Mt. 11, 25-27:
La alabanza de Jesús remite a la revelación de Dios en los humildes, en aquellos que son pequeños a los ojos de Dios.
En este mundo de tanta indiferencia lo único que puede revertir es la humildad. La prepotencia reina entre nosotros y más que dialogamos, atacamos.
Me pongo a pensar en la Fe de esa gente humilde que ven al mismo Dios en el Papa y en los consagrados pero también me pongo a pensar en teólogos y pensadores comprometidos que cuestionan al Santo Padre y hasta lo difaman.
Cuán hermoso ver en hermanos nuestros una fe sencilla que mueve montañas y que a esa fe la hacen vida en la hospitalidad al hermano y la delicadeza para con el otro.
Seamos cristianos de fe, de fe que derrama ternura y cariño al estilo de niños. Y no seamos teólogos que sólo buscan sumar títulos pero con cara de amargura hacia los demás. "Muestrame tu fe con obras que yo con mis obras te mostraré mi fe".
Buen miércoles
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