Mientras tanto, unas barcas de Tiberíades atracaron cerca del lugar donde habían comido el pan, después que el Señor pronunció la acción de gracias.
Cuando la multitud se dio cuenta de que Jesús y sus discípulos no estaban allí, subieron a las barcas y fueron a Cafarnaún en busca de Jesús.
Al encontrarlo en la otra orilla, le preguntaron: "Maestro, ¿cuándo llegaste?".
Jesús les respondió: "Les aseguro que ustedes me buscan, no porque vieron signos, sino porque han comido pan hasta saciarse.
Trabajen, no por el alimento perecedero, sino por el que permanece hasta la Vida eterna, el que les dará el Hijo del hombre; porque es él a quien Dios, el Padre, marcó con su sello".
Ellos le preguntaron: "¿Qué debemos hacer para realizar las obras de Dios?".
Jesús les respondió: "La obra de Dios es que ustedes crean en aquel que él ha enviado".
- Seguirlo por necesidad: es ese buscar a Jesús al estilo “aladino” froto froto hasta que me cumpla lo que le pido. Es buscar que Dios me haga el favor que necesito. La necesidad me lleva a la desesperación y ello me puede llevar a la desilusión. Aquí encontramos una espiritualidad de cumplimiento donde entran las “cadenas” en donde en vez de gastar las rodillas gastamos en fotocopia.
- Seguirlo por curiosidad: es el descubrimiento de Jesús en tu vida, por un impacto fuerte que te pasó pero te lleva a esa curiosidad en donde todo lo buscas en la explicación racional, llegas a psicologízar a Jesús, es como que buscas enjaular al Espíritu Santo. Así como está el dicho “la curiosidad mata al gato”, sería la “racionalidad mata al Espíritu”.
- Seguirlo por amor: es el adentramiento a su Persona, es lo que vive una persona enamorada, algo que saca de adentro hacia afuera. El enamorarse exige conocerlo ya que “no se ama lo que no se conoce” y “cuanto más se conoce, más se ama”.
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