"En todo dad gracias, pues esto es lo que Dios en Cristo Jesus quiere de vosotros. No extingais el Espiritu; no desprecies las profecias; examinadlo todo y quedados con lo bueno." 1 TESALONISENCES 5: 18-21

El hombre bueno, del buen tesoro del corazón saca lo bueno, y el malo, del malo saca lo malo. Porque de lo que rebosa el corazón habla su boca." San Lucas 6:45

QUE LA PRECIOSA SANGRE QUE BROTA DE LA SAGRADA CABEZA DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO, TEMPLO DE LA DIVINA SABIDURIA, TABERNACULO DEL DIVINO CONOCIMIENTO Y LUZ DEL CIELO Y DE LA TIERRA NOS CUBRA AHORA Y SIEMPRE. AMEN+++

“OH JESUS, CUBREME CON TU INFINITA SANGRE PRECIOSA CADA INSTANTE DE MI VIDA. AMEN"


"Ora y espera; no te inquietes. La inquietud no conduce a nada. Dios es misericordioso y

escuchará tu oración. Padre Pio"


viernes, 30 de septiembre de 2016

EVANGELIO DEL DIA Y COMENTARIO. 30 DE SEPTIEMBRE DE 2016

Del Santo Evangelio según San Lucas 10,13-16.
www.evangeliodeldia.org

Image result for San Lucas 10,13-16.

¡Ay de ti, Corozaín! ¡Ay de ti, Betsaida! Porque si en Tiro y en Sidón se hubieran hecho los milagros realizados entre ustedes, hace tiempo que se habrían convertido, poniéndose cilicio y sentándose sobre ceniza.
Por eso Tiro y Sidón, en el día del Juicio, serán tratadas menos rigurosamente que ustedes.
Y tú, Cafarnaún, ¿acaso crees que serás elevada hasta el cielo? No, serás precipitada hasta el infierno.
El que los escucha a ustedes, me escucha a mí; el que los rechaza a ustedes, me rechaza a mí; y el que me rechaza, rechaza a aquel que me envió".

Leer el comentario del Evangelio por
Santa Catalina de Génova (1447-1510), esposa, mística
El libre albedrío
Consentir en la conversión

    Dios incita al hombre a levantarse del pecado. Luego, con la luz de la fe le ilumina la inteligencia; más tarde, gracias a un gusto y una cierta dulzura le enciende la voluntad. Todo esto lo hace Dios en un instante, aunque nosotros tengamos que expresarlo por muchas palabras e introduciendo un intervalo de tiempo.

    Dios obra todo esto en el hombre según el fruto que prevé. A cada uno se le otorga gracia y luz suficiente para que, haciendo lo que está a su alcance, pueda salvarse, sólo dando su consentimiento a la obra de Dios. Este consentimiento se realiza de la manera siguiente: Cuando Dios ha hecho su obra, basta al hombre con decirle: “Estoy contento, Señor, haz de mí lo que quisieres, me decido a no pecar más y dejar todas las cosas del mundo por tu amor.”

    Este consentimiento y este movimiento de la voluntad se realizan con tanta rapidez que el hombre se une a Dios sin que se dé cuenta de ello, ya que se realiza en el silencio. El hombre no ve el consentimiento pero le queda una impresión interior que le empuja a seguir en él. En esta operación se encuentra inflamado y aturdido, estupefacto, sin saber qué hacer y a dónde volverse. Por esta unión espiritual el hombre queda ligado a Dios por un lazo casi indisoluble, porque Dios hace casi todo, habiendo consentimiento por parte del hombre. Si éste se deja conducir, Dios lo conduce y lo encamina a la perfección que le tiene destinada.


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