Cuando Jesús llegó a la otra orilla, a la región de los gadarenos, fueron a su encuentro dos endemoniados que salían de los sepulcros. Eran tan feroces, que nadie podía pasar por ese camino.
Y comenzaron a gritar: "¿Que quieres de nosotros, Hijo de Dios? ¿Has venido aquí para atormentarnos antes de tiempo?"
A cierta distancia había una gran piara de cerdos paciendo.
Los demonios suplicaron a Jesús: "Si vas a expulsarnos, envíanos a esa piara".
El les dijo: "Vayan". Ellos salieron y entraron en los cerdos: estos se precipitaron al mar desde lo alto del acantilado, y se ahogaron.
Los cuidadores huyeron y fueron a la ciudad para llevar la noticia de todo lo que había sucedido con los endemoniados.
Toda la ciudad salió al encuentro de Jesús y, al verlo, le rogaron que se fuera de su territorio.
Por Pbro Luis Zazano
Mt. 8, 23-27:
Nos encontramos que endemoniados que se le aparecen en el camino a Jesús. Estos endemoniados dan miedo a aquellos que rodean a Jesús y por otra parte Jesús los manda a unos cerdos y libera a estos endemoniados.
Por un lado es ver aquellos que quieren asustarnos en nuestro caminar con Jesús; es encontrarnos con ciertos "endemoniados" que sólo buscan asustarnos en nuestro caminar pero exige de nosotros confiar en el poder de Dios ¿cuantos tratan de asustarte en tu caminar? Que estos no te atormenten...
Por otra parte es ver a Jesús que libera y Dana. No se juega con Dios ni con el diablo, por ello hoy pedile al Señor que te libere de todos los males que pueden dar vuelta en tu mente y soltate al Señor que el puede liberarte de aquello que te cierra a mirar a Jesús.
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