Sí, Dios amó tanto al mundo, que entregó a su Hijo único para que todo el que cree en él no muera, sino que tenga Vida eterna.
Porque Dios no envió a su Hijo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por él.»
El que cree en él, no es condenado; el que no cree, ya está condenado, porque no ha creído en el nombre del Hijo único de Dios.
En esto consiste el juicio: la luz vino al mundo, y los hombres prefirieron las tinieblas a la luz, porque sus obras eran malas.
Todo el que obra mal odia la luz y no se acerca a ella, por temor de que sus obras sean descubiertas.
En cambio, el que obra conforme a la verdad se acerca a la luz, para que se ponga de manifiesto que sus obras han sido hechas en Dios.
- Salvar, no juzgar: eso es algo que te tiene que quedar en claro para toda tu vida. Dios no se cansa de buscarte, Él quiere que te salves, te dará millones de chances. No te niego que ser cristiano es difícil, pero lo único que te pide es que lo intentes, que la luches. No es que Dios esta buscando la manera de complicártela sino más bien busca aliviarte, aunque a veces no lo entendemos.
- Luz, no tinieblas: el que se aleja de la luz es porque se esconde. Vos busca siempre la luz, aunque se te vean manchas. No andes ocultando cosas en tu vida ni cosas de tu vida. La luz te lleva a ser brillante, incluso brillas con los golpes que se te puedan ver. Pero no dejes que la oscuridad reine en tu vida. Estas llamado a ser luz y la clave de ser luz es que seas sincero.
- Alto, no bajo: no dejes de mirar el cielo y la vida eterna. Si te olvidaste del cielo entonces las amarguras de esta vida reinan en vos. No dejes la esperanza de lado, una persona sin esperanza es como un celular son baterías, tiene muchas aplicaciones y servicios pero no se las conocen ni se las usa, esta pero no esta.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario