«Como el Padre me amó, también yo los he amado a ustedes. Permanezcan en mi amor.
Si cumplen mis mandamientos, permanecerán en mi amor, como yo cumplí los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor.
Les he dicho esto para que mi gozo sea el de ustedes, y ese gozo sea perfecto.»
- Nadie ama lo que no conoce: es por ello que el permanecer en Dios implica profundizarlo y tratarlo. El conocerlo lleva a mayor amor a Él y a sus cosas. No pierdas esa relación con Él en la oración. Pues conocerlo lleva a amarlo y ese amor es el que te permite disfrutarlo.
- No se da lo que no se tiene: la clave de tu evangelización como cristiano es primero tenerlo a Dios en ti. Si hoy hay algo dificultoso en nosotros es que asumo decirte que nos falta tener a Dios. Hemos dejado de lado la contemplación de Dios en nuestras vidas. No lo damos porque no lo tenemos. Puede habitar en tu corazón muchos planes pastorales pero si no tienes a Dios en tu corazón entonces no hay convicción. Dar a Cristo implica tenerlo.
- No se habla de lo que no se entiende: es allí, en tu vida donde Dios va dándose a conocer. Pero el ir entendiendo sobre Dios es un proceso. Mas allá de todo hay un encuentro personal, que ese mismo encuentro con Él te lleva a hablar de Él. A no decaer, hoy es jueves eucarístico y ya cerca del congreso eucarístico nacional que será aquí en Tucuman.
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