Jesús entró a Cafarnaún, y cuando llegó el sábado, Jesús fue a la sinagoga y comenzó a enseñar.
Todos estaban asombrados de su enseñanza, porque les enseñaba como quien tiene autoridad y no como los escribas.
Y había en la sinagoga un hombre poseído de un espíritu impuro, que comenzó a gritar:
"¿Qué quieres de nosotros, Jesús Nazareno? ¿Has venido para acabar con nosotros? Ya sé quién eres: el Santo de Dios".
Pero Jesús lo increpó, diciendo: "Cállate y sal de este hombre".
El espíritu impuro lo sacudió violentamente y, dando un gran alarido, salió de ese hombre.
Todos quedaron asombrados y se preguntaban unos a otros: "¿Qué es esto? ¡Enseña de una manera nueva, llena de autoridad; da órdenes a los espíritus impuros, y estos le obedecen!".
Y su fama se extendió rápidamente por todas partes, en toda la región de Galilea.
Uno puede tener conocimiento de muchas cosas, es más, puede tener una inteligencia elevadísima pero si no tiene la manera de bajarla para que la entiendan los que necesitan saber queda sin fruto, queda sin producción.
Por otra parte la autoridad también la adquiría por su coherencia de vida, no borraba con el codo lo que escribía con la mano,
El saber mostrar las cosas que digo con mi actitud hace mi persona creíble y confiable, porque como dirá Juan Pablo II "las palabras llevan pero el ejemplo arrastra".
Siempre el diablo tratará de meter la cola en nuestras vidas, si logras estas dos actitudes en trabajar, la forma de decir y la coherencia, vamos a atormentar bastante al coludo, pero se fuerte en la oración, que a mayor tentación mayores gracias.
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