Jesús dijo a sus discípulos:
«Les dejo la paz, les doy mi paz, pero no como la da el mundo. ¡ No se inquieten ni teman !
Me han oído decir: 'Me voy y volveré a ustedes'. Si me amaran, se alegrarían de que vuelva junto al Padre, porque el Padre es más grande que yo.
Les he dicho esto antes que suceda, para que cuando se cumpla, ustedes crean.
Ya no hablaré mucho más con ustedes, porque está por llegar el Príncipe de este mundo: él nada puede hacer contra mí,
pero es necesario que el mundo sepa que yo amo al Padre y obro como él me ha ordenado.»
No hay paz sin justicia, no hay justicia sin perdón: he aquí lo que quiero profundizar: No hay paz sin justicia, no hay justicia sin perdón.
Es por ello que en tu vida tienes que ser justo contigo ni caer en tu propio soborno ni tampoco ser autodestructivo contigo, sino saber ponerle nombre a las cosas que pasan por tu interior.
Cuando aprendas a perdonarte a vos y sabiéndote justo podrás adquirir esa paz tan buscada y alli se da el punto a lo sobrenatural que empapa tu naturaleza.
Que al ser justo con vos puedas saberte perdonado por Dios y por vos, asi le das una chance a tu paz interior para que gobierne sobre ti. Pide paz y reinará la paz.
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