ARRODILLADOS DEBIERAIS ESTAR, PIDIENDO PERDON A VUESTRO CREADOR
Mensaje del 13 DE MAYO DE 2015
Publicado: 25 de mayo de 2015
Mensaje de la Santísima Virgen María a J.V. en el Rosario vespertino –
Aniversario de Nuestra Señora de Fátima.
Primer Misterio (único mensaje).
Habla La Santísima Virgen María.
Sobre: Sois hijos de Dios, entended la dignidad que tenéis, hijos Míos, ¡hijos de Dios!, ahora sois pecado, maldad, destrucción, a eso os llevó satanás.
Hijitos Míos, Soy vuestra Madre, La Santísima Virgen María.
Muchas Bendiciones necesita esta humanidad, el Amor ya no vive en los corazones. Os atacáis los unos a los otros, como si fuerais enemigos y no os conocierais, a pesar de que sois hermanos, vecinos y, aún, a veces, hasta fuisteis amistades, fuertes amistades.
¿Qué ha pasado en vuestro corazón, Mis pequeños? Mi Hijo os enseñó que os amaráis los unos a los otros y, ¿qué habéis hecho con Su Amor?
Habéis cerrado vuestro corazón al Corazón de Mi Hijo; el corazón del hombre, si no se une al de Mi Hijo, no sabe amar verdaderamente y, como el hombre se ha apartado de Mi Hijo, vuestro corazón ahora se ha llenado de odio, temores, envidia, maldad.
Os atacáis, como si estuvierais siempre en guerra. Difícilmente os ayudáis los unos a los otros, tienen que haber desastres fuertes, en un país, en una localidad, en algún pueblo o, aún, dentro de vuestro hogar, para que recibáis ayuda y, ciertamente, en ésos momentos sí es ayuda desinteresada y es el amor de hermanos el que os ayuda en ésos momentos, pero pasado ése problema, volvéis a lo mismo, vivís como extraños. No hay ya hermandad entre los habitantes de la Tierra, por eso, ésta tiene que ser purificada, para que todos ésos problemas internos, odios, maldades, que ha sembrado satanás por todo el Mundo, sean eliminados de vuestro interior y que volváis vuestros ojos a Dios, que Él es Todo Amor.
Momentos difíciles ha de pasar esta humanidad. En Mi Advocación de Fátima, os profeticé todo esto, y a pesar de que han ocultado parte de Mi Mensaje, sabéis que lo que dije es cierto.
Sí, Mis pequeños, tremendos cambios tendrá la humanidad entera, morirán muchos seres humanos en segundos, la faz de la Tierra cambiará, el hombre se arrodillará y pedirá perdón por sus pecados cuando vea que los desastres que se vendrán, humanamente, no se pueden controlar.
Sufriréis, pero será para un bien, para que volteéis nuevamente al Cielo y recordéis que tenéis un Dios que os ama infinitamente, pero que vosotros Le habéis despreciado.
No veáis todo esto, que se vendrá, como algo malo, ciertamente, satanás ha hecho su obra sobre vosotros y os ha apartado del Bien Supremo; el hecho de que muchas almas sean eliminadas de la Tierra, no quiere decir que se vayan a condenar y, por eso, se os ha pedido continuamente la oración, sacrificios, penitencias, ayunos, la Eucaristía, para todas aquellas almas que no están preparadas para bien morir.
El bien morir: una Gracia inmensa de Mi Esposo, el Santo Espíritu de Amor. El bien morir: lo que muy pocas almas persiguen para presentarse ante su Creador y ante su Salvador. El bien morir: significa santidad, buscar siempre vivir en unión íntima con Nuestro Dios, pero sobre todo, viviendo en Su Voluntad, viviendo para Su Bien y, de esta forma, Él derrama Sus Bienes a Sus hijos. El bien morir: debe ser vuestra meta de vida, si vivís bien, moriréis bien, si buscáis la santidad, moriréis como santos.
Pocos, muy pocos buscan esta perfección espiritual para morir bien, para entrar rápidamente al Reino de los Cielos.
Tened siempre presente en vuestro corazón, los Deseos de Nuestro Dios en Su Santísima Trinidad. Mi Hijo os los enseñó, los Deseos de Todo un Dios para Su creatura y fue tan poco lo que os pidió, y Yo os quiero decir, que debe ser una exigencia, de un hijo de Dios, lo que os pidió Mi Hijo: “amarse los unos a los otros”.
No os pidió nada extraordinario, no os pidió algo fuera de vuestras capacidades, os pidió Amor, simplemente amor y ni aun así lo seguís ni le cumplís a Quien os creó y a Quien os salvó.
¡Qué ingratitud la del hombre! ¡Cuánta maldad en sus corazones! Olvidáis a Aquel que os creó y también a Aquel que os salvó.
El tiempo ya os alcanzó, estáis en los momentos grandes de la purificación. Se os dijo que en este año se iba a marcar profundamente la separación del trigo y la cizaña, del Bien y del mal, de los que saben amar con aquellos que han traicionado el Amor de Nuestro Dios.
Los que estáis buscando el Amor de Nuestro Dios, para vivir en la plenitud, para vivir de acuerdo a Su Santa Voluntad, vuestra purificación va a ser más sencilla, ciertamente, algo dolorosa, pero todo será para un gran Bien.
Soy vuestra Madre, la Siempre Virgen María y os voy cuidando, os voy guiando, os voy protegiendo de los ataques de satanás.
Buscad el servir perfectamente a Nuestro Dios, dejad a un lado vuestros intereses humanos, egoístas, pecaminosos, entrad en la profundidad de vuestro ser y encontraos ahí, con vuestro Dios y Creador, no necesitáis ir a ningún lado para encontraros con vuestro Creador, ¡Él Vive en vuestro interior!
Cuando aprendáis a encontrarLo y a vivir plenamente con Él, vuestra vida cambiará, seréis Uno con Él, transmitiréis Vida de Él.
¡Cuánto os podríais haber ahorrado de sufrimiento si hubierais entendido, desde hace tiempo, los Mensajes que se os daban del Cielo!
Quisisteis vivir de acuerdo a vuestros intereses y ved ahora cómo está vuestro Mundo y vuestra vida, son un desastre y no lo podéis negar. Echasteis a perder la Obra, grande y bella de Nuestro Dios: la Creación del hombre, y ¿qué queda del hombre en vosotros? ¡Os habéis vuelto como animales! ¡Qué tristeza! Almas bellas que creó Nuestro Dios y ¿qué hicisteis con ésas almas? Las habéis manchado, habéis destrozado vuestras almas, don precioso de Nuestro Creador, si vosotros supierais lo que vuestra alma puede hacer. Aún no conocéis las Potencias de un alma, pero de un alma que sirve a Su Creador.
Satanás os engañó, en su envida os llevó a apartaros de vuestro Dios y Creador, él no quiso que vosotros llegarais a uniros perfectamente con vuestro Creador y, de esta forma, vuestra alma se expandiera y pudierais gozar de las Bendiciones de Mi Esposo, el Santo Espíritu de Amor. ¡Bendiciones, Dones, capacidades inmensas que tiene el alma! Y vosotros, no le sacasteis ése provecho, porque preferisteis vivir para el Mundo, vivir en un lodazal de pecado y de maldad y la pureza en la que debía vivir vuestra alma y, de esta forma desarrollarse con ésas Potencias inmensas que ya tiene, no las pudisteis desarrollar por vuestra imprudencia, por vuestra necedad, pero es vuestra falta de Sabiduría.
Ciertamente, Mis Palabras suenan ahora huecas, sin sustento, porque no podéis comprobar lo que os digo, pero, ciertamente, conocéis la vida de hermanos vuestros, que se santificaron, que vivieron para su Creador y conocéis algo de las Potencias del alma, con lo que pudieron hacer ellos para el Bien de sus hermanos.
Desperdiciasteis lo más bello, con lo cual el alma puede desarrollarse rápidamente e infinitamente, que es el Amor. Os vuelvo a repetir, satanás os engañó y no cultivasteis el suficiente amor en vuestra alma para que adquiriera todas las Potencias que ella tiene.
Por eso la purificación que se ha de dar, no solamente para este Mundo, sino para muchos Mundos en el Universo, que están como vosotros, afectados por el Pecado original, esta purificación servirá para que entréis, nuevamente, en la humildad necesaria para que os pongáis al servicio de vuestro Dios, vuestro Creador, vuestro Padre, vuestro Salvador y del Dios de la Sabiduría.
Os llevará Mi Esposo a que os llenéis de ésa Sabiduría Santa, con la cual entenderéis infinidad de errores que cometisteis a lo largo de la existencia de vuestros antecesores y de vosotros mismos. Conoceréis los errores de la historia y cómo los fuisteis repitiendo. Se os ayudó una y mil veces a que recapacitarais, a veces, en lo individual, a veces, en grupos, pero la Gracia siempre estaba sobre vosotros cuidándoos y no la quisisteis aprovechar.
Los dolores que tendréis en la purificación, que se os avecina y que ya algunos pueblos están padeciendo, os llevará a pedir perdón.
Sí, Mis pequeños, perdón, a vuestro Dios, pedir perdón porque no supisteis vivir en la dignidad en la que fuisteis creados.
Vuestra alma tuvo la Gracia del don de la vida, don inmenso, bellísimo, la oportunidad deseada de todas las almas, de servir a su Creador y Le fallasteis, una y mil veces a vuestro Dios.
Arrodillados debierais estar, pidiendo perdón a vuestro Creador, por todo lo que os dio y que vosotros desperdiciasteis.
¡Cuánta maldad en vuestro corazón! Dejasteis entrar la maldad y la cultivasteis, tuvisteis acceso a la Gracia y la hicisteis a un lado.
¡Cuánta tontería, cuánta falsedad! Os engañó satanás y os mantuvisteis en el engaño y sabíais que estabais siendo engañados, porque vuestra vida no correspondía a lo que Mi Hijo os enseñó.
Ahora estáis padeciendo todo lo que cultivasteis, no quisisteis erradicar el mal del Mundo ni el mal en vuestro ser, y ahora os está ahogando ese mal, no sabéis ya qué hacer con él. Se os dijo que el mal caminaría por vuestras calles y que ya nadie lo podría detener y, ahora lo estáis viviendo y ya no sabéis qué hacer.
Os pido, Mis pequeños que, arrodillados, en humildad y con gran amor a Nuestro Dios, Le pidáis Sabiduría, humildad y un deseo grande de reparar todo aquello que no supisteis y no quisisteis aprovechar, de los Bienes Celestiales que se os dieron, y en gran cantidad, a lo largo de vuestra existencia.
Mi Esposo, el Santo Espíritu de Amor, descenderá sobre todas las almas, les hará entender, en lo más profundo de vuestro ser, lo que ahora os he explicado en una forma sencilla y superficial. Lloraréis vuestros errores y esto os ayudará en vuestra nueva conversión para servir a Nuestro Dios, como Él se merece.
Dios Creador, Dios Salvador, Dios Amor, Dios Vida, Dios Omnipotente, Dios Eterno, Dios Padre que os ama, como nadie, nadie, os puede amar.
Agradeced pues a Nuestro Dios, en Su Santísima Trinidad, en su Amor Infinito, todas las Bendiciones que habéis recibido y que no os disteis cuenta, tantas veces, de ellas. AgradecedLe a Mi Hijo Su Donación para salvaros, para borrar la falta del Principio, para haceros acreedores, nuevamente, de los Bienes del Cielo.
AgradecedLe a Mi Esposo, el Santo Espíritu de Amor, los Dones, Virtudes, capacidades que cada uno de vosotros tenéis pero, sobre todo, Su Guía amorosa a lo largo de toda vuestra existencia, en donde Él os ha guiado desde lo más profundo de vuestro ser pero, la gran mayoría de vosotros, no Le quisisteis escuchar. Él, vuestro Dios, en gran Humildad, viviendo en vuestro interior y, vosotros, sintiéndoos más grandes, no tomando de Su Sabiduría, no entrando en la profundidad de vuestro ser. Tener en vuestro interior a Mi Esposo, con Su Sabiduría Infinita, que os podía enseñar todo y solamente necesitaba que vosotros, en humildad y sencillez, Lo buscarais en vuestro interior y no Lo aprovechasteis.
Mis pequeños, agradecedLe a Nuestro Dios, en Su Santísima Trinidad, esta purificación que se os avecina, porque os merecéis un castigo, pero es un castigo que os va a ayudar a crecer, que os va ayudar a conocer más, el Bien de vuestro Dios.
Un castigo que os va a llevar a la perfección, porque todo lo que Dios permite en vuestra vida, siempre es para vuestro crecimiento, para vuestra santificación, para vuestra perfección.
Manteneos humildes, sencillos, como Yo os enseñé, Mis pequeños. Yo, aceptando la Voluntad de Mi Dios, Me di a Él y ved Quien Soy, a donde Me elevó, por aceptar Su Voluntad, por Ser Sencilla, por Vivir unida perfectamente a Él.
Apartaos, pues, del mal, estáis viviendo un gran error, que fue haberle hecho caso a satanás. Estáis sufriendo inmensamente, porque le creísteis, al que es vuestro enemigo. Ya aprendisteis, con dolor lo que él provocó en vuestra vida y en la de los vuestros, ahora, con Sabiduría, dejaos mover por la Voluntad Divina y veréis el cambio que vuestra alma tendrá, que, es lo que no ha querido satanás que vosotros tengáis, que se desarrollen en vosotros las potencias del alma, porque, en su envidia, no quiere que vosotros crezcáis y seáis quien debéis ser ante los Ojos de vuestro Creador. Sois hijos de Dios, entended la dignidad que tenéis, hijos Míos, ¡hijos de Dios!, ahora sois pecado, maldad, destrucción, a eso os llevó satanás.
Pedid Sabiduría Divina para que entendáis, perfectamente, lo que os he tratado de explicar y regresad ante el Padre, como el hijo pródigo, regresad arrepentidos, para que Él os ponga nuevamente el anillo de hijos del Rey.
Gracias, Mis pequeños