro Hogar también y, ¿qué le vais a dar, por ésa Gracia tan grande que os está ofreciendo?, de que podáis entrar nuevamente de regreso al Reino de los Cielos, pero, con Su Dolor y Su Sangre.
Meditad, Mis pequeños, que ésas Puertas se abrieron con Dolor, con Su Donación total. Éste, al que ahora veis Pequeñito, Éste, vuestro Dios, se dio por vosotros. Su Dolor, Sus Penas, la traición de los que Le rodeaban, los dolores que Le confirieron en Cuerpo y en Alma los que estaban a Su alrededor.
Esto y muchas otras cosas más, que Le dañaban constantemente, porque Él veía a las almas de todos los tiempos, a pesar de ello, se sacrificó por vosotros, Éste Pequeñito que está ahora ante vosotros, al que debierais adorar de rodillas, con todo vuestro amor. Unos años más y estaba siendo asesinado por la envidia de los fariseos y de los escribas, dirigentes del pueblo de Israel y, el mismo pueblo, contagiado por ésa maldad, también pedía Su destrucción.
En estos momentos estáis ante Él, os produce ternura, amor, queréis tomarLo y apretarLo a vuestro pecho. Queréis sentir Su Vida, besarLo, adorarLo y, unos años después, Lo veréis envuelto en Su Propia Sangre, adolorido, sufriendo por vuestros pecados, por vuestro desprecio, por vuestra maldad. ¿Se os hace justo esto, Mis pequeños?, cuando Él solamente vino por vuestro Bien, para que recuperarais nuevamente vuestro lugar en el Reino de los Cielos.
No meditáis lo suficiente como para entrar en lo profundo a ésta realidad de la Redención de todos vosotros y, al no entrar en profundidad tampoco agradecéis lo suficiente por vuestra liberación y, eso Me causa mucho dolor, mucha pena de parte vuestra. Decís que Nos amáis, pero es un amor muy superfluo, no sale de lo profundo de vuestro corazón. Veo muy pocos corazones, alrededor del Mundo, que realmente entienden ésta realidad amorosa, ésta donación de vuestro Dios hacia vosotros. Os pido meditéis más todo el Amor que se ha derramado por vosotros, de parte de Nuestra Santísima Trinidad.
Os amo, Mis pequeños, os amo a pesar de vuestra parquedad. Mi Corazón queda con vosotros.
Gracias, Mis pequeños.
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