Y el que me ve, ve al que me envió.
Yo soy la luz, y he venido al mundo para que todo el que crea en mí no permanezca en las tinieblas.
Al que escucha mis palabras y no las cumple, yo no lo juzgo, porque no vine a juzgar al mundo, sino a salvarlo.
El que me rechaza y no recibe mis palabras, ya tiene quien lo juzgue: la palabra que yo he anunciado es la que lo juzgará en el último día.
Porque yo no hablé por mí mismo: el Padre que me ha enviado me ordenó lo que debía decir y anunciar;
y yo sé que su mandato es Vida eterna. Las palabras que digo, las digo como el Padre me lo ordenó".
- Luces: tenemos que testimoniar a Jesús, es aplicar las enseñanzas de Jesús con nuestras vidas, saber que en este mundo donde hay tinieblas podemos iluminar con la luz de la caridad y el calor de un corazón abierto que acoge a todos.
- Salvar: a esto estas llamado, a salvar almas y no condenar. Guarda el dedo acusador y saca la mano, pero que esté bien abierta para acoger, asegurar y acariciar. Es en la unión donde se logra la fuerza; es preferible un trabajo semiperfecto pero Unidos a tener un trabajo perfecto pero todos divididos. Para salvar tenemos que estar unidos.
- Enviar: esta es la tarea, salir y mostrar a este mundo que se puede vivir, que todo puede cambiar, que a pesar de que seamos diferentes podemos lograr crecer Unidos y no uniformados. Mostrar a este mundo una Iglesia en salida y no una iglesia asfixiada. Dios y vos pueden hacer muchas cosas, no le pongas palos en la rueda a Dios en tu vida, mira que con vos ya hizo mucho bien, sólo que vos no te diste cuenta…
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