"En todo dad gracias, pues esto es lo que Dios en Cristo Jesus quiere de vosotros. No extingais el Espiritu; no desprecies las profecias; examinadlo todo y quedados con lo bueno." 1 TESALONISENCES 5: 18-21

El hombre bueno, del buen tesoro del corazón saca lo bueno, y el malo, del malo saca lo malo. Porque de lo que rebosa el corazón habla su boca." San Lucas 6:45

QUE LA PRECIOSA SANGRE QUE BROTA DE LA SAGRADA CABEZA DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO, TEMPLO DE LA DIVINA SABIDURIA, TABERNACULO DEL DIVINO CONOCIMIENTO Y LUZ DEL CIELO Y DE LA TIERRA NOS CUBRA AHORA Y SIEMPRE. AMEN+++

“OH JESUS, CUBREME CON TU INFINITA SANGRE PRECIOSA CADA INSTANTE DE MI VIDA. AMEN"


"Ora y espera; no te inquietes. La inquietud no conduce a nada. Dios es misericordioso y

escuchará tu oración. Padre Pio"


lunes, 22 de mayo de 2017

EVANGELIO DEL DIA Y COMENTARIO. 22 DE MAYO DE 2017

Del Santo Evangelio según San Juan 15,26-27.16,1-4a.
 
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En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos:
«Cuando venga el Paráclito que yo les enviaré desde el Padre, el Espíritu de la Verdad que proviene del Padre, él dará testimonio de mí.
Y ustedes también dan testimonio, porque están conmigo desde el principio.
Les he dicho esto para que no se escandalicen.
Serán echados de las sinagogas, más aún, llegará la hora en que los mismos que les den muerte pensarán que tributan culto a Dios.
Y los tratarán así porque no han conocido ni al Padre ni a mí.
Les he advertido esto para que cuando llegue esa hora, recuerden que ya lo había dicho.»

Leer el comentario del Evangelio por
San Antonio de Padua (1195-1231), franciscano, doctor de la Iglesia
Sermones para el domingo y fiestas de los santos

“El Espíritu de la verdad… dará testimonio a favor mío”
      El Espíritu Santo es un “río de fuego” (Dn 7,10), un fuego divino. Tal como el fuego actúa sobre el hierro, así este fuego divino actúa sobre los corazones sucios, fríos y duros. Al contacto con este fuego, el alma pierde poco a poco su negrura, su estado frío, su dureza. Se transforma y se vuelve del todo semejante al fuego que la abrasa. Porque si el Espíritu se da al hombre, si recibe su soplo, es para transformarlo a su semejanza tanto como es posible. Bajo la acción del fuego divino el hombre se purifica, se enardece, se vuelve líquido, y llega al amor de Dios, tal como lo dice el apóstol Pablo: “El amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos ha sido dado” (Rm 5,5).

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