Todavía estaba hablando a la multitud, cuando su madre y sus hermanos, que estaban afuera, trataban de hablar con él.
Alguien le dijo: "Tu madre y tus hermanos están ahí afuera y quieren hablarte".
Jesús le respondió: "¿Quién es mí madre y quiénes son mis hermanos?".
Y señalando con la mano a sus discípulos, agregó: "Estos son mi madre y mis hermanos.
Porque todo el que hace la voluntad de mi Padre que está en el cielo, ese es mi hermano, mi hermana y mi madre".
Mt.12, 46-50:
Quien cumple la voluntad de Dios se introduce en la familia de Jesús, esa familia que somos vos y yo, es la Iglesia.
Debemos recordar que somos Iglesia-Familia y no una iglesia-cooperativa. Pero debemos luchar con algunas tentaciones que nos pueden llevar a ser más cooperativa que Iglesia y dejamos de lado la voluntad de Dios.
Tu corazón, que es el hogar de Dios puede tener estas imperfecciones:
1) Cerradura Oxidada: te haces una persona dura y legalista. No se deja sorprender por Dios. Todo lo ve con Mancha. Es una persona intelectualidad y tradicionalista que no gira para nada y quien lo llegase a tocar lo Mancha.
2) Canilla vencida: tiene un buenísimo destructivo, todo lo deja pasar. Es una misericordia. Engañadora. Tapa las cosas pero no las resuelve. Venda las heridas pero no la cura y médica antes. Cae en un liberalismo.
3) Pared Pintada pero no Curada: viste que hay personas que le pegan una pintada a la pared pero las Canillas siguen largando humedad y con el tiempo vuelve a ponerla fea a la pared. Está es la tentación de "contentar a la gente" y no permanecer allí, para cumplir la voluntad del Padre. Cede al Espíritu mundano en vez de purificarlo y conducirlo al Espíritu de Dios. Se mundaniza más que cristifica.
Fíjate si tenes que arreglar el hogar de tu corazón. Si es así no hay mejor plomero que el "examen de conciencia", no hay mejor albañil que la "oración" y no hay mejor arquitecto que "los sacramentos". Buen martes!!!
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